12 de mayo de 2016

Seminario organizado por el Grupo de Trabajo sobre China del Comité de Asuntos Asiáticos

Por Andrés Matías Schelp y Andrés Saravia

El seminario organizado por el Grupo de Trabajo sobre China del Comité de Asuntos Asiáticos del CARI comenzó con la disertación realizada por el Embajador Miguel A. Velloso quien la inició señalando que "Asia es una región extremadamente heterogénea, física, social y culturalmente" que presenta una amplia variedad de sistemas políticos. Por ello, añadió, es difícil encontrar elementos de análisis comunes para identificar a toda esta región. Sin embargo, el Embajador resaltó que el factor determinante de la configuración de la estructura política asiática se encuentra en la estructura de la historia, de la tradición y de las culturas, siendo necesario un conocimiento de las mismas para poder comprender a los países de esta región.

La visión que teníamos hasta ahora [de China] estaba tremendamente impregnada por una vivencia de las potencias occidentales

Velloso

Velloso comentó luego las dificultades generalizadas entre analistas para comprender a China, algunos de los cuales han sostenido que el proceso decisor de la China era una "caja negra" indescifrable.

Prosiguió indicando que "la visión que teníamos hasta ahora [de China] estaba tremendamente impregnada por una vivencia de las potencias occidentales". Sostuvo que, para la percepción de Occidente, el régimen político de China es un autoritarismo. Sin embargo, entre las diversas acepciones atribuidas al mismo, consideró que la que define al régimen como una "democracia vertical consultiva" con una serie de instituciones deliberativas en evolución es una de las más acertadas. Agregó que el debate presente en el gigante asiático se da entre buena y mala gobernanza, no entre democracia y autoritarismo.

El expositor consideró que las concepciones de Asia, a partir de sus propios valores (imbuidos en gran parte por la filosofía confuciana), son muy diferentes a las predominantes en Occidente. Recalcó que la Escuela de Singapur sintetizó estas concepciones a partir de los años ochenta y noventa, sosteniendo que mientras que los asiáticos configuran una vida en torno a la comunidad (con un importante intervencionismo estatal), los valores occidentales giran en torno a las individualidades (donde predomina el mercado). Además, el Embajador añadió que otra diferencia de concepciones es con respecto a los líderes políticos, donde en Asia predomina el respeto a los mismos y en Occidente predomina la insatisfacción respecto a la política.

Velloso hizo alusión a que, según la Escuela de Singapur, la ventaja de los valores asiáticos permite a los países configurar ideas propias y tener variantes propias dentro de su propia región, buscando cada sistema político respuestas a las necesidades autóctonas y caracterizándose por aplicar el pragmatismo y la búsqueda de los resultados, llegando a los mejores arreglos políticos y sociales mediante el cambio continuo y la experimentación.

A continuación, Velloso se refirió a la clase política china, sosteniendo que su formación se guió, desde el siglo VI hasta prácticamente la actualidad, a través de la "visión meritocrática", que parte de las enseñanzas de Confucio. De este sistema surgirían los mandarines que luego asesorarían al Emperador y las escuelas de legalistas y de sabios, encontrándose actualmente presentes dentro de los manuales que rigen al Partido Comunista Chino.

Velloso sintetizó la visión estratégica del sistema político chino, la cual consideró puede reducirse a dos procesos: el "bottom-up" y el "top-down". En el partido está todo en discusión, existiendo una gran apertura para el debate público a través de todos los medios. Sin embargo, "el Partido es considerado el elemento centralizador y civilizacional", por lo que no se permite que se discuta o ponga en discusión su preeminencia. Exceptuando este hecho, Velloso aludió a que han evolucionado numerosas estructuras en el partido (como la incorporación de los empresarios a la gobernanza del partido y los debates para la elección directa de sujetos que no son del partido a nivel de condados pequeños) a través de un centralismo que ellos llaman "retroalimentado", basado en el moralismo y el pragmatismo.

El Embajador describió luego que el gobierno chino tiene un triple sistema, sintetizando que el mismo es un "Army-Party-State". En la estructura del Partido, a nivel nacional, se encuentra el Comité Central del Partido (el órgano central que reuniría al día de hoy a los mandarines modernos). Asimismo, dentro de su estructura, están el Congreso Nacional, el Buró Político del Comité Central y el Comité Permanente del Buró. Por otra parte, la estructura gubernamental se encuentra compuesta por la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (similar a un consejo de sabios), la Asamblea Popular Nacional, el Presidente y el Consejo de Estado (donde se encuentran los respectivos ministerios). Por último, el Ejército Popular tiene su propia Comisión Militar y una Jefatura del Estado Mayor.

Velloso resaltó como un factor relevante la existencia de escuelas dentro de cada uno de estos tres estamentos. Dentro del Partido Comunista Chino se hallan tanto la Escuela Central del Partido y el Instituto Chunqiu. A su vez, al interior del Gobierno (dentro del Consejo de Estado) se encuentren la Academia China de Ciencias Sociales (el principal think tank de China) y la Universidad de Pekín. Y finalmente, en el Ejército están la Universidad de la Defensa Nacional y la Academia de Ciencias Militares.

Antes de finalizar su exposición, el Embajador se refirió a que, según un relevamiento de la Universidad de Pensilvania, China ocupa actualmente el segundo lugar en términos de la importancia de los pensadores dentro de la estructura política, teniendo seis de los mejores cien institutos de investigación política a nivel mundial.

A continuación, el Dr. Jorge Malena reflexionó sobre las decisiones en materia de política exterior de China y cómo los académicos participan en la misma. Clasificó a los mismos en tres segmentos, en función de sus preferencias para analizar la política exterior de China.

El primer grupo está conformado por los intelectuales tradicionalistas (los más importantes son Zhang Weiwei y Zheng Bijian), quienes recuperaron las enseñanzas de Confucio y el rol predominante que China ocupó durante la época imperial. El segundo, por la "nueva izquierda" (los pensadores más importantes son Hu Angang, Pan Wei y Zhao Tingyang), que rehabilita a Mao y sus visiones y estrategias respecto al lugar que China debía ocupar en el tablero global. Por último, Malena mencionó a los intelectuales de cuna militar o militaristas, que pertenecen al Ejército Popular de Liberación (cuyos referentes son Liu Mingfu y Liu Jijun).

A continuación, describió una serie de conceptos y concepciones pertenecientes a los autores aludidos previamente para posteriormente reflexionar sobre las implicancias de los mismos en el campo de la política internacional.

Los actuales pensadores que tienen mayor vigencia en la China actual, rehabilitan a Mao Tse-Tung

Malena

Malena comenzó analizando al grupo de los tradicionalistas. Consideró que Zhang Weiwei propugna una concepción de superioridad por parte de China, ya que considera que existe un "modelo chino que es una alternativa superior al modelo occidental en materia cultural, política y económica". Luego, mencionó a Zheng Bijian, quien considera que hubo tres globalizaciones, la primera y la segunda, que tuvieron respectivamente a Gran Bretaña y Estados Unidos como potencias, y se dieron en períodos de declinación de China. Sin embargo, en la tercera globalización que comienza a fines del Siglo XX, China surge como un "actor protagónico", pero sin los fines hegemónicos de las potencias previas. Malena añadió que Zhang, debido a su temor de que los Estados Unidos estén dispuestos a provocar un enfrentamiento para no perder su preeminencia, subraya que "si no alcanzan el renacimiento de la civilización china en la primera mitad del siglo XXI, serán ciudadanos del segundo mundo".

El expositor pasó a referirse a los pensadores de la "nueva izquierda" y consideró que el pensamiento de Hu Angang se basa en la idea de que China es "el único país que por su superioridad puede sobrepasar a los Estados Unidos, y ese es el sueño chino". Además, considera que una vez que se de este proceso se pasará al mundo de la gran armonía (concepto confuciano) liderada por el Sur, un mundo en el que China no buscará ni la hegemonía ni la dominación. Malena afirma que esta última concepción es vital para distinguir a los pensadores estadounidenses y chinos y, basándose en Ikenberry, consideró que esta visión es consonante con la postura que afirma que China no tiene las ideas, la capacidad ni los incentivos para construir un nuevo orden mundial.

Malena mencionó que para Pan Wei la diversidad trae división, por lo que el mundo de la gran armonía va a tener a la unidad como principio guía para integrar la diversidad, considerando que este sistema es ideal para el gobierno mundial del Siglo XXI, ya que es benévolo y razonable. Además, Malena se refirió a Zhao Tingyang, que tiene la convicción de que, para que China sea una verdadera potencia y supere a Estados Unidos, debe utilizar sus propios recursos intelectuales, creando sus propios conceptos y estructuras de alcance mundial.

En último lugar, el orador se refirió al grupo de los intelectuales de origen militar. El Coronel Junjun, según explicó Malena, considera que si China no aprovecha la oportunidad estratégica actual y se convierte en primera potencia mundial, se arriesga a quedar rezagada para siempre. Por último, el General Li considera que China debe "promover la armonía entre las naciones", en contraste con la visión de la lucha de las civilizaciones de las potencias hegemónicas.

Intentando esbozar algunas reflexiones sobre lo antedicho, Malena consideró que "los actuales pensadores que tienen mayor vigencia en la China actual, rehabilitan a Mao Tse-Tung", un claro contraste con las críticas a Mao por parte de la dirigencia reformista en China. Malena también destacó la importancia del pensamiento confuciano en los intelectuales, ya que este filósofo fue el que conceptualizó tanto a "la gran armonía" como un objetivo a llevar a cabo, a pensar que esta gran armonía se dará en la igualdad y en la unidad, y que la misma no es una "armonía en la diversidad".

Finalmente, Malena concluyó resaltando que tanto Hu Jintao y Xi Jinping, los dos últimos presidentes de la República Popular China, posicionaron la idea del "sueño chino". Mencionó que Hu hizo alusión a la idea de construir un mundo armonioso y promovió que el slogan de los Juegos Olímpicos del 2008 fuera "un mundo y un sueño". Posteriormente, Malena recordó que Xi hizo una manifiesta referencia al sueño chino, al expresar que "el sueño Chino es el sueño del mundo" y, además, que "lo que es bueno para China es bueno para el mundo".

El tercer expositor de la sesión académica fue Guillermo Santa Cruz, quien analizó la teoría del Realismo Moral. Esta teoría china fue elaborada por Yan Xuetong de la Universidad de Tsinghua de Pekín y une los conceptos del Realismo en las relaciones internacionales con conceptos de principios morales, poniendo énfasis en el desplazamiento de poder en el mundo. De esta manera asume que los países buscan poder para asegurar su supervivencia a través de generar reputación estratégica, un concepto clave de la teoría que se refiere básicamente a ser consecuente entre lo que uno dice y lo que uno hace. Santa Cruz indicó que el Realismo Moral distingue tres tipos de países: el país benevolente que sigue los principios morales, el país fuerte que, al contrario, usa la fuerza y se basa en "la ley de la selva", y el país dominante que es benevolente con sus aliados y fuerte con sus enemigos y, por lo tanto, presenta un doble estándar.

El surgimiento de China es lo más interesante que pasó en las últimas décadas, es algo histórico y que genera ciertamente muchas dudas

Santa Cruz

En el caso chino, Santa Cruz señaló que para convertirse en un líder global, China tiene que ser una potencia benevolente. Lo cual lo logrará siendo, primero, una potencia económica y, segundo, generando una reputación estratégica a través de alianzas militares y, más importante, a través de valores. En su teoría, Yan Xuetong contrapone valores que imperan en Occidente –igualdad, democracia, libertad– a valores centrales de China –equidad, justicia, civilización– y destaca una superioridad de los últimos. En vez de la igualdad de oportunidades, que por las capacidades distintas de los humanos hace ganar al más fuerte, el concepto de la equidad promueve un modelo social en donde el fuerte se compadece del débil. Por otro lado, la democracia ha sido un gran avance para la humanidad pero no garantiza que las acciones o decisiones que se toman sean justas, por lo cual en un mundo de grandes desigualdades la justicia es aún más importante que la democracia. Por último, la libertad es fundamental para el hombre pero tiene que estar incorporada en una "civilización" que contiene el accionar del hombre y asegura un orden social.

Ante estas postulaciones, Santa Cruz mencionó el argumento de Yan Xuetong que, en su camino hacia la cima, China tiene que conseguir cambiar los valores a escala global y de esta manera redefinir el orden internacional hacia un orden más justo. La promoción de valores propios está relacionada al "sueño chino", que es central a las estrategias del gobierno chino. En este marco, el expositor citó a Xi Jinping, el cual proclamó que es un "sueño el construir una sociedad rica en todo sentido y rejuvenecer a la nación china" y "el sueño de mostrar al mundo el compromiso chino para hacer mayores contribuciones a la paz y al desarrollo de la humanidad".

Concluyendo, Santa Cruz reflexionó: "El surgimiento de China es lo más interesante que pasó en las últimas décadas, es algo histórico y que genera ciertamente muchas dudas". Finalmente, postuló algunas preguntas abiertas acerca de qué posición debería tomar ante China un país como Argentina, si el reemplazo de los valores occidentales verdaderamente es posible y en qué medida China se presenta como una potencia benevolente o también aplica estándares dobles.

Finalmente tomó la palabra Carola Ramón, quien analizó la historia de China desde una perspectiva económica. Dividió la historia en tres etapas según distintas percepciones de cómo China se ve a sí misma y qué lugar ocupa China en el mundo.

En primer lugar, la doctora Ramón hizo mención al período pre-maoísta. Señaló que hasta inicios del siglo XIX China ocupaba un lugar predominante en la economía global, siendo un 33% del PBI mundial en 1820. A partir de 1839 inició el denominado "Siglo de Humillación china", época en que hubo un claro descenso económico y la participación de China en el PBI mundial pasó a un 5% en 1949.

La revolución y la fundación de la República Popular China en 1949 dieron inicio a la etapa Maoísta en la cual el porcentaje chino del PBI mundial quedó constante en alrededor del 5%. Según Ramón, este período se define por una cierta ambigüedad. Presentó algunas particularidades económicas de este periodo: las inversiones que han sido política o ideológicamente motivadas pero no eficientes, la falta de incentivos en la producción agrícola y la baja inversión en capital humano. En vista de estos factores la expositora afirmó que, comparada con el extraordinario surgimiento de China a partir de los años 80, la etapa Maoísta es frecuentemente percibida cómo un período de estancamiento.

Pero, por otro lado, Ramón constató que para China la etapa Maoísta también es considerada como un importante corte con el pasado y el fin del siglo de humillación. El nuevo período terminó con el descenso económico, por lo cual se le puede atribuir una relativa estabilidad y, finalmente consiguió un renacimiento chino y una adaptación exitosa al mundo.

A continuación, se refirió a la etapa post-1980. En este período, China tuvo un proceso de reforma y apertura y un escalonado desarrollo económico. Asimismo, experimentó un surgimiento de las zonas económicas especiales, el aumento de las inversiones externas, altas tasas de crecimiento y se insertó a la economía mundial.

Es una inserción que apunta a un rebalanceo del poder hegemónico de Estados Unidos, a tratar de llegar al concepto de una gran harmonía, mediante una presencia más fuerte en bloques regionales

Ramón

Ramón también destacó la enorme reducción de la pobreza: entre 1980 y 2010 se estima que China había sacado de la pobreza absoluta a más de 680 millones de personas. Del mismo modo, la expositora remarcó la transformación de China de una economía rural-agrícola a una economía urbana-industrial y el surgimiento de la clase media y la clase alta en las últimas décadas. Ante estos datos, Ramón recalcó un "desarrollo visible" en China que forma parte del orgullo nacional.

Finalmente, la doctora mencionó algunas estrategias chinas de inserción en el mundo. Indicó la integración económica de China a través de distintas iniciativas como el ASEAN+3, el Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP) y el proyecto eurasiático One Belt, One Road (OBOR), que pueden ser consideradas como respuestas a las iniciativas liderados por los Estados Unidos como el TTP o el TTIP. Por el lado financiero, Ramón destacó el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura que busca hacer frente a las instituciones de Bretton Woods y la creciente internacionalización del yuan que compite con el dólar.

En conclusión, la expositora interpretó la inserción de China desde el punto de vista geopolítico: "Es una inserción que apunta a un rebalanceo del poder hegemónico de Estados Unidos, a tratar de llegar al concepto de una gran harmonía, mediante una presencia más fuerte en bloques regionales".