27 de mayo de 2010

Sesión académica a cargo de Teodor Baconschi, Ministro de Asuntos Exteriores de Rumania

Por María Gregorini

"Un mundo multipolar sin multilateralismo es un peligro"

Durante su primera visita a la Argentina, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rumania, Teodor Baconschi, habló en una sesión académica en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), el pasado 27 de mayo. El Canciller reflexionó sobre "El papel de los países medianos en un mundo multipolar". A lo largo de la sesión, citó frases de Jorge Luis Borges, y manifestó su admiración por las obras del escritor argentino.

Baconschi, diplomático de carrera, planteó, desde el inicio de la exposición, la importancia de preguntarse acerca del papel de los países medianos en el nuevo orden internacional. "Como todos sabemos, la caída del Muro de Berlín ha traído consigo una serie de cambios estructurales. La aparición de nuevos polos de poder convirtió la inmediata post-guerra fría unipolar en un orden multipolar".

Según el Ministro, el nuevo contexto mundial se caracteriza por un poder descentralizado y disperso entre las grandes potencias, los jugadores transnacionales, las organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y las corporaciones. Es por esto que "será crucial hacer hincapié en esta realidad primaria, porque un sistema multipolar es intrínsecamente más dinámico debido a la posibilidad de aumentar la prosperidad, la seguridad y el peso estratégico a través de las alianzas". El hecho de que los actores se dediquen cada vez más a abordar los problemas mundiales representa una "oportunidad única para lograr un multilateralismo eficaz", aseguró.

La crisis económica que estamos tratando de superar es un importante indicador de cuánto ha cambiado el mundo, y cómo puede cambiar aún más

El Canciller Baconschi explicó que los efectos de la actual crisis económica han demostrado que "los desafíos no pueden ser abordados por ningún país por sí solo. Un mundo multipolar sin multilateralismo es un peligro". Asimismo explicó que los países medianos pueden influir en los resultados de la escena mundial, en la medida en que puedan formar "alianzas" entre ellos. Las organizaciones como la UE o la UNASUR ofrecen un canal de diálogo adicional con sus vecinos, "proporcionan a nuestros países la oportunidad de ser representados a nivel mundial, en las estructuras internacionales a las que no pertenecemos o en las que todavía no contamos con una perspectiva definida".

También aclaró que en muchas circunstancias los instrumentos son más eficaces cuando se manejan a un nivel más estrecho, donde los países medianos pueden beneficiarse de una voz más fuerte y pueden promover sus objetivos.

En otro nivel, la cooperación interregional es también un catalizador del orden multipolar. El desarrollo de un diálogo estratégico entre las estructuras regionales (por ejemplo, entre la Unión Europea y América Latina y Caribe) tendrá un efecto decisivo en el desarrollo de un sistema multipolar. "Estos vínculos, de hecho, constituyen un polo totalmente nuevo, independiente de los hegemones y organismos más clásicos", aseguró el canciller.

El funcionario hizo referencia a la Declaración de Madrid en la VI Cumbre Unión Europea - América Latina y Caribe, aprobada a mediados del mes de mayo, por los logros en torno al relanzamiento de las negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre la UE y el Mercosur, así como por la conclusión de las negociaciones para una acuerdo de libre comercio entre la UE y América Central.

Junto con la cooperación, el Canciller planteó que la competencia entre las grandes potencias será determinante en las relaciones internacionales. "En el esfuerzo de equilibrar el poder en el plano mundial, los jugadores más importantes del mundo seguirán tratando de construir nuevas alianzas, que incluirán a los países de tamaño pequeño y mediano. Especialmente ahora, en el contexto de la crisis financiera internacional, los actores estatales más desarrollados buscan apoyo y recursos en los países en desarrollo". El Canciller consideró que el ejemplo más reciente es el de los estados del G8, que ya no son capaces de contener los daños causados por la crisis. En cambio, el G-20 se ha convertido en el foro correcto para dar las respuestas necesarias. Para esto, "el G-20 debe actuar en interés de todos (…) y la reforma de las instituciones financieras también debe intensificarse, para dar no sólo mayor voz a las economías emergentes, sino también a los otros estados en desarrollo".

"Países como Argentina o Rumanía no pueden aspirar a convertirse en los responsables políticos a nivel mundial, pero su alto nivel de ambición en la región puede convertirlos en formadores de políticas y miembros influyentes de las estructuras internacionales como la UE, el Mercosur, la OEA o el UNASUR", explicó Baconschi.

Por otro lado, el Canciller señaló que los países medianos tienen una función especial en el sostenimiento del proceso de reforma de las organizaciones y foros internacionales. "Esto puede ayudar a consolidar la construcción de las instituciones internacionales, a fin de preservar la confianza en ellas y en la creencia de que ciertas cuestiones pueden y deben abordarse de manera global".

En la actualidad, el impacto de la crisis financiera, pone de relieve una vez más "la complejidad de la interdependencia entre los actores globales". Con el fin de proteger sus propias economías, los países concentran la atención en sus cuestiones de origen y descuidan las políticas económicas del orden internacional.

Estas reflexiones llevaron al Canciller a elaborar algunas conclusiones finales: "El panorama de cambio que acabo de esbozar, sugiere múltiples centros de poder, estamos presenciando el surgimiento de un mundo multipolar.

El desafío reside en responder a los retos del cambio y la interdependencia a través de la cooperación multilateral

En materia económica, política y de seguridad, el problema por excelencia que nos enfrentamos es qué hacer, cómo actuar con el fin de adaptar mejor nuestros objetivos de cambio". Luego continuó, "confío en que nuestros países están a la altura de estos retos y expectativas".

El Ministro, haciendo referencia a los países como Rumania y Argentina, también consideró que "debemos empezar por cambiar nosotros mismos la manera en que percibimos a los demás en el ámbito internacional", y que el desafío estará en "responder a los retos del cambio y la interdependencia a través de la cooperación multilateral". Para finalizar, el Canciller rumano expresó: "Soy perfectamente consciente de que, para dar las respuestas correctas, tenemos que fijarnos metas más ambiciosas, pero creo que estos objetivos no son imposibles de lograr".

Teodor BaconschiEs Doctor en Antropología religiosa e Historia comparada de las religiones por la Universidad de Paris IV – Sorbonne (1994), realizó estudios post-doctorales como Fellow del Colegio Nueva Europa, en Bucarest. Diplomático de carrera, obtuvo el rango de Embajador en 2006. Estuvo a cargo de las representaciones de Rumania ante la Santa Sede, acreditado en la República de San Marino y ante la Soberana Orden de Malta, en Portugal, y Francia, con concurrencia en el Principado de Mónaco y el Principado de Andorra. Fue Consejero Presidencial a cargo del Departamento Político de la Presidencia de Rumania (2006-2007), Vicecanciller y Secretario de Estado para Asuntos Globales (2005-2006) y Director General para Asuntos Culturales en el Ministerio de Asuntos Exteriores (2001). Autor de más de diez libros en francés y rumano. Anterior a su carrera diplomática, se desempeñó como director de la Editorial Anastasia de Bucarest, redactor en jefe del programa "La vida espiritual", consejero en el Ministerio de Cultura y redactor en la editorial del Instituto Bíblico y de la Misión de la Iglesia Ortodoxa Rumana. El 23 de octubre de 2009 fue nombrado Canciller de Rumania