Boletín de Noticias de Análisis Internacional

Semana del 3 de abril al 10 de abril de 2023

 

INDICE

1. Finlandia se convierte en miembro de la OTAN

2. Documentos filtrados revelan los esfuerzos de espionaje de EE.UU. y las luchas militares de Ucrania y Rusia

3. Xi Jinping y Emmanuel Macron mantuvieron una reunión informal en China

4. La "guerra de los chips" entre la China y los Estados Unidos

5. Crecen las tensiones en torno a Taiwán

6. Irán y Arabia Saudita restauran lazos diplomáticos

7. La OPEP+ anuncia recortes en la producción de petróleo: efectos en el mercado y en los precios internacionales

8. Arabia Saudita se une a la Organización para la Cooperación de Shanghai

9. Los ministros de RR.EE. de Siria y Egipto se reúnen luego de una década

10. La política exterior de China en África

 

 

1. Finlandia se convierte en miembro de la OTAN

El martes 4 de abril Finlandia se incorporó oficialmente a la OTAN, hecho que duplica la frontera de la alianza militar con Rusia (Deutsche Welle). La adhesión de Helsinki se produce luego de la aprobación del Parlamento turco el 30 de marzo, siendo el último de los 30 países que conforman la organización en brindar su aprobación (Al Jazeera). La solicitud formal como aspirantes a miembros de la alianza fue presentada de forma simultánea por Finlandia y Suecia en mayo de 2022 (OTAN). El caso sueco presenta un avance más lento a comparación de su vecino, en gran parte debido a la resistencia por parte de los gobiernos de Budapest y Ankara para validar el ingreso de Suecia a la OTAN (Japan Times). Adicionalmente a los 1340 kilómetros limítrofes con Rusia, Finlandia aportará a la OTAN capacidades logísticas y militares que son consideradas como "violaciones a la seguridad y a los intereses nacionales" por el Kremlin (BBC). Se estima que las fuerzas armadas finlandesas cuentan con 24 mil efectivos, 900 mil reservistas, y alrededor de 850 sistemas de artillería de servicio (Info Defensa). En el 2026 comenzará la entrega de 64 aviones de combate Lockheed Martin F-35A Lightning II, en adición a tres nuevas corbetas multifunción para combate de superficie que se están construyendo actualmente en Finlandia para entrar en servicio en 2029 (Reuters). En el año 2022 el presupuesto destinado a defensa del gobierno de Helsinki fue del 1,96% de su PBI, superado dentro del marco de la OTAN por Estados Unidos (3,47% PBI), Polonia (2,43% PBI), Estonia (2,34% PBI) y Reino Unido (2,12% PBI) (ERR). De concretarse el escenario de Suecia como 32° miembro, la zona del mar Báltico se convertiría en un territorio con amplia presencia de la OTAN, reforzando el mensaje estratégico de solidez que pretenden enviar los aliados  (Foreign Policy). Dentro de la coyuntura político-económica de escasez de energía en Europa, los gasoductos Nord Stream conforman la infraestructura energética más relevante dentro del mar Báltico, transportando hidrocarburos de Rusia a Alemania a través del lecho marino (El País). El incremento de fuerzas aliadas en la región es clave para garantizar la continuidad del suministro de gas a Europa, así como la funcionalidad de los cables submarinos de fibra óptica que procesan el 95% de la información internacional (Center for Strategic and International Studies). En la misma línea, una de las razones que impulsan el quiebre de la neutralidad de Finlandia hacia Rusia puede radicar en la necesidad de seguridad. La percepción de Rusia como amenaza hacia el país báltico se acrecentó ostensiblemente en 2014, con la anexión rusa de Crimea y el apoyo a las milicias en Donetsk y Luhansk (Instituto Español de Estudios Estratégicos). La posibilidad de formar parte de la OTAN conllevaba entonces la disrupción de los lazos entre Moscú y Helsinki, motivo que llevó a desestimar el proyecto de incorporación a la organización (Carnegie Endowment for International Peace). Finalmente, el estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022 provocó una rápida escalada de las tensiones en Europa, operando como catalizador para el acercamiento entre Finlandia y la OTAN (Le Monde Diplomatique). Las declaraciones de Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, no indican al momento un conflicto inminente con Finlandia. Peskov ha hecho énfasis en la potencial utilización de la posición geográfica de Finlandia como base de despliegue de armamento, sistemas e infraestructura, observando que se tomarán medidas sobre la base del desarrollo de los acontecimientos (The Washington Post).

 

2. Documentos filtrados revelan los esfuerzos de espionaje de EE.UU. y las luchas militares de Ucrania y Rusia

Recientemente se filtraron documentos que exponen los esfuerzos de espionaje de Estados Unidos y las luchas militares que se llevan a cabo entre Ucrania y Rusia. La información fue publicada y difundida mayormente en redes sociales, con datos actualizados por última vez el 1 de marzo. En concreto, incluyen mapas de Ucrania, calendarios de entrega de armas y gráficos que indican dónde se concentran las tropas y de qué tipo de armamento disponen (El País). Se trata de un caso con muchas incógnitas, ya que en verdad no está clara la autenticidad de los documentos, razón por la cual el Pentágono se encuentra investigando su contenido. Tampoco es conocida la razón de su exposición, si es que se trata de un robo y filtración, o incluso llegó a pensarse que podía tratarse de una operación para engañar al enemigo, confundiendo a las tropas rusas acerca de los próximos movimientos de Ucrania. En este contexto, el pasado lunes uno de los principales asesores del presidente Zelensky desestimó la información al clasificarla de "ficticia" (Foreign Policy); aunque anteriormente el propio presidente había constatado la seriedad y la necesidad de evitar que un suceso de esta índole vuelva a suceder. A su vez, los documentos filtrados también reflejan indicios de espionaje por parte de Estados Unidos hacia Rusia: una clara capacidad de advertir a Ucrania sobre ataques planeados y evaluar la fuerza armamentística de Moscú (New York Times). Esto implica un nuevo riesgo para las tropas ucranianas ya que posiblemente las fuentes de información rusas dejen de ser fiables o sean eliminadas por completo. A su vez, ha sido comprobado que las investigaciones secretas por parte de Estados Unidos también incluye material confidencial sobre otros países, como  Canadá, China, Israel y Corea del Sur, además del teatro de operaciones militares del Indo-Pacífico y el Medio Oriente. Estas noticias generaron recelo en sus países aliados, provocando una posible desconfianza a la hora de transmitir información crítica. En definitiva, no se le debería restar importancia a esta información, ya que, aunque los documentos quizá no alteran de manera fundamental la comprensión de lo que está sucediendo en el campo de batalla, podrían brindar ideas o pistas de buen uso para la estrategia militar rusa –como planes secretos de refuerzo a Ucrania o las dificultosas condiciones en que se encuentran las tropas ucranianas–. Las autoridades sospechan que ciertos documentos han sido modificados, sin embargo, no se ha determinado quién manipuló los informes ni cuál fue su motivación. De acuerdo con analistas militares, parte del material sobredimensiona las cifras de muertes en la guerra de Ucrania por parte de Estados Unidos, mientras que minimiza las bajas de soldados rusos desde el inicio de la invasión de Moscú el año pasado (New York Times). Los funcionarios de Washington han calificado la filtración de los documentos como una seria violación de los servicios de inteligencia, sin embargo, tanto en Kiev como en Moscú hay un acuerdo general en dos puntos: la información es sospechosa, y su divulgación busca lograr algún tipo de engaño. La única discrepancia se refiere a quién es el responsable de la filtración. Por su parte, el CIS (un grupo de análisis de defensa ruso opositor a Kremlin) corroboró la autenticidad del documento, especialmente por el tipo de terminología utilizada y la veracidad de la información efectivamente relevante que contenía. De la misma manera, la mayor parte de los funcionarios involucrados concuerdan con este argumento, por lo que se encuentran alarmados y el FBI continúa investigando la fuente de la filtración.

 

3. Xi Jinping y Emmanuel Macron mantuvieron una reunión informal en China

El pasado miércoles 5 de abril, el presidente francés Emmanuel Macron arribó a Pekín en una visita en la que buscó disuadir a su homólogo Xi Jinping sobre el respaldo a Putin en la guerra de Ucrania, y afianzar los vínculos con uno de los principales socios comerciales del país galo. Asimismo, el presidente francés buscó crear un mayor equilibrio en la balanza comercial entre China y la Unión Europea, al mismo tiempo que procura proteger los intereses de Francia en la zona del Pacífico, donde posee territorios de ultramar. A pesar de que Macron se mostró firme sobre la cuestión ucraniana durante la reunión en China, procuró ofrecer una "tercera vía" acerca del conflicto, dejando de lado el tono confrontativo que se escucha desde Washington (DW). China se posiciona de manera neutral frente a la guerra. Aún así, ha apoyado económica y diplomáticamente a Rusia frente a las sanciones de Occidente. Asimismo, Vladimir Putin cuenta con la atención de Xi Jinping, con quien comparte una cercana relación de más de una década. Para beneficio de Francia, a pesar de ser un miembro fundador de la OTAN, no es parte de los bloques de seguridad liderados por los Estados Unidos como AUKUS –compuesto por Australia, el Reino Unido y Estados Unidos– y el QUAD -formado por Australia, India, Japón y Estados Unidos-, siendo ambos grupos percibidos como bloques para contrarrestar el poder chino (Al Jazeera). Otros temas que estuvieron bajo discusión fueron la crisis climática, las energías renovables y la reanudación de los vínculos culturales, ya que París quiere incentivar el turismo chino en Francia. Del mismo modo, Macron manifestó que quería dejar atrás la idea de que había un "espiral inescapable de tensiones" entre China y Occidente. Asimismo, considera que Pekín es capaz de cambiar las reglas de juego en la guerra al poder inclinar la balanza de manera positiva a través del diálogo sobre las posibles condiciones acerca del fin del conflicto, o de manera negativa, si aumentara su apoyo a Rusia y proporcionara armas. De igual modo, el gigante asiático es visto como el único país capaz de abrir canales de comunicación con las partes del conflicto y generar presión diplomática sobre Moscú. China se ha presentado en búsqueda de una solución pacífica a la guerra en Ucrania, pero la visita del presidente chino a Moscú el mes pasado y el anuncio de un plan de paz que se consideró sesgado hacia Rusia han preocupado a los países occidentales (The Guardian). Por otro lado, Xi Jinping declaró el jueves 6 que insiste en promover la paz a través del diálogo y que está dispuesto a cooperar con Francia para pedir a la comunidad internacional que evite acciones que profundicen la crisis (The New York Times). En este contexto, en el último día de la reunión, el viernes 7, los presidentes de ambos países llevaron a cabo una declaración conjunta en la que se comprometieron a apoyar cualquier intento de llevar la paz a Ucrania y oponerse a cualquier acción que agrave la situación. Por último, China destacó los "beneficiosos resultados" de las visitas de los mandatarios europeos al país asiático, y la rápida reanudación de los vínculos entre China y la Unión Europea (DW).

 

4. La "guerra de los chips" entre la China y los Estados Unidos

El término "guerra de los chips" es acuñado para la denominación de la carrera económico-tecnológica entre los Estados Unidos y China por un mejor posicionamiento en la producción de chips de semiconductores. Las tensiones en esta materia no han hecho más que aumentar desde octubre del año pasado, momento en el que la administración Biden impuso una serie de restricciones a la exportación de los mismos a la República Popular China, como tentativa de desaceleración del amenazante y veloz desarrollo militar y tecnológico chino (The Guardian). Si bien se creía que las medidas norteamericanas no tendrían un impacto asegurado al tratarse de una acción unilateral, en los últimos meses se ha vislumbrado la participación de una serie de aliados de Washington en el plan. Entre ellos encontramos primeramente a los Países Bajos, cuya Cámara de Representantes se presentó a favor de las barreras impuestas en la provisión de microchips a China, en justificación de la protección de su seguridad nacional (CNN). El rol neerlandés resulta vital en el objetivo estadounidense, ya que este posee una de las compañías de mayor relevancia mundial en el abastecimiento de estos productos tecnológicos: ASML (Advanced Semiconductor Materials Lithography). En consecuencia, y al verse sumamente afectado, Beijing ha acusado directamente a Washington de "coercionar e inducir a otros países a  tomar medidas de restricción de exportaciones contra China a expensas de los intereses de sus aliados", y prometió, a su vez, "tomar todas las contramedidas necesarias para proteger sus derechos e intereses legítimos" (MOFA PRC). Más aún se ha visto perturbada la industria tecnológica china luego del reciente ingreso de Japón al conflicto, quien al igual que Países Bajos se encuentra preocupado ante los avances técnicos con fines militares de su vecino. Firmas como Nikon, Screen y Tokyo Electron aplicarán, a partir del mes de julio, una serie de controles de exportación en seis categorías de equipos utilizados en la manufacturación de microchips en el gigante asiático (Asian Financial). Si bien esta conducta respondería a ciertos intereses geopolíticos, las desventajas económicas son innegables, al ser China uno de sus principales mercados y centro de instalaciones tecnológicas, razón por la cual la intervención de Corea del Sur persiste en la incertidumbre (Asian Financial). La posición de la China ciertamente no es favorecedora, por lo que se ha visto en la obligación de recurrir a medidas de sustitución de importaciones, formulando una suerte de proyecto de autosuficiencia tecnológica progresiva. De lograrse, las implicancias internacionales de tal iniciativa podrían resultar profundamente negativas para las cadenas de suministro globales, desencadenando un problema de sobrecapacidad industrial y posibles guerras de precios (South China Morning Post). Asimismo, la respuesta de Beijing no solo ha sido doméstica, sino que, a su vez, el pasado 4 de abril el gobierno chino abrió una investigación de ciberseguridad a la empresa estadounidense Micron Technology, altamente involucrada en el negocio de los chips de semiconductores. A pesar de haber sido determinada como una medida ordinaria de regulación, se presenta implícitamente como la ofensiva más significativa contra Washington, y sus efectos ya pueden sentirse en la caída de un 9% de las acciones de la empresa (New York Times) en paralelo al alza de las de empresas nacionales chinas. En suma, aún contando los Estados Unidos con el apoyo de influyentes actores en la industria tecnológica, no debe subestimar el poder chino de reinventarse constantemente, y superar las adversidades respondiendo con sus mayores esfuerzos.

 

5. Crecen las tensiones en torno a Taiwán

El lunes 10 de abril marcó el tercer y último día de ejercicios militares por parte de la República Popular de China alrededor de Taiwán. En un despliegue de su poderío bélico, el ejército chino ensayó un rodeo de lo que considera una provincia rebelde (BBC). Esta demostración de fuerza por parte de Beijing viene inmediatamente después de la reunión de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-Wen con Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos (The Guardian). No obstante, esta jornada de ejercicios militares es solo el último capítulo en una serie de eventos que constituyen una escalada de tensiones en torno a Taiwán. Si bien Taiwán es un tema latente desde su fundación, el recrudecimiento de la situación en estos últimos años es notorio. ¿Por qué ahora, considerando que es un tema sin resolver desde hace décadas? De acuerdo con Lindsay Maizland (Council on Foreign Relations), el aumento de las tensiones entre China y Taiwán está relacionado con el arribo de Tsai a la presidencia. La llegada del DPP (Democratic Progressive Party) al gobierno en reemplazo del KMT (Kuomintang) significó también un cambio en la posición de Taiwán con respecto a China, con la asunción de un gobierno más afín a la independencia. Es que el actual partido de gobierno rechaza el consenso de 1992, un entendimiento alcanzado entre el KMT y China para regular las relaciones en el estrecho. Tsai se ha mostrado abierta a alcanzar un arreglo alternativo, algo que fue rechazado, y desde entonces los lazos diplomáticos entre Beijing y Taipei se han quebrantado. Como respuesta, China ha empleado una serie de maniobras coercitivas, siempre evitando un conflicto abierto, para presionar a Taiwan y socavar el gobierno de Tsai (DW). Estas medidas son tanto militares –cruce de la frontera por parte de portaaviones, aviones y buques de guerra– y no militares –restricciones al comercio y al turismo, presión para excluir a Taiwán de bloques comerciales y acuerdos bilaterales, ciberataques y manipulación electoral a través de la desinformación–. Otro factor de tensión es el rol de los Estados Unidos. Históricamente, los Estados Unidos han intentado ser garantes del statu quo con respecto a Taiwán. Si bien no reconocen a la isla como Estado y solo consideran a la República Popular China como gobierno legítimo, los EE.UU. mantienen una política de "ambigüedad estratégica" ante una hipotética invasión china. Sin embargo, estos últimos años su posición parece estar evolucionando. Ante lo que percibe como una escalada por parte de China en la región, y probablemente también cuidando sus propios intereses (Taiwán es el principal exportador mundial de chips semiconductores y los EE.UU. dependen de la isla para adquirir este valioso recurso), la relación de los EE.UU. con Taiwán parece más estrecha que nunca. Ventas de armas, colaboración militar y gestos diplomáticos evidencian este cambio. Crucialmente, el presidente Biden ha declarado que los Estados Unidos saldrán en defensa de Taiwán en el caso de una invasión china, insinuando el abandono de la ambigüedad estratégica. Otra declaración relevante del presidente ocurrió en septiembre de 2022, cuando afirmó que si los taiwaneses quieren independizarse esa debería ser su propia decisión. El aparente apoyo a la independencia de Taiwán representa un cambio de política quizás más profundo, ya que los EE.UU. históricamente se han opuesto a la independencia de Taiwán, considerando que esa acción podría provocar una invasión de China y un conflicto abierto. Todos estos factores, sumados a la visita de Pelosi el año pasado (Reuters) y a la reunión de Tsai con McCarthy hace unos días, le demuestran a China que los Estados Unidos parecen estar abandonando su política de "Una sola China" –algo que solo va a llevar a que Beijing aumente la presión sobre la isla, ejemplificado con los ejercicios militares del último fin de semana– (CFR). La tensión en el estrecho de Taiwán continúa creciendo, y no existe un consenso entre los analistas sobre cuál podría ser su resolución.

 

6. Irán y Arabia Saudita restauran lazos diplomáticos

Los ministros de Relaciones Exteriores de los acérrimos rivales en Medio Oriente, Irán y Arabia Saudita, han sostenido conversaciones oficiales por primera vez desde 2016. De acuerdo a una declaración conjunta, en dicha reunión se discutió la reapertura de las misiones diplomáticas y la reanudación de visitas oficiales, así como la facilitación de visas para los ciudadanos. Ambos países prometieron brindar seguridad y estabilidad a la región del Golfo (BBC). Dos días después de esta reunión una delegación saudita llegó a Teherán para discutir los temas ya acordados en la reunión del jueves. El impactante acercamiento que representan estas dos visitas demuestra el potencial de remodelar las relaciones en una región que se ha caracterizado por la turbulencia durante décadas (The Guardian). En 2016 Arabia Saudita cortó lazos con Irán luego de que su embajada en Teherán fuera asaltada durante una disputa entre los dos países sobre la ejecución de un clérigo chiíta en Riad. Sin embargo, la relación ya había comenzado a empeorar un año antes, después de que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos intervinieran en la guerra de Yemen, donde los hutíes –un grupo insurgente apoyado por Irán– derrocaron a un gobierno respaldado por el país saudí. Yemen es el principal escenario de confrontación entre los protagonistas del acuerdo, y la guerra librada en su territorio es, según la ONU, la peor crisis humanitaria en la actualidad. Debido al contexto internacional actual, António Guterres, secretario general de la ONU, expresó que el restablecimiento de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán es un "acontecimiento muy importante" para aumentar la estabilidad en la región (France24). Por su parte, China ha jugado un papel central en el acercamiento entre Teherán y Riad. En marzo, el presidente chino, Xi Jinping, ayudó a negociar un acuerdo para restablecer las relaciones entre ambos países. Con el papel de "patrocinador" China es la primera potencia mundial en utilizar su influencia con Irán para abordar solicitudes específicas de Arabia Saudita con respecto a la política regional de Teherán sin enmarcarlas públicamente como iniciativas de seguridad chinas o un acuerdo nuclear (Carnegie). El hecho de que la reunión del jueves haya tenido lugar en territorio chino demostró el papel cada vez más influyente de Beijing en la región, en contraste con el papel cada vez menor de Estados Unidos (Al Jazeera). Con respecto a la potencia americana, el director de la CIA, Bill Burns, expresó su "sorpresa" por el acercamiento del reino a Irán. La principal preocupación por parte de Burns y del gobierno estadounidense era que Washington se sentía frustrado por haber quedado al margen de los acontecimientos regionales, y se sentía marginado por ello (Monitor de Oriente). El mes pasado, Arabia adoptó la actitud de tratar con Irán con un pragmatismo distante. "No podemos deshacernos de ellos, y ellos no pueden deshacerse de nosotros" fue la base de la lógica que Arabia Saudita confía en la coexistencia regulada en el Golfo. A su vez, la desescalada del país saudí con Irán es parte de un enfoque de política exterior más amplio para apoyar su plan de desarrollo económico, conocido como Visión 2030. El despliegue de una escalada con Irán amenazaría la financiación del proyecto en el cual ya fueron invertidos miles de millones de dólares (Carnegie). Actualmente permanecen dudas si el acuerdo entre Arabia Saudita e Irán conducirá a una reducción duradera de las tensiones existentes. Asimismo, es necesario tener en cuenta que esta restauración diplomática no es necesariamente un escenario de suma cero dentro del estrecho marco de la competencia china-estadounidense (East Asia Forum).

 

7. La OPEP+ anuncia recortes en la producción de petróleo: efectos en el mercado y en los precios internacionales

El domingo 2 de abril, Arabia Saudita anunció que iniciaría una "reducción voluntaria" de 500 mil barriles diarios en su producción de crudo. La medida se aplicaría a partir de mayo y duraría hasta fin de año (CNN). Ya en octubre de 2022 se había ejecutado una reducción de aproximadamente 2 millones de barriles por día y, en marzo de este año, el precio cayó a US$70 por barril –el más bajo en 15 meses–, como consecuencia de la preocupación sobre una crisis bancaria global que afectase a la demanda. Aunque desde la organización argumentaron que son medidas preventivas en caso de cualquier posible reducción en la demanda, este último movimiento del país árabe sorprendió al mercado (Bloomberg). El recorte lleva al volumen total de producción a 3,66 millones de barriles por día (bpd), lo que equivale al 3,7% de la demanda mundial. Irak reduciría su producción en 211 mil bpd, Emiratos Árabes Unidos en 144 mil bpd, Kuwait en 128 mil bpd, Omán en 40 mil bpd,  Argelia en 48 mil bpd, y Kazajistán en 78 mil bpd. Por su parte, Rusia anunció que extendería el recorte voluntario de 500 mil bpd hasta finales de 2023, el cual había ejecutado unilateralmente en febrero tras conocerse el nuevo paquete de sanciones occidentales (Reuters). Hubo dos razones principales por las cuales se decidió la reducción de la producción, que tuvo como consecuencia directa el aumento en el precio: en primer lugar, los países productores consideraban que el precio de entre US$70 y US$80 por barril era muy bajo; y segundo lugar, Arabia Saudita –productor mayoritario y ejecutor principal del recorte– necesitaba mayores ingresos para llevar a cabo el desarrollo de ambiciosos proyectos nacionales para diversificar la economía del reino, con el objetivo de no depender casi exclusivamente del petróleo (New York Times; Financial Times). Este aumento tiene un significado político y económico, más allá de los mercados petroleros. Después del súbito aumento de los costos de la energía como consecuencia de la guerra en Ucrania por el corte del suministro de gas y combustible ruso, los precios habían comenzado a disminuir. Pero esta suba podría generar complicaciones en el sistema económico internacional, sobre todo teniendo en cuenta las acciones que los bancos centrales están llevando a cabo para intentar enfriar la inflación. Al mismo tiempo, si el grupo de productores logra mantener los precios más altos durante más tiempo, también puede comprometer los esfuerzos de los países occidentales para restringir el flujo de petrodólares a Rusia, acción que están llevando a cabo desde el año pasado con la intención de frenar el aporte de dinero con el que luego el Kremlin financia la guerra (Financial Times). Arabia Saudita está abriendo su juego, y a pesar de que Estados Unidos lo considera un socio estratégico en la región, no sucede lo mismo a la inversa. El país árabe está generando acercamientos con otros Estados, entre los que se incluyen a Rusia y a China, siendo este último el mayor importador de petróleo árabe y más importante comprador, y cuya creciente presencia en la región ha generado fricciones en la relación entre el reino árabe y Washington (New York Times).

 

8. Arabia Saudita se une a la Organización para la Cooperación de Shanghai

La organización intergubernamental liderada por China expande sus ramificaciones a partir de la adhesión de Arabia Saudí como "compañero de diálogo" el pasado 28 de marzo, mediante la autorización de un Memorando de Entendimiento por parte del rey Salman bin Abdulaziz (Al Mayadeen). Con la adhesión del país árabe, la Organización para la Cooperación de Shanghai alcanza la cifra de 9 países que participan en calidad de "Asociados en el Diálogo": Armenia, Azerbaiyán, Egipto, Camboya, Qatar, Nepal, Sri Lanka, Turquía y Arabia Saudita. Asimismo, la lista de Estados miembros se mantiene intacta con 8 países: China, India, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán. Además, 4 Estados observadores se encuentran interesados en adherirse como miembros de pleno derecho: Afganistán, Bielorrusia, Irán y Mongolia (Organización para la Cooperación de Shanghai). Para algunos medios, la presencia china en Medio Oriente responde al retroceso de Estados Unidos en dicha región. Precisamente, el retiro de las fuerzas militares de Afganistán, después de una larga guerra de 20 años, marca un punto de inflexión para otras potencias como China, que busca ampliar su radio de influencia. En ese sentido, se cree que China está buscando sentar las bases de un orden post-occidental orientado hacia una política económica en común (Middle East Eye). Cabe añadir que China ha labrado su propio camino hacia la formación de un grupo de aliados en Medio Oriente. Desde una posición de mediador estratégico, Beijing también ayudó a negociar la desescalada de las relaciones conflictivas entre Arabia Saudí e Irán, pues el proceso de reconciliación se inició con la oferta del presidente Xi Jinping (Al Jazeera). No obstante, Arabia Saudita ha decidido mantener la estrategia de no alineamiento activo, lo cual le permite mantener relaciones con su socio de seguridad, Estados Unidos, a la vez que fortalece la relación con su principal socio comercial, principalmente de petróleo: China. A pocas semanas de la adhesión, aún queda pendiente cómo se desarrollará la relación entre ambos países, en el marco de un escenario cada vez más multipolar.

 

9. Los ministros de RR.EE. de Siria y Egipto se reúnen luego de una década

El ministro de Relaciones Exteriores sirio, Faisal Mekdad, y su homólogo egipcio, Sameh Shoukry, realizaron una reunión oficial en el Cairo por primera vez desde el inicio de la guerra civil siria en 2011. Debido a los enfrentamientos internos y a la violencia ejercida por parte del gobierno de Bashar al-Assad durante la guerra, Siria ha pasado por una década de aislamiento en la región árabe. Esto se vio reflejado en la suspensión del país de la Liga Árabe en el año 2011 al no cumplir con el "Plan de Paz" para dar fin a la guerra (El País). Desde esa fecha, diferentes países rompieron lazos diplomáticos con Siria, sin embargo, en estos últimos años se ha visto el fin de este aislamiento tras la reapertura de las embajadas de los Emiratos Árabes Unidos (2018), Dubai (2022), Túnez (2023) y Arabia Saudita (2023) en Siria (Middle East Eye). En la última reunión sostenida en el ministerio de Relaciones Exteriores en el Cairo, Egipto y Siria acordaron estrechar sus lazos y aumentar la cooperación, así como la comunicación entre ambos Estados. La reunión fue realizada principalmente por motivos humanitarios para acordar el apoyo por parte de Egipto a Siria tras el último terremoto en el país, el cual fue altamente destructivo. Asimismo, Egipto también demostró su compromiso para dar fin a la crisis sociopolítica que el país sirio viene atravesando durante la última década (Asharq Al-awsat). Como señaló el ministro egipcio en un comunicado, con la reunión se buscó apoyar al pueblo sirio a restaurar la unidad y la soberanía del país (France 24). Por otro lado, entre los objetivos de este reciente acercamiento se encuentra la negociación para la entrada de Siria a la Liga Árabe con la mediación de Egipto y Arabia Saudita. Sobre ello, este viernes 14 de abril se sostendrá una reunión en Yeda para discutir sobre la reintegración del país en la Liga Árabe, lo cual podría dar fin oficialmente a la era de aislamiento sirio y una nueva dinámica en la región árabe (France24).

 

10. La política exterior de China en África

El poder del discurso nacional de China propaga la visión del mundo del Partido Comunista Chino, en la que China desempeña un papel central en la reescritura de las reglas internacionales y la configuración del sistema global para promover los intereses nacionales. Desde este punto de vista se configura su política exterior, de la que los países africanos (y el resto del mundo) no son ajenos. El país asiático promete ser un centro de gravedad geopolítico alternativo al de Estados Unidos buscando socavar la influencia de los países centrales occidentales en África, entre otras regiones (Foreign Affairs). Con este fin, Beijing ha lanzado distintos proyectos en los últimos años: la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) o "nueva ruta de la seda", la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa de Seguridad Global (GSI). Todas estas tienen por objetivo extender la inversión en infraestructura, el desarrollo de capacidades y el compromiso de seguridad regional de China. Comenzando por la primera de ellas, el BRI fue lanzado en 2013 y lo sostienen aproximadamente 147 acuerdos de cooperación. Así, el 74% de los países del mundo están adheridos, con el 94% de los países de África Subsahariana y el 74% de los países de Medio Oriente y África del Norte también adscritos. La contracara de este proyecto es que, en algunos casos, genera deudas difíciles de pagar para países con economías frágiles (EuropaPress). Por su parte, el GSI también concentra gran cantidad de países africanos afines. Se trata de un plan para integrar los sistemas de seguridad nacional, donde China se presenta como un árbitro de disputas y de acuerdos regionales de seguridad, además de formar a profesionales que componen las agencias de orden público. Esta iniciativa permite su participación en plataformas multilaterales como la Unión Africana (The Diplomat). Estos programas formales dejan entrever la estrategia china. El país asiático es el principal socio comercial de África desde hace unos años (El País), sin embargo, ahora su interés también está puesto en un recurso estratégico: el litio. China no solo ha comprado minas africanas para la explotación del mineral, sino que también ha instalado refinerías para procesarlo dentro de su territorio nacional. Estas inversiones se registran desde hace años, incluso cuando los precios eran relativamente bajos. Con todo esto, se produce una disputa entre capitales chinos y europeos-estadounidenses que puede tener consecuencias en la transición energética de los próximos años, generando fricciones entre estos actores (Financial Times).

 

Edición: Analía Amarelle, Luisina Ferrero y Julia Pérez Maldonado.

Equipo de Redacción: Dolores Agraso, Abril Álvarez, Olivia Berisso, Vanessa Franco, Lisandro Gowland, Mayra Hinostroza, Franco Muzzillo, Victoria Pérez, Carola Salvia, Briza Silva Fernández, Lila Soldano, Valentina Rodríguez y Julieta Zamora.

 

 

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