22 de septiembre de 2010

Seminario organizado por el Comité de Asuntos Asiáticos

Por Franco Palazzolo
El seminario tuvo lugar en la sede del CARI el miércoles 22 de septiembre de 2010, con los siguientes temas y expositores:

- Las relaciones bilaterales entre Argentina y Japón, Embajador Hitohiro Ishida

- Nuevas estrategias públicas para la revitalización de Japón, Licenciado Virgilio Tedín Uriburu

- Las propuestas de Japón y el control del medio ambiente, Embajador Raúl Estrada Oyuela

La situación crítica del Sistema Internacional en la actualidad supone fuertes desafíos a la relevancia estratégica y económica de Japón. El Embajador de Japón, Hitohiro Ishida, realizó una breve introducción de la situación estratégica de Japón en el mundo y los beneficios mutuos que podría aportar una relación comercial más estrecha con la Argentina.

Históricamente, su reducido territorio y los escasos recursos de la isla, sumado a una elevada cantidad de habitantes, lo han obligado a buscar en el exterior el abastecimiento necesario para sostener su desarrollo económico. Es entonces imprescindible, dada la insuficiente superficie de tierra cultivable, garantizar un suministro estable de alimentos y recursos naturales elementales desde otros países o regiones para mantener el bienestar de la nación.

La complementariedad de las economías japonesa y argentina es ideal, según comentó el Embajador: Japón precisa los alimentos que produce la Argentina, y nosotros a su vez necesitamos la tecnología que Japón puede proveernos

Dadas estas circunstancias, la complementariedad de las economías japonesa y argentina es ideal, según comentó el Embajador: Japón precisa los alimentos que produce la Argentina, y nosotros a su vez necesitamos la tecnología que Japón puede proveernos. Por ello destacó la relevancia de trabajar más en la consolidación de diversos acuerdos de cooperación comercial, programas conjuntos, proyectos de intercambio. Además, resaltó que las relaciones de amistad han llevado a un incremento de las inversiones japonesas en nuestro país. Finalmente, agregó que compartimos valores y principios fundamentales de derechos humanos, democracia y desarme, entre otros.

En segundo lugar, el Licenciado Virgilio Tedín Uriburu argumentó en su presentación que el estancamiento relativo del crecimiento japonés los ha obligado a desarrollar nuevas estrategias para superar los problemas estructurales de su economía. El PBI en los últimos 20 años ha crecido a sólo el 1% anual, reflejando un fuerte descenso en el nivel de actividad económica, además de la fuerte caída del nivel de ahorro de los hogares, del consumo privado y del consecuente avance del sector público para mantener la actividad económica, aumentado por ende el déficit fiscal, sumado a un valor demasiado alto para el Yen.

Tedín Uriburu indicó, pues, que uno de los errores más graves de Japón era la incapacidad para comprender que el paradigma de los negocios en el mundo ha cambiado radicalmente desde los 80, década en que el Modelo de Empresa Vertical había resultado muy exitoso en ese país. En los años 90 e inicios del siglo XXI se impusieron nuevos modelos de Cadenas de Valor: la producción salta de un país a otro, fruto de una estructura industrial globalizada.

Éste es pues el modelo económico implementado actualmente en el Este de Asia y en China, país que sólo se dedica a la producción y exportación de bienes, pero no es dueño de la tecnología de punta que fabrica. Empero, éste modelo productivo depende en gran medida de las ventajas competitivas respecto de los costos de producción, como el caso típico de la industria electrónica. Japón por el contrario tiene un mayor desarrollo en tecnología de punta, pero cerrada y limitada a ese país, por lo cual no se avanza hacia el exterior.

Del contexto económico actual de Japón se desprende, según Tedín Uriburu, la conclusión de que el país avanza a dos velocidades: por un lado existen algunas pocas grandes empresas capital intensivas, muy rentables y competitivas, con fuertes inversiones en el exterior (como la industria automotriz, la electrónica y la siderurgia); mientras que por el otro lado hay una gran cantidad de PyMES con una productividad reducida y muy ineficientes.

Para afrontar estos desafíos, el Ministerio de Economía (METI) ha implementado lo que, en líneas generales, se ha llamado la "Nueva Estrategia de Crecimiento de Japón". Deben resolverse algunos problemas fundamentales: la crisis de la estructura industrial, los problemas inherentes al modelo de negocios y más específicamente, la infraestructura de los mismos. Para afrontar estos desafíos, Japón ha implementado recientemente dos estrategias centrales de crecimiento. La primera busca acrecentar las bases del crecimiento, la infraestructura, la productividad, con un mayor control de los mercados y la apertura de exportaciones. La segunda -que resultó en un rotundo fracaso- radicaba básicamente en una fuerte apertura económica implementada desde los años 90, sin concentrarse en la resolución de los problemas estructurales de la economía nipona. La Estrategia al 2020 es, por tanto, mejorar aspectos esenciales de la sociedad, el medio ambiente y la economía. Para ello se buscará aprovechar sectores en que Japón tiene ventajas competitivas, como la excelencia en Investigación y Desarrollo, un mercado interno fuertemente consolidado y un importante desarrollo de alta tecnología en medio ambiente y salud. Los objetivos son muy claros: lograr un crecimiento del 2% real al 2020, salir definitivamente de la deflación, establecer como prioridades la salud y calidad del trabajo, trabajar enérgicamente en la reestructuración fiscal, reduciendo por ejemplo los impuestos a las empresas para mejorar su competitividad.

Además de los desafíos en el plano económico, Japón enfrenta también varios desafíos en el plano ambiental. El Embajador Raúl Estrada Oyuela analizó el rol de liderazgo de ese país en relación al combate del cambio climático y los problemas medio ambientales del mundo actual, y sus importantes contribuciones a la investigación ecológica.

Japón tiene grandes desafíos hacia el futuro. Deberá hacer frente tanto problemas económicos como medio ambientales, entre otros. A pesar de las complejidades de los mismos, el potencial, las capacidades y el desarrollo tecnológico del país serán la clave

El desafío central es el de lograr estabilizar la concentración de gas invernadero en la atmósfera, para asegurar la continuidad de la producción de alimentos. Podemos indicar que existe un gran interés de la Argentina para evitar malas condiciones climáticas que afecten su ventaja competitiva respecto de la producción de alimentos. Japón, por su parte, si bien tiene obviamente menos superficie cultivable, tiene la ventaja clave de tener un consumo de energía por unidad de producto muy reducido, producto del esfuerzo de años por mejorar la eficiencia de su producción de alimentos con recursos limitados.

Estrada Oyuela afirmó, entonces, que una de las estrategias centrales de Japón para hacer frente a los problemas ambientales es la del denominado "Mecanismo de Desarrollo Limpio" que parte del Protocolo de Kyoto, mediante el cual buscarán cumplimentar las metas propuestas de reducción de Gases de Efecto Invernadero. Japón ha logrado reducir significativamente sus emisiones fósiles, además de haber realizado diversos compromisos y apoyado iniciativas de proyectos conjuntos.

Sin embargo, debemos mencionar que este sistema ha fracasado en el objetivo de lograr desarrollo o innovaciones tecnológicas en la Argentina. Esta situación contrasta con el hecho de que Japón ha desarrollado diversos proyectos conjuntos con Brasil, que ha sido más activo que Argentina para promover este tipo de iniciativas. Asimismo, la mitad de los proyectos conjuntos de Japón se realizan con China. Por otro lado, se están estableciendo e implementando en Japón mecanismos internos de "Cap and Trade", entre los cuales se encuentra, por ejemplo, un proyecto pionero en la ciudad de Tokyo. Sin embargo, las empresas japonesas tendrán un costo de producción mayor al tener que regirse bajo estas normas, lo que podría generar graves consecuencias para su competitividad internacional.

Podemos entonces concluir que Japón tiene grandes desafíos hacia el futuro. Deberá hacer frente tanto problemas económicos como medio ambientales, entre otros. A pesar de las complejidades de los mismos, el potencial, las capacidades y el desarrollo tecnológico del país serán la clave para poder superarlos exitosamente.