8 de octubre de 2013

Sesión académica a cargo de Elena Lazarou, Directora del Centro para las Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas

Por Juan Pablo Krzemien

El 8 de octubre de 2013 la Directora del Centro para las Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas, Elena Lazarou, ofreció una sesión académica donde analizó la actualidad de la relación de la Unión Europea con Brasil y América Latina en su conjunto.

La expositora señaló cuatro grandes cuestiones que debemos plantearnos al analizar las relaciones de la Unión Europea (UE) con Brasil y el resto de la región. Respecto a América Latina (AL), se preguntó si la región se está convirtiendo en un actor relevante del sistema internacional y si la década pasada fue una oportunidad aprovechada o desperdiciada.

Respecto a Europa, a la luz del impacto de la crisis en el viejo continente, se preguntó si se está convirtiendo en un actor irrelevante, qué será de su futuro y de qué manera se verá afectada la configuración global y las relaciones UE-Brasil. La investigadora afirmó que esta crisis también es una crisis de identidad para la UE, al observar que algunos países están retrayéndose hacia sus intereses nacionales. Esto la llevó a preguntarse con quién debería estar hablando Brasil y AL, con Bruselas o con países puntualmente.

En tercer lugar, se preguntó qué significan estos cambios para la gobernanza global y los organismos multilaterales y si será posible que ambas regiones puedan actuar conjuntamente en las reformas. Finalmente, Lazarou se planteó qué tipo de mundo es el que está emergiendo y señaló que, sea este mundo multipolar o bipolar, la cuestión es cómo encajan la UE y AL en él y cómo pueden decidir ambas regiones con quién deben aliarse.

Centrándose en las relaciones UE-Brasil, la directora de la Fundación Getulio Vargas señaló que las mismas se están observando en tres niveles diferentes. El primero, se centra en las relaciones que Brasil mantiene con la UE en su conjunto, el segundo analiza la relación con cada uno de los miembros individualmente y el tercer nivel analiza las relaciones interregionales que mantiene la UE con AL.

Sea este mundo multipolar o bipolar, la cuestión es cómo encajan la UE y AL en él y cómo pueden decidir ambas regiones con quién deben aliarse

Lazarou resaltó que Brasil es el único país de América del Sur que tiene una relación estratégica con la UE. Dejando de lado el comercio, este instrumento, que se acordó en el año 2007, es el más importante de la relación. Se trata de un acuerdo no vinculante para discutir las cuestiones importantes al más alto nivel y se basa en la premisa de que ambos actores tienen en el sistema internacional una serie de principios compartidos respecto a grandes temas, siendo los principales el multilateralismo y la democracia.

Esta alianza estratégica entre la UE y Brasil condujo a una serie de reuniones centradas en temas como seguridad, desarrollo sustentable, ciencia y tecnología, educación y cooperación interregional. Sin embargo, las últimas cumbres se vieron afectadas por la crisis en la UE y el cambio en el peso relativo de ambos actores en el sistema internacional, cobrando mayor interés cuestiones como la gobernanza global y financiera y las posiciones de cada uno en el G20.

En el ámbito de la Seguridad, la alianza estratégica establece que debe buscarse el diálogo y el consenso en asuntos de seguridad global. Sin embargo, hay un número de temas en los que existen dificultades.

En primer lugar, cuando los principios de Soberanía Nacional y el respeto por los derechos humanos (DDHH) entran en conflicto, Brasil prioriza el respeto por la soberanía nacional, mientras que la UE está a favor de la intervención en defensa de los DDHH.

La multiplicidad de formatos regionales y su diversidad institucional y de otros tipos resulta confusa para los actores externos

En segundo lugar, frente la demanda de Brasil por ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, países como Reino Unido y Francia se muestran a favor, pero la UE como institución demanda que Brasil muestre una mayor responsabilidad frente a los asuntos globales.

En tercer lugar se encuentra la cuestión del Atlántico Sur, en torno a la cual se discuten temas como militarización, piratería y exploración de recursos. La UE está abordando la cuestión desde nuevos enfoques, lo que es visto con suspicacia en Brasil. Otro tema analizado es el de la reforma del sector de seguridad en África. En este asunto la cooperación trilateral entre la UE, Brasil y estados africanos ha crecido más que muchas otras.

El último tema del ámbito de seguridad es el de la ciber-seguridad. Lazarou señaló que, a pesar de que tanto Brasil como la UE fueron víctimas de ciber-ataques por parte de EEUU, la reacción de Europa fue mucho más moderada, casi simbólica. En este ámbito, la cooperación con la UE es importante para Brasil, no solo para alcanzar un acuerdo, sino para hacerse de conocimientos y tecnologías para afrontar estos asuntos sin involucrar a EEUU.

Respecto al comercio y las inversiones, la disertante resaltó el volumen del comercio bilateral, el acuerdo que se negocia entre la UE y el Mercosur y la importancia de las inversiones en las relaciones y las negociaciones. En primer lugar, Lazarou señaló que para Brasil la UE es el principal socio comercial, el principal destino de sus exportaciones y el principal inversor externo. Sin embargo, si observamos la composición del comercio bilateral se evidencia que mientras que las importaciones europeas son principalmente alimentos, las importaciones brasileñas se componen principalmente de maquinaria y equipamiento de transporte.

La investigadora señaló que el volumen comercial se vio afectado por la crisis, profundizando el déficit brasileño, debido a la caída de los precios de las commodities pero también por la disminución de las importaciones desde la UE. De hecho, aunque la UE sigue siendo el principal socio comercial del Brasil, es seguido muy de cerca por China.

En los últimos años la confianza de Brasil para negociar con la UE se ha incrementado debido al aumento de su comercio con otros socios, especialmente los BRICS

Lazarou señaló que en los últimos años la confianza de Brasil para negociar con la UE se ha incrementado debido al aumento de su comercio con otros socios, especialmente los BRICS. Esto se vio reflejado cuando Brasil obtuvo un compromiso por parte de la UE de trabajar en conjunto para impulsar el comercio y las inversiones.

La doctora puso de relieve la importancia de las inversiones brasileñas en el viejo continente, constituyéndose en el quinto inversor en la UE. Siendo al mismo tiempo la UE el principal inversor en Brasil, la cuestión de las inversiones se ha convertido en un tema estratégicamente relevante en las cumbres y en la agenda de negocios.

El último elemento de la Relación Estratégica es la cooperación trilateral con África, que consiste fundamentalmente en el trabajo conjunto para el desarrollo democrático y tecnológico en el continente. Sin embargo, Brasil interpreta que mucha de la ayuda de la UE a África está sujeta a condicionamientos normativos y, en su lugar, se inclina por proyectos de cooperación técnica.

Al abordar las relaciones de la UE con la región latinoamericana en su conjunto, la expositora señaló que la multiplicidad de formatos regionales y su diversidad institucional y de otros tipos resulta confusa para los actores externos. En este sentido, la UE reconoce 27 grupos, institucionalizados o no, en la región.

Lazarou señaló que la principal barrera para el avance de las relaciones interregionales parece ser la dificultad para acoplarse al Mercosur y la facilidad para hacerlo con la Alianza del Pacífico (AP). La investigadora considera que esta disputa es contraproducente para la región en su conjunto, aunque observa una tendencia en la UE de mayor aproximación hacia la AP.

Para concluir, la expositora señaló que el contexto internacional es altamente favorable para la integración regional y las negociaciones flexibles y rápidas, y resaltó que la UE es un actor muy interesado en alcanzar un acuerdo de este tipo con la región.

Lazarou considera que Argentina y Brasil son los actores que tienen la capacidad de generar en la región las condiciones necesarias para alcanzar un acuerdo con la UE, no solo respecto al comercio, sino también a la seguridad, gobernanza global y otros asuntos. Pero para ello, es necesario que estos países entiendan que firmar un acuerdo no necesariamente implica una imposición, sino la posibilidad de crear normas y reglas.

La expositora concluyó que si Brasil, que es un socio estratégico de la UE, puede integrar al resto de AL a las discusiones, esto repercutirá no sólo en su propio beneficio sino en el de la región en su conjunto.