Boletín de Noticias de Análisis Internacional

Semana del 6 de agosto al 13 de agosto de 2021

 

INDICE

1. Cambio Climático: la ONU declara el "Código Rojo" para la Humanidad

2. Migraciones Climáticas: el efecto demográfico del Cambio Climático

3. Crisis alimentaria en Corea del Norte

4. Preocupación internacional ante los movimientos nucleares de China

5. Los desafíos que enfrenta Ebrahim Raisi, el nuevo presidente de Irán

6. Estados Unidos busca estrechar lazos con el sudeste asiático

7. La respuesta de la comunidad internacional frente a la crisis en Nicaragua

8. Protestas en Cuba: aumento de presiones de Estados Unidos

9. El futuro del sistema financiero

 

 

1. Cambio Climático: la ONU declara el "Código Rojo" para la Humanidad

El lunes 9 de agosto se publicó la primera parte de un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). El IPCC fue creado en 1988 para facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta. A través de la experiencia de un grupo de 234 autores de 66 países, el informe resume una serie de conclusiones sobre la "inequívoca influencia del ser humano, quien ha calentado la atmósfera, los océanos y la Tierra" (BBC News). Ante este evento, el secretario general de la ONU, António Guterres, anunció que el reporte es un "código rojo para la humanidad" (Reuters). Desde hace tiempo, una de las grandes protagonistas en esta problemática es el agua. Según el informe, el cambio climático modifica el ciclo hídrico, lo que intensifica las lluvias e inundaciones y prolonga las sequías y las olas de calor extremas (Foreign Policy). En las regiones afectadas por esta problemática, como el cauce de los ríos Mekong-Ganges, ya se había manifestado la necesidad de incrementar la cooperación conjunta de los jefes de Estado de la región del sudeste asiático en cuanto a la sustentabilidad de los recursos hídricos (The Diplomat). A su vez, el pueblo Oymyakon, ubicado en el este de Siberia y con el registro de temperatura más bajo del planeta, atravesó un verano particular. Con una media de 20 grados en junio contra la media histórica de 15; y 2 mm de precipitaciones contra la media de 37 mm, la flamabilidad y los incendios del noreste de Rusia dieron lugar a un fenómeno sin precedentes (Spiegel International). A partir del informe del IPCC, la activista sueca Gretha Thunberg afirmó que el mismo "no tiene sorpresas" y que tampoco "nos dice qué hacer" (Al Jazeera). Una respuesta es necesaria. La prontitud de una respuesta a nivel global es fundamental para dar solución a una de las mayores crisis a las cuales se ha enfrentado la humanidad.

 

2. Migraciones Climáticas: el efecto demográfico del Cambio Climático

El impacto de la acción humana en el aceleramiento del cambio climático nunca ha sido tan evidente como en el último año. Abrasadoras olas de calor, sequías en escalas récord e inundaciones masivas a lo largo de todo el mundo cristalizan lo que la ciencia venía anticipando hace años: la toma de decisión política debe estar orientada a atemperar el impacto del cambio climático (Foreign Policy). Lejos de limitarse a desastres naturales, este fenómeno que dejó de ser novedoso hace tiempo juega un rol fundamental a los efectos demográficos y dio nacimiento a una categoría de refugiados. Las razones por las cuales las personas migran son diversas, empero, un común denominador en la decisión por parte de los migrantes de dejar atrás sus lugares de origen es el acceso a los recursos. Los migrantes que carecen de recursos pueden encontrarse en situaciones conflictivas al momento de migrar. Esto ha quedado de manifiesto, por ejemplo, en los enfrentamientos por recursos entre pastores en el Cuerno de África y el Sahel, en los disturbios producidos por alimentos en los tugurios de Haití en 2008 y en las protestas y enfrentamientos actuales que acontecen en Venezuela (The National Interest). Si bien existen instrumentos de protección para los migrantes como el Acuerdo de París (2015) y el Pacto Mundial sobre Migración (2018), estos no son vinculantes ni están suficientemente desarrollados para apoyar a los nuevos migrantes climáticos, en particular a los migrantes del sur de Asia, América Central, el noroeste de África y el Cuerno de África (Brookings).

 

3. Crisis alimentaria en Corea del Norte

Corea del Norte sufre la mayor escasez de alimentos de la última década. Las inundaciones, la crisis alimentaria y los efectos generados de la pandemia por COVID-19 han sentado las condiciones perfectas para que se desate la crisis que atraviesa el país actualmente. Tal es así que el mes pasado el líder norcoreano, Kim Jong-un, comparó las penurias actuales que sufre el país con las dificultades que conllevó la  Guerra de Corea (1950-1953). Dicha comparación también fue utilizada para hacer mención a la hambruna que tuvo lugar en la década del noventa (Foreign Policy). El panorama actual no parece ofrecer una salida fácil, o por lo menos una solución a corto plazo que atempere el daño ocasionado por dichos factores. Esta semana Corea del Norte se prepara para hacer frente a nuevas lluvias mientras inicia un plan de evacuación de alrededor de 5000 personas. Los medios estatales informaron que más de 1000 hogares resultaron dañados. Más aún, el daño también se extendió hacia las tierras de cultivo inundadas por el diluvio, empeorando gravemente el estado de la crisis alimentaria  (South China Morning Post). Los desastres naturales tienden a causar un mayor impacto en Corea del Norte no solo porque carece de infraestructura que pueda hacerle frente a estos fenómenos, sino también porque los altos niveles de deforestación han dejado al país vulnerable frente a  inundaciones como estas.  La preocupación por las pérdidas de cultivos y el impacto que está teniendo en el suministro de alimentos va en escalada. Cabe destacar que el estado de emergencia se encuentra incentivado tanto por las restricciones fronterizas autoimpuestas destinadas a prevenir un brote de coronavirus, como por sanciones internacionales que obstaculizan la llegada de alimentos (Euronews.green).

 

4. Preocupación internacional ante los movimientos nucleares de China

En la última semana, investigadores de la Federación de Cientistas Americanos utilizaron ingeniería satelital para descubrir silos de misiles en China. Theo Milonopoulos y Erik Lin-Greenberg (The Washington Post) señalan que tales revelaciones sacaron a la luz uno de los secretos más guardados del programa nuclear chino. Además, la construcción por parte de China de dicha red de silos para el lanzamiento de cabezas nucleares abre el debate en torno a varias cuestiones. En primer lugar, queda en evidencia la aceleración de la carrera de armas nucleares emprendida por el gobierno, a la vez que pone de manifiesto la necesidad de incorporar a Pekín a los principales mecanismos de alto nivel en relación a la prevención y al desarme (El País). El segundo punto a destacar es la incertidumbre y el temor internacional generado a partir de los movimientos nucleares chinos. Un claro ejemplo de tal preocupación se ve en los Estados Unidos y Japón, quienes abordaron el tema del armamento nuclear chino durante las conversaciones con la ASEAN en la misma semana que los datos se dieron a conocer (The Japan Times). En la reunión, el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, señaló una profunda preocupación por el rápido crecimiento del arsenal nuclear de China. No obstante, está claro que el programa actual de China avanza a una velocidad y escala sin precedentes, basado en la creencia de que Estados Unidos no abandonará su hostilidad hacia el país asiático a menos que se encuentre vis-a-vis con un poder estratégico chino. Debido a ello, señala Tong Zhao (Carnegie Endowment for International Peace), parece cada vez más cercana la posibilidad de una carrera de armamentos nucleares entre ambas potencias. Tal peligro, agrega Zhao, podría evitarse si tanto China como los Estados Unidos estuvieran dispuestos a examinar conjuntamente sus desacuerdos fundamentales y sus percepciones de amenaza sobre el otro.

 

5. Los desafíos que enfrenta Ebrahim Raisi, el nuevo presidente de Irán

El conservador Ebrahim Raisi triunfó en los comicios de junio y fue juramentado el jueves pasado como presidente de Irán. La elección ha despertado particular interés acerca de cuál es el rol del presidente y cuál es la extensión de su poder (The New York Times). Asimismo, tal como señala Kareem Fahim (The Washington Post) su aparición en la escena política abrió el debate sobre los desafíos internos que enfrenta, los cuales se entremezclan con los retos en el ámbito extranjero. Por un lado, el país se encuentra inmerso en la ola del COVID-19, a la vez que presenta una economía en detrimento en un escenario marcado por el descontento social. Por otro lado, mientras que Irán está inmerso en un conflicto con Israel que continúa agravándose, las negociaciones con las potencias en relación al acuerdo nuclear están estancadas. Sumado a ello, explican James M. Lindsay y Robert McMahon (Council on Foreign Relations), otros desafíos son las sanciones y la finalización de la suspensión del techo de la deuda de Estados Unidos. Ello significa que, si Irán alcanzara dicho techo, el gobierno sería incapaz de solicitar más préstamos, lo cual presentaría un grave problema en el actual contexto de COVID-19 donde se está destinando gran esfuerzo en reavivar la economía. Rick Gladstone (The New York Times) considera que, teniendo en cuenta los asuntos a resolver con urgencia, el nuevo presidente deberá finalizar las sanciones estadounidenses a modo de estabilizar la economía, y requerirá recuperar la confianza de la población. No obstante, tanto Lindsay como McMahon sostienen que el presidente utilizará una herramienta represiva en detrimento de una reforma aperturista como solución, posición similar a la de un sector del país que no espera respuestas a los problemas en el corto plazo.

 

6. Estados Unidos busca estrechar lazos con el sudeste asiático

La llegada de Joseph Biden a la presidencia de los Estados Unidos produjo grandes cambios en la agenda internacional estadounidense. En esta reorientación de la política exterior, la región del pacífico ha logrado captar la atención de la nueva administración. Esto se ve reflejado en las visitas que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y otros altos funcionarios realizaron recientemente a distintas naciones del sudeste asiático con el objetivo de estrechar vínculos. Uno de los temas prioritarios a tratar con los países de la región ha sido la creciente influencia de China en el continente asiático. Según explica Douglas Paal (SCMP), en el último tiempo este país ha logrado posicionarse como el principal socio comercial y prestamista de las naciones del sudeste asiático, ganando así gran poder en la región. Huong Le Thu (CSIS)  agrega que, a diferencia de sus predecesores, Biden y su equipo han logrado expresar su preocupación por las tendencias expansionistas chinas abarcando también las inquietudes de los países asiáticos. De acuerdo con Rajiv Bhatia (Gateway House), esta forma de acercamiento refleja que Estados Unidos mantiene la intención de contrarrestar a China, pero que para ello, el compromiso y la contribución de otros Estados de la región resulta esencial. Bhatia explica que en Filipinas se ha podido restaurar el Acuerdo sobre Fuerzas Visitantes, (VFA, por sus siglas en inglés) que permite la presencia militar estadounidense en el país en forma legal. Huong Le Thu agrega que, en Vietnam, además de tratar temas de seguridad, se han abordado otras problemáticas. En ese sentido, Estados Unidos se ha comprometido a colaborar con el gobierno vietnamita para elaborar una base de datos con el fin de encontrar e identificar a los soldados caídos en la guerra de Vietnam. De acuerdo con Paal, esta forma de acercamiento permite promover relaciones más positivas. De este modo, Estados Unidos puede extender su influencia en la región y crear vínculos más fuertes y duraderos con las naciones asiáticas.

 

7. La respuesta de la comunidad internacional frente a la crisis en Nicaragua

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y su vicepresidente, Rosario Murillo, se encuentran ejerciendo su tercer mandato consecutivo y planean extender su gestión. A meses de las elecciones generales del 7 de noviembre, la situación política se encuentra cada vez más deteriorada: desde que estallaron las protestas contra el gobierno de Ortega en 2018, más de 300 ciudadanos han sido asesinados (Wilson Center), obligando a más de 108.000 nicaragüenses a huir del país, buscando asilo principalmente en Costa Rica (Human Rights Watch). Asimismo, el gobierno de Ortega ha implementado numerosas leyes de carácter represivo que socavan las bases democráticas y los derechos políticos (Wilson Center). Con la llegada del clima electoral, la violencia se ha intensificado: el pasado viernes 6 de agosto se ordenó la cancelación de la personería jurídica del principal partido opositor Alianza Ciudadanos por la Libertad, impidiendo su participación política (Al Jazeera). Frente a la violación de los derechos humanos, la comunidad internacional tomó diferentes medidas contra el gobierno nicaragüense. Según explica Ryan Berg (CSIS), distintos gobiernos y organismos denunciaron la creciente represión y falta de transparencia en las elecciones. Mientras que la Unión Europea exigió la liberación de los presos políticos y cambios en el sistema electoral, Estados Unidos sancionó a individuos y entidades que tienen relación con el presidente Ortega. Según José Vivanco (Human Rights Watch), estas decisiones resultan importantes ya que "son herramientas valiosas que sirven para elevar el costo de las prácticas represivas". Para Berg, la comunidad internacional debe continuar denunciando las violaciones de los derechos humanos y los abusos en Nicaragua.

 

8. Protestas en Cuba: aumento de presiones de Estados Unidos

La tumultuosa relación entre Estados Unidos y Cuba ha vuelto a alcanzar nuevas cotas por el aumento de la presión del presidente Biden sobre el gobierno cubano. Esto se produce tras las protestas masivas del pasado mes de julio y la gran presión ejercida por los funcionarios cubanos para acallar la disidencia. Ernesto Londoño y Frances Robles (New York Times), sostienen que la nueva política de Biden traza una línea aún más estricta que la de su predecesor Donald Trump. La estricta reducción de viajes y servicios –sin mencionar las sanciones al gobierno central y a la economía– ha despertado la preocupación de los cubanos que esperaban un mayor apoyo del presidente demócrata de Estados Unidos, así como un gran avance en la mejora de las relaciones entre ambos países. Por su parte, Marc Frank y Michael Stott (Financial Times) sostienen que se necesitará mucho más para resolver los problemas detrás de las protestas de julio y la actual crisis sociopolítica que atraviesa el país. Los autores sostienen que reformas económicas serias y la reanudación del turismo podrían restaurar la estabilidad económica del país y su eventual crecimiento. Además, agregan que esto coincide con los esfuerzos de Cuba para inmunizar a su población, ya que el COVID-19 sigue asolando el sistema sanitario del país. Recientemente, un imponente y grave aumento de los casos de COVID-19 ha llevado a los dirigentes del país a restringir los movimientos internos e imponer nuevas medidas. Sarah Marsh (Reuters) afirma que el país, que había logrado contener las infecciones durante la mayor parte de 2020, se enfrenta ahora a uno de los peores brotes en todo el mundo, impulsado por la propagación de la variante Delta, incluso mientras se apresura a vacunar a su población.

 

9. El futuro del sistema financiero

Los nuevos avances tecnológicos se han extendido a diferentes esferas de la sociedad, incluyendo al ámbito financiero. Frente a la aparición de las criptomonedas y para adaptarse a un mundo cada vez más informatizado, los bancos centrales de distintos países están trabajando en el desarrollo de monedas digitales o central bank digital currency (CBDC). Jonathan Guthrie (Financial Times) explica que este tipo de moneda promete ser fácil de poseer e intercambiar, lo que les otorga el potencial para sacudir las bases de poder de las monedas nacionales convencionales. De acuerdo con Barry Eichengreen (Project Syndicate) estos avances han llevado a distintos analistas a considerar que las CBDC transformarán el statu quo del sistema financiero ya que no solo podrían deteriorar el dominio del dólar como moneda internacional, sino que además reducirían los costos de transacción. Sin embargo, el autor no coincide con estas apreciaciones. Para demostrar su punto de vista, Eichengreen pone de ejemplo a dos individuos ubicados en Colombia y Corea del Sur, que realizan una transacción. El autor explica que si los CBDC fueran interoperables entre ambos países, la operación podría llevarse a cabo sin recurrir al dólar. Sin embargo, considera que existen demasiadas condiciones necesarias para que esto funcione, ya que los bancos centrales tendrían que acordar la arquitectura del corredor digital y gobernar conjuntamente su funcionamiento, entre otras cuestiones. Eichengreen argumenta que en un mundo donde existen numerosas monedas sería necesario hacer una gran cantidad de acuerdos bilaterales, lo cual resulta inviable. Además, resalta que se requerirían normas y acuerdos más elaborados que los existentes en la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional. Así, Eichengreen concluye que, aunque las CBDC serán utilizadas en el futuro, esto no cambiará la forma de los pagos internacionales, ni destronará al dólar.

 

Edición: Analía Amarelle y Julia Pérez Maldonado.

Equipo de Redacción: Catalina Marino Aguirre, Santiago D'Agostino, Martino Fabris, Facundo González, Micaela Ruíz Díaz, Milagros Oliden, Magalí Vedoy Granja y Zach Saderup.

 

 

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