27 de abril de 2016

Sesión académica a cargo de Claudio Chaves, organizada por el Comité Estados Unidos con el auspicio de la Embajada de los Estados Unidos

Por Julieta Altieri

Las invasiones inglesas de 1806 y 1807 son la prolongación de una ‘guerra mundial’, la prolongación en otro territorio de la guerra que estaba ocurriendo en Europa

El miércoles 27 de abril de 2016 se llevó a cabo una sesión académica a cargo de Claudio Chaves quien se refirió a la influencia norteamericana en el federalismo argentino para lo cual se centró en tres momentos de la historia de Manuel Dorrego.

El orador empezó su exposición recorriendo los hechos que impulsaron a Dorrego a involucrarse activamente con la vida política de su país. Después de la batalla naval de Trafalgar de 1805, cuando las tropas españolas y francesas fueron derrotadas por la armada británica, el Reino de España comenzó a enfrentar problemas con respecto al control de sus colonias ya que el control de las vías marítimas estaba en manos de la marina británica. Chaves afirmó que las colonias esperaban una futura ofensiva inglesa, que se materializó en Buenos Aires en junio de 1806 y 1807. Según Chaves, este ataque era predecible ya que fue "la prolongación de una ‘guerra mundial’, la prolongación en otro territorio de la guerra que estaba ocurriendo en Europa", es decir una prolongación de las Guerras Napoleónicas.

Lo que la historia comúnmente no cuenta, destacó Chaves, es que en Buenos Aires había espías británicos que contaban con la ayuda de ciertos criollos notables como Castelli, Pueyrredón y Liniers. Este grupo de criollos creía que si los ingleses lograban invadir satisfactoriamente Buenos Aires, luego ellos se harían cargo del gobierno local. Chaves afirmó que el virrey Sobremonte sabía que Liniers era un espía británico, por lo cual le otorgó un cargo de menor nivel. Cuando los ingleses se apoderaron de la ciudad, Sarratea hizo una tertulia en su casa a la cual concurrió un sector de los comerciantes de Buenos Aires cuyos barcos habían sido capturados. En dicha reunión acordaron que le enviarían una nota al Virrey para que liberara los caudales como única forma de recuperar sus barcos. En ese momento, Liniers analizó la posibilidad de que los británicos apoyaran la independencia, pero después se dio cuenta de que no era una opción factible. Por lo tanto, Liniers, que en un primer momento apoyó a los ingleses, terminó liderando la resistencia y fue nombrado Virrey Temporal por el cabildo abierto.

El 1 de enero de 1809 se produjo un levantamiento a causa del nombramiento de Bernardino Rivadavia como Alférez por Liniers. El Cabildo concluyó que "ese nombramiento perjudica las distinciones de este cuerpo y sus privilegios para no admitir personas incapaces". En otras palabras, los miembros del Cabildo no querían poner al mando de las milicias de la ciudad a alguien sin oficio y a raíz de ello se le dio comienzo al levantamiento.

Chaves afirmó que es en este contexto que se puede observar el primer momento importante en la vida de Manuel Dorrego pues, con apenas 21 años de edad, defendió a un familiar político que había participado de esa junta y lo ayudó a escapar a Uruguay.

El segundo momento importante fue en 1815 cuando el Directorio desplazó a Alvear, que en ese momento era Virrey, por un "golpe" liderado por Álvarez Thomas. Durante el Congreso de Tucumán de 1816 se planteó la idea de la independencia y la cuestión del sucesor del Director Interino, Álvarez Thomas. Allí aparece como candidato un salteño, pero los porteños se opusieron ferozmente. Es en ese momento que Dorrego esbozó la idea del federalismo. Sin embargo, Pueyrredón es nombrado Director, causando el exilio de Dorrego en los Estados Unidos.

Dorrego creía que a medida que los Estados se desarrollaran iban a tener capacidad para sostenerse

El tercer momento se dio en el Congreso del año 1826 cuando Dorrego asistió como diputado de Santiago del Estero y adoptó una posición contraria al unitarismo porteño. No obstante, el problema era que no había dinero para financiar su propuesta federal. "Dorrego creía que a medida que los Estados se desarrollaran iban a tener capacidad para sostenerse", afirmó Chaves. Pero lo que no admitió es que la financiación en realidad provenía de la aduana del puerto de Buenos Aires, por lo que terminó quedando en minoría en dicho Congreso.

El gran aporte de Dorrego a la Constitución de 1826, fue que en lugar de que el Presidente designara a los gobernadores, los elegiría a partir de una terna elevada por las juntas de representantes de cada provincia. El problema recaía en que las juntas que elegían dichas ternas podían ser intervenidas por el gobierno nacional, por lo que en la práctica, su idea no fue tan efectiva.

A modo de conclusión, Chaves reafirmó que el inconveniente de la propuesta de federación de Dorrego era la cuestión financiera respecto a los fondos nacionales, problema que lograría resolver recién Uruquiza.

Claudio ChavesProfesor de Historia y licenciado en Gestión Educativa. Profesor de Enseñanza Media, Terciaria y Universitaria. Director de Escuela Secundaria de Adultos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Asesor Educativo de la Bancada del PRO de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Asesor Histórico del Archivo General de la Nación. Autor de numerosos libros como "El retroprogresismo", "Un liberalismo criollo de Perón a Menem", "La gestión escolar en tiempos de libertad", "El Perón liberal", "Historia Política Argentina", "Los orígenes de la Patria y sus mujeres. 1806-1816", "El Revisionismo Histórico Liberal. Vida y Obra de Olegario V. Andrade". Además, es autor de las obras de teatro "Cartas de amor a la Patria", "Hombres de casaca negra", "Entre la sangre y el tiempo" y "Halcones y Palomas". En radio ha participado en micro programas históricos emitidos por Radio Provincia durante 2011 y 2012. Asimismo, ha colaborado en diversos periódicos y revistas