19 de abril de 2016

Sesión académica a cargo de Osvaldo Hurtado, ex Presidente de la República del Ecuador

Por Andrés Matías Schelp

A la luz del derecho constitucional y de la ciencia política, los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua no encajan en los parámetros de los principios de la democracia

El ex presidente de la República del Ecuador comenzó su disertación introduciendo el tema a abordar, es decir, sus ideas y nociones respecto a la ideología del "socialismo del siglo XXI" en América Latina.

"A la luz del derecho constitucional y de la ciencia política, los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua no encajan en los parámetros de los principios de la democracia", sostuvo Hurtado. Señaló que la primera razón para sostener su posición es que en ninguno de los países aludidos existe el imperio de la Constitución y de la Ley. La Constitución existe, pero se ha convertido en instrumento meramente nominal, ya que el Presidente de la República tiene potestad para reformarla de hecho o interpretarla de acuerdo a su propio criterio.

En segundo lugar, Hurtado indicó que en estos países no existe la división de poderes. Remarcó que "tanto la función legislativa como la función judicial son sometidas a la autoridad del presidente igual que los órganos de control y, en general, todas las instituciones del Estado". Por ello, solo existe una autoridad, la del presidente de la República.

La siguiente razón que Hurtado mencionó fue la falta de vigencia de ciertas libertades y derechos constitucionales fundamentales en los cuatro países analizados. Si bien aclaró que no han desaparecido todos estos elementos, y que la mayoría siguen existiendo, sí dejaron de tener vigencia algunas que consideró fundamentales, como la libertad de expresión.

En cuarto lugar, Hurtado indicó que la falta de adecuación a los principios democráticos también se da por la vulneración de la alternancia en el poder y justificó su aseveración diciendo: "en los cuatro países se han hecho reformas constitucionales o se ha pretendido hacerlas para que el presidente de la República pueda ser reelegido indefinidamente".

En quinto lugar, la desaparición de la alternancia en el poder conlleva la desaparición del pluralismo político, un elemento esencial de la democracia, que postula la diversidad de ideas e intereses en contraposición al pensamiento único. Eso se debe a que, a pesar de la existencia de otros partidos políticos, el partido del gobierno es el único que en la práctica tiene derecho a asumir funciones públicas, en especial las importantes.

En sexto lugar, Hurtado señaló la inexistencia de la rendición de cuentas y la transparencia, al no existir justicia o fiscales independientes, ni función legislativa que fiscalice, ni libertad de prensa, todos ellos elementos del sistema democrático que permiten controlar, vigilar, escrutar y sancionar. Hurtado argumentó que sin un sistema de control, vigilancia y sanción, el "poder absoluto" de estos regímenes tiene como consecuencia inevitable la corrupción.

La última razón que el expositor recalcó es que, a pesar de celebrarse elecciones, la realidad es que, en los países aludidos, el plano electoral no se desarrolla ese día, sino antes. Por un lado, candidatos son inhabilitados, y por el otro, la propaganda se encuentra limitada para todos ellos menos para el presidente, que cuenta con todos los instrumentos del Estado a su servicio. Según Hurtado, las condiciones de la competencia política descriptas hacen imposible o muy difícil que la oposición pueda imponerse en las elecciones.

Se ha demostrado que el camino del socialismo, del estatismo, del aislacionismo, no son caminos que ayudan al desarrollo de las personas

A continuación, Hurtado enumeró tres razones por las cuales América Latina vio impasible la constitución de este tipo de gobiernos.

La primera es la existencia de una doble moral en la región, por la cual vastos sectores sociales tienden a mirar más benévolamente una dictadura de izquierda (sirven al pueblo, hacen reformas sociales, enfrentan al imperialismo) que a una de derecha, pese a que "son exactamente lo mismo".

Hurtado sostuvo que otra razón que normalmente se da es que, efectivamente, estos gobiernos ganaron elecciones y fueron respaldados por el pueblo. Sin embargo, argumentó que "la elección de los dignatarios de un sistema democrático es uno de los tantos elementos de la democracia".

En tercer lugar, Hurtado mencionó la narrativa que expresa que estos países están llevando a cabo una "revolución social" para corregir las inequidades estructurales de sus respectivas sociedades. Hurtado no sólo cuestionó la veracidad de este proceso, sino que afirmó que, en caso de que fuera cierto, no es una razón válida para que un régimen político deje de ser democrático.

Hurtado pasó finalmente a realizar una reflexión acerca de este fenómeno. Una importante "bandera" que los gobiernos aludidos exhibieron fue la de crear una "nueva democracia" (participativa) para sustituir a la democracia formal (democracia de pocos). Pese a ello, "en los cuatro países al final se ha consagrado una democracia en la que quien resuelve, elije, designa, juzga es una persona", sostuvo Hurtado. Es momento, recalcó, para que en América Latina "defendamos la democracia sin adjetivos", la democracia liberal, ya que "no existe otra democracia", los intentos por establecer un nuevo sistema democrático llevaron ineludiblemente a gobiernos autoritarios, "se ha demostrado que el camino del socialismo, del estatismo, del aislacionismo, no son caminos que ayudan al desarrollo de las personas".

Argumentó que "la mejor manera de acabar la democracia es prácticamente acabar con los partidos políticos y con los líderes políticos". Pese al descrédito generalizado de éstos -influido por los medios de comunicación- resaltó el rol del recientemente fallecido Patricio Aylwin como un ejemplo de los muchos líderes y partidos "honorables" que sirvieron a su país. Al mismo tiempo, sostuvo que "es inexplicable que América Latina siga neciamente buscando alternativas económicas a la economía de mercado", la cual se demostró exitosa en todos los países desarrollados, queriéndose aplicar modelos económicos alternativos que fracasaron y que incluso ya no existen.

Finalmente, Hurtado concluyó refiriéndose a la necesidad de que los países de la región reconsideren sus posiciones políticas y económicas. Consideró que "los intereses de América Latina tienen que estar mucho más relacionados con el mundo desarrollado" (más acento en las relaciones Norte-Sur y Sur-Norte en vez de Sur-Sur), dejando de lado "proyectos tercermundistas". Para el expositor esto no implica abandonar los proyectos de integración, pero sí la necesidad de redefinir las relaciones internacionales de América Latina, considerando un sinsentido una OEA sin Estados Unidos y Canadá (en referencia a la CELAC), y la falta de necesidad de que la UNASUR sustituya a éste y otros organismos de integración.

Osvaldo HurtadoLicenciado en Ciencias Sociales y Políticas, y doctor en Jurisprudencia (Universidad Católica del Ecuador). Participó en la fundación del Partido Demócrata Cristiano (1964) y fue sucesivamente Vicepresidente (1979-1981) y Presidente (1981-1984) de la República del Ecuador. Presidió la Asamblea Constituyente que aprobó la Constitución ecuatoriana de 1998. Actualmente preside la Corporación de estudios para el Desarrollo (Cordes), fundación que conformó en 1984 para el estudio de los problemas políticos, económicos y sociales del Ecuador. Dicta conferencias, hace consultorías, participa en foros Internacionales y ocasionalmente interviene en el debate político nacional