Boletín de Noticias de Análisis Internacional

Semana del 7 de marzo al 11 de marzo de 2022

 

INDICE

1. Invasión rusa a Ucrania: aspectos generales de la guerra

2. Fracasa el corredor humanitario acordado entre Rusia y Ucrania

3. Las sanciones tras la invasión rusa a Ucrania

4. Biden prohíbe las importaciones de petróleo de Rusia

5. Consecuencias económicas de la guerra y fuertes preocupaciones sobre el suministro de energía en el futuro

6. Guerra en Ucrania: un difícil equilibrio para Pekín

7. La nueva era de la política exterior alemana

8. Cambios en la política exterior de Finlandia y Suecia

9. La neutralidad de la India ante la crisis en Ucrania

10. Las consecuencias del conflicto en Ucrania sobre las elecciones presidenciales en Francia

11. Criptomonedas y la posible evasión de las sanciones económicas por parte de Rusia

12. El presente y futuro de la política exterior japonesa frente a la crisis ucraniana

13. Beijing reafirma sus lazos con Pyongyang y se rehúsa condenar el lanzamiento de nuevos misiles norcoreanos

14. Elecciones en Corea del Sur: la importancia para Estados Unidos

 

 

1. Invasión rusa a Ucrania: aspectos generales de la guerra

Lejos de ser producto de una decisión repentina del presidente ruso Vladimir Putin, la guerra que estalló en Ucrania hace casi tres semanas es parte de un conflicto bélico y geopolítico de larga data. El origen de esta guerra puede ubicarse, en parte, en el año 2013, cuando la suspensión del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea por parte del presidente ucraniano Yanukóvic dio inicio a las manifestaciones del Euromaidán. Frente al giro de Ucrania hacia Occidente -y sacando provecho de la huida del presidente Yanukóvich-, Putin proclamó a través de un referéndum la independencia de la República de Crimea y su adhesión a Rusia en marzo de 2014. El empuje prorruso provocó que se declararan independientes las Repúblicas de Donetsk y Lugansk al este de Ucrania, comenzando así una larga serie de enfrentamientos entre ucranianos y facciones separatistas prorrusas en la región del Donbás. Han pasado más de ocho años desde aquellas movilizaciones, en las cuales los acuerdos de paz (Minsk y Minsk II) fracasaron. Las tensiones -que se mantuvieron latentes desde entonces- escalaron rápidamente a principios de 2022. Tras semanas de escalada militar y tensión en la frontera de Ucrania, Putin reconoció la independencia de las autoproclamadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk, y durante la madrugada del jueves 24 de febrero, lanzó lo que denominó una "operación militar de emergencia" para proteger a los ciudadanos de los "abusos y el genocidio" del gobierno del Volodimir Zelenski -según declaró en su comunicado a la nación-. Ese mismo día ocurrieron los primeros ataques al país vecino, y Zelenski anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas con Moscú. Consecuentemente, varios países -principalmente Estados Unidos y la Unión Europea- comenzaron a aplicar sanciones económicas a Rusia. Hasta el momento, se han llevado a cabo tres reuniones entre las partes en territorio bielorruso para acordar un alto el fuego y la evacuación segura de civiles. Sin embargo, las soluciones no han llegado y la invasión rusa no ha cesado. A pesar de que más de 2,5 millones de personas huyeron de Ucrania desde el inicio de la intervención militar rusa, aún hay muchos civiles que buscan dejar el país. Mientras tanto, Rusia continúa avanzando en territorio ucraniano, y las negociaciones parecen no avanzar.

 

2. Fracasa el corredor humanitario acordado entre Rusia y Ucrania

La situación de seguridad en Ucrania se deterioró rápidamente tras la invasión rusa a ese país el pasado 24 de febrero (Connecting Business Initiative) provocando, entre otras cosas, una crisis humanitaria que día a día se ha ido intensificando. Desde entonces, han tenido lugar tres rondas de negociaciones entre las partes con el objetivo de proteger a los civiles y detener la guerra en suelo ucraniano. Durante la segunda reunión de las delegaciones rusa y ucraniana, concretada el jueves 3 de marzo en territorio bielorruso, se acordó el establecimiento de corredores humanitarios para la evacuación de ciudadanos, la entrega de alimentos y medicinas (Euronews).  No obstante, no hubo buenos resultados por incumplir Moscú el alto el fuego con bombardeos, dejando a miles de civiles atrapados en Mariúpol y Volnovaja (Euronews). En la tercera y más reciente reunión, el 7 de marzo –también en territorio bielorruso–, las partes resolvieron una "mejora de la logística de los corredores humanitarios" (Eitb.eus), aunque el presidente ucraniano Volodimir Zelensky acusó a Rusia de haber hecho fracasar nuevamente la evacuación de civiles por continuar con los ataques (DW News). En cuanto a los refugiados, más de un millón ucranianos ya han huido de su territorio, y Naciones Unidas estima que aproximadamente una cuarta parte de la población del país ahora están desplazados, tanto dentro como fuera de Ucrania (Foreign Policy). La Unión Europea y sus Estados miembro juegan un rol muy importante para garantizar el paso seguro de todos las personas que huyen de Ucrania, por lo que deben estar a la altura de la situación (Human Rights Watch). Polonia es el país que más personas ha recibido, abriendo sus puertas a más de 500.000 ucranianos (BBC News), y se espera que lleguen muchos más. En este contexto, hay muchos desafíos a enfrentar y un arduo camino para continuar los diálogos.

 

3. Las sanciones tras la invasión rusa a Ucrania

La respuesta de la comunidad internacional tras el ataque iniciado por Rusia adquirió distintas dimensiones a medida que la crisis se profundizó. Las primeras condenas fueron realizadas de manera diplomática a través de representantes de los gobiernos. Luego, se agregaron sanciones y retenciones a los activos de importantes funcionarios y empresarios rusos. Como estas medidas parecían no cumplir su objetivo, tanto entidades estatales como privadas modificaron su comportamiento. En diálogo con Foreign Policy, Andy Kim planteó que esperaba que las medidas tomadas por occidente y la presión internacional, junto con la resistencia ucraniana, debilitasen la posición rusa. Durante la última semana, grandes empresas multinacionales de occidente que contaban con bases en Rusia decidieron suspender su actividad e incluso retirar sucursales, franquicias y oficinas del territorio agresor. Estas medidas se habrían tomado en repudio a la invasión de Ucrania y la continuación de la violencia (The Financial Times). Mientras tanto, las sanciones establecidas por los gobiernos, organizaciones e instituciones multilaterales lograron el congelamiento de los activos del Banco Central de la Federación Rusa, bloquearon el acceso a sus reservas en el extranjero y excluyeron a muchas entidades rusas del sistema SWIFT (The New York Times). Como consecuencia, el mercado de valores ruso se congeló y la incertidumbre produjo que la población se apresure a retirar sus activos del banco (The New York Times). El 8 de marzo, Biden anunció el cese de las importaciones de petróleo ruso, algo que presionará a los grandes consumidores de este bien, entre los que se encuentran muchos países de la Unión Europea. Asimismo, reconoció que estos últimos no podrían repetir dicha operación debido a la dependencia de su mercado (The Guardian).

 

4. Biden prohíbe las importaciones de petróleo de Rusia

El pasado martes, el presidente Joe Biden anunció que Estados Unidos prohibiría las importaciones de petróleo, gas y energía rusos, apuntando así a la arteria principal de la economía de Rusia. Simultáneamente, una nueva ola de corporaciones cerraron sus operaciones (The New York Times), representando –según Nick Butler (Project Syndicate)– la pérdida de confianza de las empresas en la capacidad del gobierno ruso para hacer cumplir el Estado de derecho. De acuerdo con Joseph Majkut (CSIS), cualquier acción estadounidense sobre el petróleo y el gas debería realizarse en coordinación con los países europeos. En esta línea, aunque con menor severidad, el Reino Unido (GOV.UK) anunció la eliminación gradual de las importaciones de petróleo para finales de 2022 y la Comisión Europea prometió reducir sus importaciones de gas en dos tercios (Foreign Policy). No obstante, desde el think tank ruso Valdai Club indican que la dependencia energética europea no podría detenerse inmediatamente, y advierten que en caso de acudir a Oriente Medio y América del Norte para su suministro, se podría generar un desorden en la economía mundial. Sobre este último punto, cabe señalar que esta semana Estados Unidos intentó acordar con países como Venezuela, Arabia Saudita e Irán para asegurar suministros alternativos de petróleo (Foreign Policy). Asimismo, el jefe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) anunció que la agencia podrá liberar petróleo de las reservas de emergencia (Financial Times). Finalmente, respondiendo a las nuevas sanciones, Rusia prohibió las exportaciones de ciertos commodities (WSJ) y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, expresó que Estados Unidos declaró la guerra económica contra Rusia (Reuters). Desde el punto de vista de Daniel Yergin, vicepresidente de S&P Global, "cuando esto termine (...), la industria petrolera mundial será diferente" (The Economist).

 

5. Consecuencias económicas de la guerra y fuertes preocupaciones sobre el suministro de energía en el futuro

Durante las últimas semanas muchos commodities y otros activos presentaron fuertes incrementos de precios como consecuencia de la guerra ruso-ucraniana. Específicamente, el petróleo, el gas y algunos metales –como el aluminio– atravesaron alzas que generaron preocupación. Inclusive, materias primas como los granos –en particular el trigo– tuvieron un incremento acelerado, lo que podría producir fuertes consecuencias inflacionarias (The Washington Post). El aislamiento internacional como sanción a Rusia tuvo consecuencias en el mundo, ya que ese país representa una de las mayores fuentes de exportación de energía, metales y cultivos. El temor por la disminución de la oferta en el mercado internacional habría producido el aumento de precios de bienes como crudos, granos, gas natural, fertilizantes, aluminio, cobre y el níquel (Bloomberg). La dependencia de los europeos del petróleo ruso los expone frente al incremento de precios, sobre todo en países donde la presencia rusa en el comercio de este bien representa cerca del 80% de la totalidad del aceite utilizado, como en Eslovaquia, o el 66,67% en Polonia, Lituania y Finlandia, e incluso un 29,7% en Alemania (The Guardian). En este contexto, Biden eligió actuar de manera conjunta con algunos países europeos y coordinar estratégicamente la manera de introducir al mercado las reservas petrolíferas (The New York Times). El FMI entiende que la situación ya presenta un nivel de gravedad considerable y entiende que los posibles escenarios están sujetos a la incertidumbre de la crisis. Las consecuencias económicas que se pueden observar sobre los precios de la energía y las materias primas estarían alterando el proceso de recuperación post-pandemia, viéndose condicionado por las presiones inflacionarias generadas tras las alteraciones en la cadena de suministros (FMI). Esto afectaría principalmente a los consumidores de hogares pobres, ya que los alimentos derivados del trigo, cereales y otras materias primas, junto con el combustible representan gran parte de su canasta de gastos.

 

6. Guerra en Ucrania: un difícil equilibrio para Pekín

La guerra en Ucrania está empujando a China a lograr un delicado equilibrio entre sus principios de política exterior y su postura pro-rusa. Desde el principio de la crisis, Pekín declaró explícitamente que debía respetarse la soberanía de Ucrania, al tiempo que se abstenía de condenar la invasión rusa en la ONU (Council on Foreign Relations; The Guardian). Aunque China y Rusia emitieron una declaración conjunta el 4 de febrero en la que subrayaban su reforzada asociación y su visión compartida del orden mundial, la rápida respuesta de Occidente a la invasión rusa de Ucrania obligó a Pekín a equilibrar sus opciones políticas (IISS). El 8 de marzo, ante el presidente francés Macron y el canciller alemán Sholz, Xi Jingping pidió "máxima contención" en Ucrania, donde considera que la situación es "preocupante" (El País). Según Carnegie, en este conflicto China está tratando de lograr un equilibrio imposible, al perseguir tres objetivos simultáneamente: una asociación estratégica con Rusia, un compromiso con los principios de política exterior de larga data de "integridad territorial" y "no injerencia", y un deseo de minimizar los daños colaterales de las sanciones de la UE y Estados Unidos. A este respecto, Vijay Gokhale, embajador de la India en China, subrayó que el reto para China era "cómo mantenerse firme en la asociación con Rusia sin daños colaterales en las relaciones sino-estadounidenses" (The Indian Express). Para el Council on Foreign Relations, al fomentar públicamente una solución diplomática y abstenerse de desafiar o condenar directamente la invasión de Putin, China cree que puede mantener sus alianzas y, posteriormente, seguir defendiendo su principio de no injerencia en caso necesario.

 

7. La nueva era de la política exterior alemana

En el transcurso de una semana, Alemania experimentó una transformación drástica, despojándose de una política exterior reticente y blanda, y comprometiéndose a aumentar extraordinariamente su gasto en defensa militar (Foreign Affairs). Primero, prometió enviar armamento a Ucrania, levantando las restricciones sobre el envío de armas alemanas a zonas de conflicto por parte de terceros. Katarina Barley, vicepresidenta del Parlamento Europeo, expresó que, a pesar de que el pueblo alemán siempre debatió el tema de brindar armas a países en conflicto –ya que nunca se sabe en manos de quién terminaran esas armas– en esta ocasión, está bastante claro quién es el agresor si se mira el Memorándum de Budapest (The Baltic Times).  Por otro lado, en un discurso en el Bundestag, Olaf Scholz se comprometió a gastar más del 2% del PBI del país en las fuerzas armadas, y así cumpliría con el objetivo que Berlín venía esquivando de la OTAN (Atlantic Council). A su vez, la Bundeswehr recibirá por única vez un fondo especial de 100 mil millones de euros para lograr un rápido avance armamentístico "en protección de la libertad y la democracia" (Deutsche Welle). Sin embargo, mayor inversión monetaria en la carrera armamentista no significa inmediatamente mayor capacidad militar, sino que es solamente un habilitador. Alemania necesita vincular ese aumento del presupuesto con la geopolítica, la estrategia, las personas y la industria de defensa (IISS). Estas inversiones son críticas ante todo para llenar las brechas de la capacidad intelectual que acompaña a la Bundeswehr, las cuales han crecido desde el final de la Guerra Fría (European Council on Foreign Relations). Todos estos puntos dejan en un segundo plano a la política climática, la cual fue lanzada como la política exterior esencial el año pasado (Deutsche Welle).

 

8. Cambios en la política exterior de Finlandia y Suecia

A raíz del conflicto militar originado a causa de la invasión de Rusia a territorio ucraniano, Finlandia y Suecia han invocado este miércoles la cláusula del Tratado de la Unión Europea que prevé la ayuda mutua en caso de agresión armada. La oposición de Rusia a la expansión de la OTAN ha intensificado el debate sobre política exterior y seguridad en Finlandia y Suecia, países que aunque han mantenido una política de no pertenecer a ninguna alianza militar, han dado indicios de acercarse a la organización y han profundizado su cooperación recientemente. Al mismo tiempo, la OTAN ha reaccionado a las demandas de Rusia afirmando en repetidas ocasiones que continúa con su política de puertas abiertas para nuevos miembros. Según Heli Hautala (Foreign Policy), si bien dicha política de puertas abiertas es un componente esencial de la seguridad de Suecia y Finlandia,  es poco probable que estos países soliciten unirse a la OTAN en el corto plazo. No obstante, ambos ven la cooperación con la OTAN como un fortalecimiento de la estabilidad regional en el norte de Europa y –según Hautala– están listos para profundizar su cooperación política y de defensa con la organización. En concreto, son los avances rusos y el temor a una expansión hacia los países bálticos, Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania lo que incentiva a la OTAN a reforzar su flanco oriental y asegurar la participación de los países nórdicos dentro de la organización. Teniendo en cuenta que los acuerdos de control de armas que intentaron mantener fría la Guerra Fría están hoy casi todos extintos, es de esperar que las tensiones en Europa se acrecienten (The New York Times).

 

9. La neutralidad de la India ante la crisis en Ucrania

Desde que comenzó la guerra en Ucrania, India ha enfatizado en los esfuerzos diplomáticos para poner fin a este conflicto, brindando asistencia humanitaria y contactando a los líderes mundiales (The Diplomat). En esta línea, el pasado 7 de marzo el primer ministro, Narendra Modi, discutió la evolución del conflicto con Volodymyr Zelenskyy, buscando su apoyo para la evacuación de los numerosos estudiantes indios de Sumy (The Indian Express), e instó a Vladimir Putin a mantener conversaciones directas con su par ucraniano (Reuters). Por otra parte, en la ONU, India se abstuvo en dos votaciones: en la resolución patrocinada por Estados Unidos para condenar el giro bélico de Moscú y en la votación de procedimiento para transferir las deliberaciones sobre el asunto a la Asamblea General de la ONU. Estas abstenciones eran previsibles, en gran medida por su dependencia estratégica de Rusia y sus prioridades de seguridad en la región del Indo-Pacífico (The Diplomat). India percibe a Rusia como un "socio estratégico especial y privilegiado", al proporcionarle tecnologías de defensa clave y que representan alrededor del 55% de sus compras totales de armas y repuestos (IISS). Para Rusia, India es uno de los mayores socios estratégicos, representa un puente entre la misma y Occidente (RIAC). Paralelamente, India comparte relaciones cordiales con Ucrania, al ser uno de los principales destinos para sus estudiantes (ICWA). Por todo esto, desde IDSA señalan que India continuará con su postura y reiterará su patrón de voto en la ONU. Sin embargo, para Sumit Ganguly (Foreign Policy) la estrategia diplomática de la India podría afectar su propia imagen global como democracia y, en última instancia, resultar insostenible. Además, al conformar junto a Estados Unidos el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, apoyar abiertamente a Moscú sería aún más costoso para Nueva Delhi (Foreign Affairs).

 

10. Las consecuencias del conflicto en Ucrania sobre las elecciones presidenciales en Francia

El conflicto en Ucrania parece poner la campaña electoral francesa en segundo plano. La misma se inclina a favor del actual presidente de la República, quien anunció su candidatura este fin de semana. Al no aceptar ninguna entrevista, y aprovechando que los medios se concentran en el conflicto en el Este de Europa, se lo acusa de querer escapar del debate con los demás candidatos y disimular el balance de su mandato (LeMonde). Macron justifica su conducta explicando que tiene que continuar haciendo su trabajo de jefe de Estado y que no sería oportuno cambiar de presidente en un momento en el que Europa se enfrenta a una posible guerra. Según Antoine Bristielle (South China Morning Post), "todos los medios de comunicación hablan sobre la invasión rusa, y en una crisis como esta, los ciudadanos siempre se posicionan detrás del jefe de Estado".  El actual presidente presenta un 30,5% de las intenciones de voto, muy por delante del segundo candidato, Marine Le Pen, con 14,5%. Más aún, un tercio de los franceses afirma que el conflicto tendrá una influencia en su voto, ya que se trata del segundo tema de preocupación después del poder adquisitivo, que también tiene su origen en el conflicto (BFMTV). Según la politóloga Chloé Morin (Europe1), los electores se inclinan hacia el presidente actual no solo porque es el único de los candidatos que tiene experiencia sobre el oficio, sino también porque gracias a su mandato como presidente del Consejo de la Unión Europea en estos seis meses, fue el principal interlocutor de Putin. Sin embargo, haciendo alusión a las palabras del reconocido politólogo, Pascal Perrineau (l'Opinion), a pesar de una candidatura y una campaña mínima, el sentimiento de perderse un encuentro democrático tan importante como un debate presidencial puede caer en problemas de legitimidad.

 

11. Criptomonedas y la posible evasión de las sanciones económicas por parte de Rusia

En los últimos días, el papel de las criptomonedas ha sido un tema central alrededor de la invasión de Rusia a Ucrania, especialmente en relación a la posibilidad de evadir las sanciones económicas impuestas. Esto se debe a que garantizar el cumplimiento de las sanciones requiere de la capacidad de realizar un seguimiento de las transacciones a través del sistema bancario. Por su parte, Irán y Corea del Norte ya han utilizado criptomonedas para operaciones por fuera de los límites del sistema financiero, como lavado de dinero (Foreign Policy). Sin embargo, de acuerdo con expertos en criptografía, el caso de Rusia es distinto, ya que el país tiene menos margen de maniobra debido a la escala de las imposiciones económicas y su limitada adopción de monedas digitales (Al Jazeera). Por un lado, el 80% de las transacciones diarias del país ruso –más la mitad de su comercio internacional– se basa en dólares, lo cual hace difícil mover dicha cantidad de dinero que podría bloquearse convirtiéndolo en criptomonedas. Por otro lado, si bien los gobiernos no pueden rastrear quién es el propietario de la dirección que envía criptomonedas, si el flujo es de gran volumen, esta dirección puede marcarse como sospechosa y sus fondos serían monitoreados, ya que los libros de transacciones de las criptomonedas son públicos (Al Jazeera). A pesar de estas dificultades que se le presentan a Rusia para evadir sanciones a través de las criptomonedas, se espera que esta semana el presidente de EE.UU. firme una orden ejecutiva sobre criptoactivos en busca de una regulación para comercializar la moneda digital (Reuters). Esto sucedió a partir de que la Red de Ejecución de Delitos Financieros (FinCEN) emitió una alerta aconsejando a las instituciones financieras a que estén atentas para identificar actividades de evasión de sanciones por parte de actores estatales y oligarcas rusos (Reuters).

 

12. El presente y futuro de la política exterior japonesa frente a la crisis ucraniana

A pesar de su controversial pasado militarista y de una historia de poca apertura frente a la inmigración, la semana pasada Japón anunció tres medidas en apoyo a Ucrania: primero, el envío de chalecos antibalas; segundo, una generosa suma de dinero en forma de préstamos y ayuda humanitaria (Deutsche Welle); y tercero, la apertura de sus fronteras para los refugiados ucranianos (Washington Post). A su vez, se confirmaron una serie de sanciones económicas cuyo objetivo es sumarse a las políticas disuasivas atlantistas (Al Jazeera). Entre ellas se destacan las restricciones de pagos y transacciones que alcanzan a Putin y parte de la élite rusa y bielorrusa; sin mencionar una fuerte regulación de los bienes exportables a Rusia (White & Case). No obstante, ambos Estados no son lo suficientemente interdependientes para que estas medidas preocupen en demasía. Las verdaderas preocupaciones de Tokio, o más específicamente aún, el costo real de su postura frente al conflicto se encuentra más bien en el inevitable retroceso diplomático respecto a la disputa histórica sobre las Islas Kuriles (Deutsche Welle). Según Michelle Ye Hee Lee (Washington Post), la crisis en Ucrania generó –y puede seguir generando– un importante cambio la política exterior japonesa, ahora más asertiva (Washington Post). Después de todo, la invasión rusa representa tanto un símbolo de los nuevos tiempos como un precedente preocupante; y la hegemonía americana –si no en declive– se ve desafiada por una reconfiguración multipolar de la realidad internacional. Esto último no es un detalle menor: la seguridad de Japón depende en gran medida de un Estados Unidos cuya polarización interna refleja dos visiones distintas sobre el Indopacífico (The Diplomat). Frente a semejante incertidumbre, con la sombra de su enemigo chino expandiéndose por el mundo, es lógico que Japón haya comenzado a repensar su política exterior y que el controversial debate sobre la seguridad nacional, hasta hace poco sepultado, haya resurgido en las calles de Tokio.

 

13. Beijing reafirma sus lazos con Pyongyang y se rehúsa condenar el lanzamiento de nuevos misiles norcoreanos

El pasado 5 de marzo, Pyongyang realizó un nuevo lanzamiento de misiles, concretando así once pruebas en lo que va del 2022. Desde el norte de la península, medios oficiales aseguran que el último lanzamiento, orientado al mar de Japón, se trató de un satélite de reconocimiento. No obstante, aún no se han publicado imágenes desde tales satélites que lo corroboren, como ha sucedido en otras ocasiones (DW). En contraposición, algunos analistas afirman que se trata de misiles balísticos (South China Morning Post). Si bien las resoluciones ya emitidas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas prohíben tales pruebas (The Diplomat), este organismo reiteró su condena, la cual no obtuvo el apoyo de Beijing, quien sostiene la misma postura desde 2017 (France 24). Otras perspectivas observan el avance de la RDPC y el fortalecimiento de sus lazos con China como un evento que trasciende la mera oportunidad estratégica producto de la guerra en Ucrania. Por el contrario, se estima que las pruebas de misiles responden a un proyecto de desarrollo técnico y armamentístico que Pyongyang ha confeccionado a largo plazo (The Japan Times); resaltando así la relevancia del vínculo Beijing-Pyongyang para contrarrestar las implicancias de las sanciones por parte de occidente. Dada la heterogeneidad y la falta de cohesión interna dentro del Consejo de Seguridad al momento de condenar a la RPDC, la embajadora de los Estados Unidos ante Naciones Unidas alertó sobre el peligro que supone poner en riesgo la credibilidad del Consejo de Seguridad (Reuters).

 

14. Elecciones en Corea del Sur: la importancia para Estados Unidos

El miércoles 9 de marzo, Corea del Sur eligió a su presidente por los próximos cinco años. Sus principales candidatos, el conservador Yoon Suk-yeol del opositor Partido del Poder para el Pueblo (PPP) y el progresista Lee Jae-myung del Partido Democrático (PD), estaban muy empatados en las encuestas (El País). El conservador Yoon Suk-yeol fue quien venció en las elecciones con el 48.6% de los votos, convirtiéndose en el nuevo presidente de Corea del Sur, cargo que asumirá el 10 de mayo. Su victoria marca el comienzo de un régimen más conservador, después de cinco años bajo los liberales moderados (ABC World). Yoon tiene grandes desafíos por delante, especialmente porque la oposición tiene una vasta mayoría en la Asamblea Nacional (Korea JoongAng Daily). Asimismo, marcará el rumbo de la política hacia Estados Unidos y Corea del Norte. El presidente Joe Biden se comunicó con Yoon Suk-yeol para felicitarlo por su elección, y ambos afirmaron la fuerte alianza entre sus países, siendo el eje de la seguridad y la prosperidad en el Indo-Pacífico (The White House). Siguiendo esta línea, el candidato electo estuvo más dispuesto a considerar la reanudación de los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos, lo cual sería fundamental para aumentar la preparación de las fuerzas estadounidenses y surcoreanas, cuya disuasión en la península tiene un rol muy importante (Foreign Policy). Asimismo, el nuevo presidente tiene un discurso mucho más duro en seguridad nacional, y aboga por desplegar más escudos antimisiles de Estados Unidos (ABC Internacional). Por otra parte, Corea del Sur conforma los estándares del mercado mundial de energía nuclear civil relacionado con la seguridad de los reactores nucleares y el combustible, siendo crucial para Estados Unidos ya que de otra forma, Rusia y China dominarían el mercado (Foreign Policy). Está claro que hay muchos intereses por parte de Estados Unidos en esta nueva etapa surcoreana, por lo que el mundo deberá estar atento a nuevas estrategias de política exterior.

 

Edición: Analía Amarelle y Julia Pérez Maldonado.

Equipo de Redacción: Abril Trankels, Astrid Platet, Lara Grimaldi, Leila Sarhan, Luisina Ferrero, Milagros Andurell, Ramiro Castellón, Rugiada Colò, Santiago Debattista y Zoe Jasmín Kodysz.

 

 

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