9 de mayo de 2011

Sesión académica organizada conjuntamente por el CARI y el Centro para la Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC)

Por María Pilar García Plorutti

La presentación del Informe Brookings tuvo lugar en el CARI el 9 de mayo y estuvo a cargo del doctor Eduardo Levy Yeyati, con comentarios de Matías Kulfas, Director del Banco Nación y de Federico Sturzenegger, Presidente del Banco Ciudad.

Dando comienzo a la disertación, Eduardo Levy Yeyati expuso el contenido del Informe, abocado principalmente a las perspectivas económicas vislumbradas para América Latina, junto con las políticas de intervención cambiaria y monetaria de la región. Explicó que el núcleo central del Informe comprende el análisis proyectivo de aquí a seis meses, focalizándose en las políticas de control "inventivas", haciendo hincapié en las singularidades evidenciadas por los países latinoamericanos -refiriendo principalmente a Argentina, Brasil, Chile, Perú, Argentina, Colombia y México-.

Según Levy Yeyati, las líneas argumentales desarrolladas en el Informe confluyen en la afirmación de que en la actualidad "los países se encuentran bien en términos de commodities". Afirmó que pueden percibirse ventajas y beneficios por este lado, como patrón general de la región en su conjunto. No obstante –agrega- se observa que los "países están anestesiados por el viento de cola". En otras palabras, si bien las economías han superado los efectos de la crisis global y han manifestado un crecimiento sólido, estos procesos se desarrollan en un marco de "expectativas infladas".

Sostiene Levy Yeyati que el escenario en el que se vislumbra a la región no difiere mucho respecto de la situación económica de China. También señaló que se observa el aumento de la inflación, el aumento salarial y de las tasas chinas en general, convirtiéndose en una situación de "cuello de botella". Ahora bien, advirtió que las economías latinoamericanas no son iguales a las economías asiáticas, y en este sentido se debe reparar en su crecimiento de las tasas latinoamericanas contemplando sus problemas específicos de inversión y producción.

A continuación, el disertante cuestionó cómo moderar el crecimiento económico de los países latinoamericanos en un marco de expectativas infladas. El desafío que se presenta implica alternativamente dos posibilidades: cambiar el patrón productivo, o reciclar el modelo económico de los últimos años (considerando un ajuste en los próximos cuatro o cinco años, ya que "el viento de cola no va a durar para siempre").

Latinoamérica ha progresado mucho en el frente macro financiero -la crisis lo confirmó- pero hay una agenda postergada que tiene que ver con la década de desarrollo latinoamericana y que hoy debería ser impulsada con la misma vehemencia que durante la época de reformas

Luego, observó las características que presentan las economías latinoamericanas como mercados emergentes -en función de la clasificación de los países según niveles de desarrollo-, y concluyó que "Latinoamérica ha progresado mucho en el frente macro financiero –tal como lo confirmó la crisis- pero hay una agenda postergada que tiene que ver con la década de desarrollo latinoamericana y que hoy debería ser impulsada con la misma vehemencia que durante la época de reformas". Concretamente, aludió a la carencia de políticas específicas sobre educación, salud y estructura social; principalmente, focalizando en servicios y productividad.

Seguidamente, tras brindar un pantallazo sobre el desarrollo del Informe Brookings, procedió a explicar la importancia entorno a las políticas de intervención cambiaria, considerando el marco coyuntural internacional actual. Teniendo en cuenta las ventajas de un tipo de cambio devaluado en función de los commodities –por el cual las economías latinoamericanas perciben mayores beneficios de modo de inserción en el esquema económico multilateral- Levy Yeyati planteó la importancia de prever las fluctuaciones y "amagues" del ciclo financiero.

Inmediatamente, especificó seis factores agrupados en dos categorías, acorde con las variaciones del tipo de cambio de equilibrio. En primer lugar, encontramos que una mayor productividad –que lleva a un tipo de cambio apreciado y más competitivo-, las transacciones comerciales y un mayor gasto público hacen permanecer estable en el tiempo al tipo de cambio, mientras que los precios de los commodities, el balance financiero y el dólar, como segundo grupo, varían permanente y sincronizadamente, haciendo cambiar el tipo de cambio.

El planteo consiguiente argumentado por Levy Yeyati establece que frente a la incertidumbre sobre el tipo de cambio futuro, "la apreciación no será exactamente igual al tipo de cambio real; de modo tal que será posible amortiguar las vueltas del ciclo financiero".

Desde esta perspectiva, y considerando los efectos de la apreciación cambiaria sobre el aparato productivo, enfatizó el hecho de que un exceso de apreciación en el largo plazo genere la dependencia de un país centralizado en pocos productos, en desmedro de otros sectores industriales-productivos. Indicó los casos de Brasil y Chile a modo de ejemplo, que atraviesan este proceso de "enfermedad holandesa", como se denomina a las consecuencias adversas generadas por un aumento masivo en la entrada de divisas de un país. Frente a esto, concluyó que los mecanismos de intervención son necesarios en las economías latinoamericanas para defenderse del impacto de la dolarización.

El segundo orador, Matías Kulfas, dio comienzo a su exposición destacando el Informe Brookings en tanto novedoso en sus aportes sobre el análisis económico de la región y planteó su deseo de profundizar específicamente sobre la situación de la Argentina durante su disertación.

la Argentina (…) ha liderado el proceso de desarrollo en la región, evidenciando para el periodo 2003-2011 una tasa de inversión agregada de seis puntos más elevada en comparación a Chile o Brasil

Trayendo a colación una nota editorial de The Economist de septiembre de 2010, Kulfas destacó que sólo se hace mención al país brevemente, sosteniendo que "las empresas argentinas buscan sobrevivir sacando dinero hacia fuera del país. La confianza esta en bajos niveles, aduciendo la relación de ello con Cristina Kirchner, que no hay negocios rentables, ni posibilidades de desarrollo económico".

Resaltando lo erróneo de este planteo, destacó que la Argentina ha liderado el proceso de desarrollo en la región, evidenciando para el periodo 2003-2011 una tasa de inversión agregada de seis puntos más elevada en comparación a la de Chile o Brasil, generalmente señalados como ejemplos a seguir.

Asimismo, señaló la importancia de las inversiones extranjeras directas, siendo igualmente considerables que los inversores locales.

Desde este posicionamiento, manifestó su beneplácito frente al Informe Brookings, señalando las tendencias desde las cuales se analiza a la economía argentina y los aportes que se hacen sobre ella. En términos sumamente positivos, destacó el crecimiento de la Argentina en el periodo 1990-2008, superando a los demás países socios del Mercosur y su proceso de recuperación luego de la crisis de la Convertibilidad (1998-2002).

Respecto de los tópicos mencionados en el Informe, planteó su desacuerdo con el Modelo extractivo por exportaciones en reversa ("The Export-Led Model in reverse"), como se denomina al caso de la Argentina; y sostuvo que el modelo dado durante el periodo 2008-2011 no condice con éste.

En este sentido, ante el modelo de crecimiento acelerado observado en los últimos años, señaló dos dicotomías consideradas como virtudes. En primer lugar, el campo-industria; ambos sectores beneficiados por el tipo de cambio, por la estructura productiva heterogénea que caracteriza a la Argentina en comparación con el resto de los países de la región. En segundo lugar, el crecimiento orientado por el mercado interno en oposición al crecimiento orientado por las exportaciones; la Argentina lidera las manufacturas de origen industrial, a diferencia de otros países cuya canasta exportable es más primaria.

Kulfas también destacó del Informe la mención que se hace sobre el control del movimiento de capitales. Considera importante introducir esta cuestión y tratarla en toda la región, destacando los casos de Chile y de Argentina con controles efectivos constatables.

Seguidamente, desarrolló la discusión entre la conveniencia de un tipo de cambio real anclado o fluctuante -en términos de especulación financiera-, y remarcó que el sostenimiento de un tipo de cambio nominal genera un efecto positivo en los sectores productivos, lo cual debe ser tenido en cuenta al establecer una determinada política cambiaria.

Asimismo, el disertante reparó en el hecho de que la región necesita de inversión productiva, y resaltó debe analizarse la calidad que comprenda esa inversión.

Por último, concluyó que aquellos instrumentos que se delinean para alcanzar una macro economía con hincapié en el desarrollo y la equidad distributiva con resultados a corto plazo, no pueden ser alcanzados más que con estabilidad a partir de una determinada política monetaria, fiscal y cambiaria.

El último disertante fue Federico Sturzenegger, quien comenzó reparando en un punto central no especificado en el Informe respecto a América Latina: la crisis financiera mundial del 2009 que llevó a todos los países a reformar financieramente sus sistemas.

De aquí a diez años, a un crecimiento cien por ciento per cápita, el país se ubicaría para el 2021 en el lugar que ocupa España hoy

Luego, desarrolló su visión sobre la situación económica en la que se vislumbra a la Argentina actualmente. En relación al Informe, destacó el punto de análisis sobre el sector primario-industrial, haciendo mención específicamente a las exportaciones de servicios como interesante de observar.

En relación a esto, Sturzenegger sostuvo que el crecimiento económico del país ha sido continuo en los últimos diez años, mientras para 1990 -año de grandes reformas estructurales en materia económica- Argentina se encontraba a penas por debajo de Chile y por sobre Uruguay, consecutivamente se ha establecido en el primer o segundo lugar en tasa de crecimiento para cada año en particular. Desde esta perspectiva, manifestó entonces proyecciones optimistas para la Argentina sosteniendo que de aquí a diez años, a un crecimiento cien por ciento per cápita, el país se ubicaría para el 2021 en el lugar que ocupa España hoy.

Retrospectivamente, enfatizó dos etapas de política económica para el período post-convertibilidad: la primera, entre los años 2002-2006, basada en una economía con superávit fiscal fuerte, baja inflación y un tipo de cambio real competitivo (factores que han ido en reversa en los últimos cuatro años y que remite al modelo "Export-Led en reversa", como se denomina en el Informe al caso de la Argentina). Una segunda etapa comprende los últimos años de política económica, los cuales han sido muy diferentes en cuanto a objetivos y logros respecto al primer periodo, y que se caracteriza por un deterioro de la situación fiscal -dándose un proceso de desendeudamiento muy grande- y un aumento fuerte de la tasa de inflación que, en suma, llevan al deterioro de la competitividad del tipo de cambio.

En síntesis, en palabras del expositor, "el periodo 2007-2011 ha evidenciado una expansión considerable en la demanda agregada que lleva a la implementación de políticas cuya sustentabilidad resta por verse". En esta línea, Sturzenegger avizoró para los próximos años que la apreciación del tipo de cambio conllevará un mayor nivel de regulación desde el escenario político sobre las empresas y sobre el comercio, lo cual, consecuentemente, redunda en un alto grado de inversión pero sin inversores considerables en el presente. De aquí que se vuelva central preguntarse sobre el impacto que tendrá en adelante un tipo de cambio apreciado y mayores niveles de injerencia en un futuro.

Matías KulfasDirector del Banco Nación

Eduardo Levy YeyatiSenior Fellow de Brookings y Director del Área de Desarrollo Económico de CIPPEC

Federico SturzeneggerPresidente del Banco Ciudad de Buenos Aires

Moderadora: Laura Zommer