3 de agosto de 2016

Sesión académica a cargo de Celso Amorim, ex Ministro de Asuntos Exteriores y ex Ministro de Defensa de la República Federativa de Brasil

Por Josefina Pell Richards

La integración es, sobre todo, la consolidación de la paz y la prosperidad conjunta en nuestra región

El ex Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, inició su disertación poniendo énfasis en la importancia de la integración política y económica de la región, así como en la necesidad de conservarla y profundizarla para superar los desafíos que enfrentan hoy tanto Brasil como otros países de América del Sur.

En lo referente al Mercosur, Amorim recordó la historia del organismo de integración y destacó la necesidad de mantenerlo unido y de no retroceder ni en las políticas alcanzadas ni en los miembros que lo componen. Al recordar el principio de la integración en el contexto de la consolidación democrática, hizo hincapié en la integración como "(…) la consolidación de la paz y la prosperidad conjunta en nuestra región". Es por ello que destacó la necesidad de que la integración se profundice, como quedó evidenciado por las conversaciones con los países andinos y la adhesión de Venezuela, extendiendo el Mercosur más allá del Cono Sur. En este sentido, se mostró preocupado por la visión inmediatista de algunos líderes de la región que ponen el acento sólo en las ganancias económicas —y no en las políticas y sociales—, que pueden parecer redituables pero que no lo son en el largo plazo.

Según Amorim, el retroceso en la integración de la Unión Europea que representa el Brexit debe ser considerado como ejemplo de lo que no debe ocurrir en América del Sur. Sostuvo que la solución para las adversidades que enfrenta la región debe ser el diálogo, el cual puede ser acompañado de algunas sanciones, pero que en ningún caso deben tornarse punitivas, ya que el peligro es el aislamiento. Amorim llamó a que el Mercosur trabaje para que los países que actualmente no están cumpliendo con las cláusulas del organismo lo hagan, con plazos y a través de conversaciones, ya que en tiempos de paz "todo es negociable".

En lo referente a la política exterior brasilera desde fines de los ochenta hasta la actualidad, el expositor sostuvo que Brasil se encontró con tres déficits principales que debieron ser superados. En primer lugar, hubo un déficit democrático que fue superado luego del término de los gobiernos militares. El segundo déficit fue de carácter macroeconómico, cuyo mayor síntoma era una inflación que nunca se registró por debajo del 15%, que llevaba a la inviabilidad de los planes económicos propuestos por los sucesivos gobiernos. El tercer déficit, que el orador consideró el más importante, fue el referente a la desigualdad. La reducción de la brecha pudo llevarse a cabo durante el gobierno de Lula, completando así una democracia que, además de política, pasaba a ser social.

Para Amorim, la superación de estos tres déficits hizo posible pensar en una política exterior más altiva, donde Brasil no se sometiera a poderes externos y donde buscara un rol protagónico en el mundo, siempre invitando a la participación de toda América del Sur. Así, el principio que guió la política exterior de Lula fue la multipolaridad, entendida como el rechazo a cualquier tipo de hegemonía. En este sentido, Amorim destacó la importancia de la relación con la Argentina y la integración sudamericana en un mundo de bloques, donde Brasil es grande pero no lo suficiente. Sin embargo, "América del Sur unida tiene no sólo el tamaño, sino también el poder de negociación suficiente para ser un gran actor", como lo demuestran sus participaciones en el G20 y otros foros internacionales.

América del Sur unida tiene no sólo el tamaño, sino también el poder de negociación suficiente para ser un gran actor

El orador señaló que, para él, la situación de Brasil en la actualidad es un gran signo de interrogación, donde el cambio que se está dando puede no encontrar apoyo popular, debido a no haberse llevado a cabo mediante elecciones democráticas. Sin embargo, Celso Amorim dijo ser muy optimista respecto a la relación entre los países sudamericanos en el largo plazo, donde la democracia sobrevivirá mientras los países se muestren firmes en los objetivos de paz, integración y prosperidad.

Como conclusión, el ex Ministro afirmó que este signo de interrogación no se halla solamente en el presente del país sino en el país que los brasileros quieren. Según él, la respuesta debe estar basada no sólo en convertirse en la octava economía mundial, sino también en ser una sociedad más justa para las minorías, mediante acciones afirmativas, y donde los obstáculos se superen de manera conjunta.

Celso AmorimDiplomático de carrera, ha servido como Ministro de Asuntos Exteriores de Brasil (1993-1995 / 2003-2011). Fue Ministro de Defensa de Brasil de 2011 a 2014. Graduado del Instituto Rio Branco, instituto de relaciones internacionales del Ministerio de Relaciones Internacionales. Posee un posgrado en Relaciones Internacionales de la Academia de Diplomacia de Viena en 1967. Es miembro permanente del Departamento de Relaciones Exteriores de la Universidad de San Pablo