8 de agosto de 2013

Sesión académica a cargo de Ricardo Spadaro, Juan Félix Marteau y Roberto Uzal, organizada por el Comité sobre Criminalidad Organizada Transnacional

Por Cristina Belda Font

El tratamiento estratégico del crimen organizado transnacional debe ser una prioridad para la comunidad internacional y, como tal, requiere una visión estratégica por parte de los Estados, así como una centralización de la problemática. Esta es la principal premisa que inauguró el seminario "Los desafíos del crimen organizado transnacional" que tuvo lugar el 8 de agosto de 2013 en la sede del CARI.

Ricardo Spadaro, Juan Félix Marteau y Roberto Uzal fueron los encargados de analizar las diferentes dimensiones que componen el crimen organizado, desde el lavado de activos hasta el tráfico de drogas, sin olvidar amenazas cada vez más presentes como los ciber-delitos y la ciber-delincuencia.

En primer lugar, Ricardo Spadaro, Ex Subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico y Miembro del Comité sobre Criminalidad Organizada Transnacional del CARI, señaló la necesidad de una visión conjunta y destacó el papel de las Naciones Unidas como elemento clave en la lucha contra este tipo de delitos. Ejemplo de ello es la Convención de Palermo, que tuvo lugar en el año 2000, en la que se abordó el panorama completo sobre aquello que debe preverse en una organización transnacional.

A pesar de los logros obtenidos en esta materia, Spadaro opinó que "aún nos enfrentamos con una serie de problemas derivados de un sistema que no actúa de forma integrada". Recordó que en el año 1992 el asesinato del Juez Giovanni Falcone, estandarte en la lucha contra la mafia siciliana, y más tarde del también magistrado Paolo Borsellino, ilustran las deficiencias en la lucha contra el crimen organizado.

Spadaro consideró que esas deficiencias también pueden aplicarse al momento actual y afirmó que "ahora se trata de organizaciones empresariales cuya rentabilidad viene dada de negocios ilícitos, que se instalan en la sociedad. Y si la sociedad no reacciona, se puede hacer demasiado tarde".

Ya centrado en el ámbito nacional, declaró que el crimen organizado "es uno de los principales problemas que enfrenta la Argentina" y puso como ejemplo el escándalo de la Efedrina, ocurrido en 2008. Según su opinión, el problema más grande está en los pliegues de la administración pública estatal, debido a que Argentina no tiene un sistema de inteligencia patrimonial.

¿Cuáles son las soluciones? Spadaro propuso la creación de una red de inteligencia central y bicameral y destacó la necesidad de implicación y voluntad política por parte del Estado.

Por su parte, Juan Félix Marteau, Director del Comité sobre Criminalidad Organizada Transnacional del CARI, se centró en el lavado de activos y el crimen organizado. El doctor Marteau considera que en la Argentina esta relación está distorsionada, a pesar de que el país es miembro pleno del  Grupo de Acción Financiera Internacional en contra del lavado de dinero (GAFI). "El gobierno actual ha entendido que la política de control del lavado de activos es un excelente mecanismo para otras finalidades, como el control fiscal o el control del precio de la divisa".

Una situación similar ocurre en el ámbito del terrorismo. Para Marteau "el gobierno pensó que podía aplicar al Estado la congelación de fondos, con el pretexto de culpar a los prófugos por causas de lesa humanidad".

El gobierno actual ha entendido que la política de control del lavado de activos es un excelente mecanismo para otras finalidades, como el control fiscal o el control del precio de la divisa

Según señaló Marteau, las consecuencias de esta situación se plasman en ilegitimidad frente a la comunidad internacional (Argentina enfrenta tres condenas y podría entrar en la lista gris de naciones sin interés real por combatir ese delito) e ineficacia. "Hay factores que el Estado no detecta, no identifica y por los que no tiene interés".

Para Marteau la solución se basa en realizar una evaluación nacional de riesgos, centrada en tres elementos: factores capaces de producir un daño en el sistema, vulnerabilidades y evaluación del impacto de éstas.

Finalmente, Roberto Uzal, miembro del Comité sobre Criminalidad Organizada Transnacional del CARI, explicó las principales claves del ciber-lavado, un delito "que ha pasado de ser un servicio a ser un negocio en sí". Y es que, sólo en el último año representó entre el 2 y el 5% del PIB mundial.

Entre los entornos más propicios para el ciber-lavado, según Uzal, las apuestas por internet encabezan la lista. "El juego siempre fue pantalla para el lavado de dinero, hay muchas transacciones sin documentación intercambiada, lo que provoca un efecto global sinérgico". Los pagos electrónicos, compras online, compras con tarjetas de prepago, pornografía, agencias matrimoniales o consultorías, también son escenarios habituales para este tipo de delito.

Pero también hay marcos más confusos en los que se lleva a cabo el blanqueo de capitales. Tal como señaló Uzal, el caso de la página web Second Life es uno de ellos. En esta web de ocio, se crea un mundo paralelo, los internautas disponen de su propia moneda, una divisa que se compra y puede reconvertirse otra vez en dinero real por medio de una tarjeta de crédito o una cuenta de 'pay pal'. Los últimos accionistas de esta página son, entre otros, General Motors, Dell, Coca Cola y Sony.

Son muchas las ventajas que encuentran los delincuentes en el ciber-lavado de dinero, explicó Uzal: plazos breves de lavado de dinero sucio, seguridad para el lavador, enfoque global, caída significativa de costes operativos y un excelente efecto sinérgico. Por otro lado, señaló que "detrás las empresas de ciber-lavado hay un lobby, que ha permitido instaurar esta modalidad de juego en países donde no estaba permitido". Esto fortalece aún más esta industria ilegal.

La mayor cantidad de dinero que se está blanqueando hoy en el mundo proviene del ciberespacio

En la misma línea, Uzal quiso recalcar el poder de ciertos Estados sobre otros, en materia de ciberterrorismo, haciendo referencia al conflicto que tuvo lugar en el año 2007, en el que Rusia dejó inmovilizada a Estonia.

Para prevenir este tipo de actuaciones considera fundamental que se incrementen las jurisdicciones del GAFI y de la Interpol para actuar en el  ciberespacio. "Estos organismos deben tener facultades para destruir las unidades de juego clandestinas que se detecten". Y es que "la mayor cantidad de dinero que se está blanqueando hoy en el mundo proviene del ciberespacio", concluyó.