2 de agosto de 2010

Sesión académica organizada conjuntamente por el CARI, la Real Embajada de Noruega en Argentina y Naciones Unidas en Argentina

Por Victoria Gazze

El uso de las municiones en racimo producen, en primer lugar, un impacto psicológico, social, económico y financiero; en segundo lugar, la destrucción de hábitats, actividades y consiguientes problemas de salud; en tercer lugar, el agotamiento de los recursos llevando finalmente al impacto global

Julián Bertranou

El Embajador del Reino de Noruega en la Argentina, Nils Haugstveit, la Directora de la Asociación para Políticas Públicas (APP), María Pia Devoto, el profesor de la maestría en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, Fabián Calle y Julián Bertranou, Coordinador del Área de Gobernabilidad Democrática del PNUD Argentina, ofrecieron una sesión académica el lunes 2 de agosto en el foro del CARI sobre el contenido y significado de la Convención sobre Municiones en Racimo luego de su entrada en vigencia el 1 de agosto de 2010.

La aprobación de la Convención atravesó un largo proceso de debates. En vista de los padecimientos a los que se ha visto sometida la población civil durante décadas, debido al carácter impreciso de este tipo de armas y ante la falta de respuesta de otros foros internacionales, el Reino de Noruega lanzó en 2007 el denominado "Proceso de Oslo". Dicho proceso tuvo por objetivo la concertación de un Tratado Internacional para prohibir las municiones en racimo que causen sufrimientos inaceptables a las personas civiles.

Tras la celebración de un conjunto de conferencias de seguimiento como las de Lima, Viena y Wellington, entre otras, se desarrolló en mayo de 2008 en Dublín, Irlanda, una Conferencia Diplomática de la que participaron más de 100 Estados y en la que tuvo lugar la aprobación de la Convención sobre municiones en racimo.

"El enfoque central de la Convención es el ser humano", expresó el Embajador Haugstveit al inicio de la sesión académica, en un contexto donde las poblaciones civiles y los civiles considerados individualmente resultan ser los más afectados durante los conflictos armados.

La Convención expresamente prohíbe la producción, empleo y almacenamiento de municiones en racimo, entendiendo por tales, una munición convencional que ha sido diseñada para abrirse en el aire y dispersar o liberar decenas o cientos de sub municiones explosivas, cada una de ellas de un peso inferior a 20 kilogramos. Un elevado número de estas sub municiones - entre 5 y 30 por ciento según los expertos - quedan sin detonar, permaneciendo activas durante años y actuando como minas antipersonales.

Dicha Convención, agregó Haugstveit, "recibe con satisfacción el apoyo internacional a la norma ya existente que prohíbe el empleo de minas antipersonales", contenida en la Convención sobre la Prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de Minas antipersonales y sobre su destrucción de 1997.

Remitiéndose a las palabras del Secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien, tras la entrada en vigencia de la Convención destacó el poder de colaboración entre los gobiernos, la sociedad civil y la ONU para cambiar actitudes y políticas bajo una amenaza enfrentada por toda la humanidad, Julián Bertranou mencionó en rasgos generales, los impactos que produce el uso de las municiones en racimo: "Por un lado, un impacto psicológico, social, económico y financiero; en segundo lugar, la destrucción de hábitats, actividades y consiguientes problemas de salud; en tercer lugar, el agotamiento de los recursos llevando finalmente al impacto global".

En un contexto donde las poblaciones civiles son las más afectadas por los conflictos armados, el enfoque central de la Convención es el ser humano

Nils Haugstveit

Representante de la Asociación para políticas públicas, María Pía Devoto celebró el triunfo de los valores humanitarios sobre un arma cruel e injusta y enfatizó sobre el rol de la sociedad civil como un nuevo actor influyente en la agenda internacional: "Hemos desarrollado acciones de campaña y movilización pública con el objetivo de generar mayores niveles de conciencia humanitaria y favorecer la contención de sectores en riesgo".

Al finalizar su intervención, Devoto destacó la importancia del artículo 5 sobre asistencia a las víctimas: "Supone un avance en el respeto de los derechos humanos en tiempos de conflicto".

La sesión académica concluyó con la participación de Fabián Calle, quien brindó su opinión acerca de la utilización futura de este tipo de armas.

"Las bombas de racimo serán reemplazadas por otras de tecnología de avanzada", consideró. Además, agregó: "se percibe un viento a favor hacia lo tecnológico".

Respecto a la utilización de este tipo de armas, el antecedente más reciente fue la incursión israelí al Líbano, en 2006, pero su uso se puede comprobar desde el conflicto de las Islas Malvinas, en 1982, cuando el Reino Unido arrojo 107 unidades de las mismas.

Por otro lado, Calle señaló la posición de la República Argentina sobre la Convención: "La Argentina ha tomado una posición neutral, entre el rechazo y la adhesión".

Si bien la Argentina participó de la Conferencia Diplomática celebrada en Dublín, al día de hoy no la ratificado.