Covid-19: la verdadera dimensión de la tragedia económica

Por Hernán A. Rubio, 7 de mayo de 2020

El brote de Covid-19 ha provocado una crisis de salud pública de carácter internacional sin precedente en los últimos 100 años. Además de esta situación de por sí muy delicada, da como consecuencia, una crisis económica, difícil de dimensionar.

Para buscar un antecedente cercano, hay que hablar de la "gripe española". Esta pandemia azotó a la humanidad entre 1918 y 1920, y provocó un número enorme de muertos. Los afectados fueron tantos que los expertos no se ponen de acuerdo en la cifra final, y con diferencias de decenas de millones de fallecidos entre estimación y estimación, lo cual da una idea de la gigantesca magnitud de la tragedia. Solo un reducido número de personas, al comienzo de la presente crisis de Covid-19 (virólogos e historiadores principalmente), conocían en profundidad el tema. Hoy, en 2020, no hay nadie vivo que haya experimentado la "gripe española" que nos pueda contar algo de todo aquello. Esta es una de las características que más nos desconcierta: casi nadie sabía nada, al comienzo de la crisis, del verdadero impacto de una pandemia global y mucho menos de sus consecuencias económicas.

El Covid-19, con su alto factor de contagio, se esparció con velocidad nunca vista en tiempos modernos. China (brote inicial), Italia, España, Francia, RU y EEUU fueron muy afectados, sorprendiendo al público y a las autoridades por igual. Las medidas de cuarentena masiva, con el afán de "aplanar la curva" de contagios (medida oportuna y necesaria), no están exentas de efectos colaterales para la sociedad. La misma provoca una crisis económica de gran magnitud, de forma inmediata, que no se llega a percibir o anticipar debidamente, por el horror de las cifras de contagios y de fallecidos.

Los rubros más afectados por la pandemia de Covid-19 son gastronómico, turismo, hotelería, transporte, transporte aéreo, industria, construcción, centros comerciales, espectáculos, entretenimiento, y petróleo. No olvidar la extensa lista de proveedores para todos los rubros señalados.

Los afectados por la crisis económica son miles de millones en todo el mundo, con rubros condenados si no se aplica ayuda gubernamental a gran escala. Como es obvio, el teletrabajo no pude aplicarse a todo los empleos.

Se observa una suerte de "efecto orejera": las personas ven de manera muy distinta la dimensión de la crisis económica según sus ingresos se vean asegurados o, por el contrario, se encuentren en riesgo. Los que perciben sus ingresos del Estado (ya sea trabajadores estatales, jubilados, pensionados, etc.) temen más a los contagios (y sus posibles consecuencias fatales), ya que se trata de su peligro más próximo. Pero los trabajadores y sus familias que están en el ámbito privado, ven sus ingresos reducidos inmediatamente, sus propios empleos en riesgo, y la dimensión de la tragedia económica es mucho más palpable. Para este grupo, el peligro al contagio no es su única preocupación.

La sociedad no transita de la misma manera la cuarentena y eso provoca una "falta de sintonía" en el seno de la misma, frente a las consecuencias de la crisis.

El desconocimiento frente a una pandemia, la duda sobre el verdadero origen del Covid-19, las situaciones particulares de ingreso y las dramáticas noticias del exterior sobre la cifras de contagios y fallecidos provocan un "efecto anestésico", de shock, que debemos superar, tomando las medidas adecuadas de protección y distanciamiento social para no seguir profundizando una crisis económica que costará años revertir.

Hernán A. Rubio, CARI / ISIAE