20 de octubre de 2014

Sesión académica a cargo de Su Excelencia el Embajador del Reino de Marruecos, D. Fouad Yazourh, organizada por el Comité de Asuntos Africanos, de los Países Árabes y Oriente Medio

Por Hélène Lavillauroy

En un primer momento el Embajador Fouad Yazourh hizo un breve recorrido geográfico sobre el Estado marroquí. En su presentación puntualizó que el Reino de Marruecos se halla al extremo Norte Occidental de África y a catorce kilómetros de Europa. El país fue testigo de todas las peripecias mediterráneas –romanas, egipcias– hasta la llegada del Islam en el siglo VII. Desde ese entonces y hasta ahora, el país ha funcionado como monarquía y la actual familia reinante conduce el país desde hace cuatro siglos.

Marruecos fue colonizado, por un cierto período, como todos los países de la región. Sin embargo, según el expositor, "este proceso que empezó en 1912 fue atípico ya que el país tuvo una colonización por etapas, en el espacio y en el tiempo". De hecho, el extremo norte y la parte sahariana del territorio fueron colonizados por España mientras que el centro era un protectorado francés con excepción a dos provincias españolas. La descolonización se hizo, por consiguiente, también en partes. En 1956 se recuperó la parte francesa en marzo, y la parte española en noviembre. Posteriormente, en 1959, se recuperaron las últimas zonas hasta retomar el Sahara marroquí en 1975.

Seguidamente, el Embajador del Reino de Marruecos comentó las diferentes reformas emprendidas en el país desde la independencia. Ante todo, Yazourh subrayó que su país siguió, a partir de la independencia, el camino del multipartidismo, de la libertad sindical y de la libertad de prensa en una región en la cual esto no ha sido la norma: Marruecos es uno de los pocos países que no eligió el partido único. No obstante, existieron resistencias y luchas para intentar instalar un régimen totalitario. El gobierno no dudó en usar métodos no ortodoxos para administrar esas dificultades.

Marruecos supo tratar con su historia, capitalizar su experiencia, abrir el diálogo entre sus componentes

La primera reforma que Fouad Yazourh señaló fue una repuesta a las situaciones de violencia mencionadas. En los años noventa, se creó un Consejo de Derechos Humanos – la llamada Comisión Equidad y Reconciliación - con el objetivo de reconocer los abusos y de conciliarse con el pasado para garantizar que tales hechos no se repitan. La iniciativa partió de la decisión de Mohammed VI, quien es hijo de Hassan II, monarca cuyo reinado había sido marcado por las violencias institucionales. Hubo audiencias, reparaciones materiales, reconocimientos públicos. Las conclusiones de la comisión son ahora parte de la propia Constitución. Fouad Yazourh afirmó que "el país ha logrado una gran estabilidad y un respeto a nivel internacional en materia de derechos humanos".

Para completar y manifestar el éxito de la reconciliación, Fouad Yazourh mencionó el primer gobierno socialista – llamado gobierno de alternancia - que empezó en 1998, bajo el reinado de Hassan II y fue liderado por Abderrahman el-Youssoufi, un hombre que había sido condenado a muerte en 1965. En general, los extremistas de izquierda renunciaron a la confrontación extrema y se transformaron en demócratas de tal manera que las reformas institucionales y políticas se pudieron hacer en base a una comunicación entre los miembros del Estado, afirmó Yazourh.

Un código civil muy progresista para nuestro contexto regional

Luego, el representante marroquí se detuvo en el período posterior a 1999 durante el reinado de Mohammed VI. Indicó que se hicieron reformas de todo tipo: económicas, laborales, industriales, turísticas, etc. Fouad Yazourh mencionó particularmente el nuevo código de la familia en el cual la mujer toma la misma responsabilidad y los mismos derechos que el hombre. Según el expositor, "esa revolución jurídica tiene su origen en una religión que se abre a la modernidad". El código fue aceptado por el Parlamento y por la población en general. A continuación, mencionó la iniciativa nacional de desarrollo, del año 2005, para responder a problemas sociales de desarrollo urbano. El objetivo es crear riqueza para el Estado y crear empresas.

Finalmente, el diplomático señaló la reforma de la Constitución que se hizo en 2011. Si el contexto regional era la Primavera Árabe, en Marruecos fue más bien una coronación de las reformas que habían empezado en los años noventa. Aun cuando existieron manifestaciones, fueron pequeñas, sin gran impacto, y no fue algo nuevo para el país.

Según el Embajador Yazourh, la nueva Constitución fue la partida del afianzamiento de la democracia. Consagró la supremacía de las leyes internacionales sobre la ley interna, la paridad hombre-mujer y el reconocimiento de los derechos culturales. En este último punto, el representante marroquí subrayó, como componente fuerte de la población el pueblo árabe amazigh -comúnmente llamado bereber, deformación de la palabra barba-. El Preámbulo de la Constitución reconoce su cultura y establece su lengua como idioma oficial.

Son reformas que venían desde abajo hacia arriba y que, entonces, siempre han sido bienvenidas y adoptadas por la gente

En un tercer momento, Fouad Yazourh ofreció una mirada internacional sobre su propio país. Hizo hincapié en la necesidad de una cooperación internacional en las zonas de baja población donde difícilmente se puede controlar el tráfico de armas, de personas y de drogas. Consideró que es esencial una cooperación regional entre los países involucrados. Más allá de la región, insistió en la cooperación con América latina ya que el 30% de la cocaína llega por el Golfo de Guinea desde esta región.

En cuanto a la temática de la integración, el Embajador marroquí explicó que "el proyecto de integración de la Unión del Magreb Árabe de 1989 se encuentra todavía paralizado por muchas divergencias entre los miembros". En su opinión, la región está dividida frente a la gigante Unión Europea (UE) y no puede ser fuerte a pesar de su 100 millones de consumidores y de su complementariedad productiva.

A continuación, Fouad Yazourh destacó la fuerte relación de Marruecos con América Latina, ya que tiene nueve embajadas en la región, y la voluntad de fortalecer aún más la presencia diplomática para hacer crecer los lazos comerciales y culturales. De la misma manera, el diplomático hizo mención al afán marroquí de pertenecer a las instituciones americanas a través de estatutos de asociación como ya los tiene, por ejemplo, en la Organización de los Estados Americanos (OEA). Son instrumentos de cooperación sur-sur para poder intercambiar opiniones sobre problemas y desafíos similares.

Antes de llegar a una cooperación internacional, hay que pasar por una cooperación regional

A continuación, el representante indicó que Marruecos fue el primer país en firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea. Actualmente, este acuerdo se encuentra en fase de "estatuto avanzado", es decir que Marruecos participa en todos los programas, menos las instituciones, para poder entrar en el mercado europeo. Para concluir, señaló que el país ya tiene un régimen de libre comercio con los Estados Unidos, la Unión Europea, y  los países de la parte de África Occidental.

Fouad YazourEmbajador del Reino de Marruecos. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah de Fez. Diploma de Estudios Internacionales en la Escuela Diplomática de Madrid. En el Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación ha sido Director de Asuntos Americanos (2009-2011) y Director de Comunicación (2006-2009). Anteriormente fue Ministro Consejero en la Embajada del Reino de Marruecos en España (2003-2006). Recibió la condecoración del Orden de Mérito Civil otorgado por Su Majestad el Rey Juan Carlos I de España