19 de mayo de 2011

Presentación de la encuesta realizada por el CARI

Por María Pilar García Plorutti

La presentación de la encuesta "La opinión pública argentina sobre política exterior y defensa 2010" se llevó a cabo el jueves 19 de mayo de 2011, con motivo de dar a conocer el contenido y los resultados arrojados por el estudio presidido por el CARI. Dando inicio al encuentro, el doctor Adalberto Rodríguez Giavarini dio la bienvenida a los presentes y expuso algunas cuestiones introductorias a las disertaciones de Pablo Ava y Federico Merke.

Este informe constituye la cuarta edición de un estudio continuado desde 1998, presentado cada cuatro años -2002, 2006 y 2010- en el marco de los valores y propósitos del CARI respecto de "relevar las ideas de la ciudadanía en general y de los líderes de opinión sobre las cuestiones de política exterior y defensa argentinas, (constituyendo) una investigación pionera en el país, al analizar las tendencias en ambos sectores de la población". En este sentido, la intención es incentivar por medio de este trabajo la comprensión de la realidad internacional, propiciando el debate abierto y plural de la sociedad civil, aportando a la toma de decisiones de los hacedores de políticas sobre la inserción de la Argentina en el sistema mundial.

Pablo Ava comenzó explicando tres dimensiones que califican al estudio: en primer lugar, la dimensión temporal, en tanto se caracteriza por ser un proyecto con continuidad, lo cual posibilita una lectura de tendencias y evoluciones; en segundo lugar, la comparabilidad internacional, respecto a su correlación con el Chicago Council como antecedente o al Barómetro de España como contrapartida para un posible análisis comparado; y, por último, el contraste entre opinión pública y dirigentes políticos, tercera dimensión de gran importancia, considerando el aporte que hace el CARI en este sentido, en comparación a otros estudios.

Seguidamente, expuso en forma breve, los aspectos metodológicos que comprendió la realización de esta encuesta. Luego de realizado el trabajo de campo, a fines de noviembre de 2010, sobre una muestra probabilística de 1603 encuestas en el caso de la población en general y 170 entrevistas a líderes de opinión, las perspectivas de estos dos universos fueron las que permitieron la comparabilidad de visiones sobre las cuestiones centrales objeto de estudio.

A su vez, el trabajo se halla organizado conceptualmente en cuatro grandes dimensiones, que comprenden: I) El Interés en la información sobre política internacional, II) Cómo los argentinos ven el mundo, III) Cómo los argentinos ven la región y IV) Cómo los argentinos ven a la Argentina. Sobre cada uno de estos apartados, Pablo Ava se dispuso a tratar los puntos clave.

Respecto a la primera cuestión, reparó en el hecho de que existe una pérdida relativa del interés en la información sobre los temas de actualidad y de la agenda política internacional; mientras un 11% de la población general afirmaba un interés permanente en el 2006, se registró una caída en el 2010 de un 7.7%. Entre los líderes de opinión también se evidencia una baja significativa, siendo el 41% el que afirmaba tener interés sobre la política internacional en el 2006 y un 16% en el 2010. En relación a esto, sostiene Ava, "se percibe entonces un menor interés en el seguimiento permanente, compitiendo con una agenda de política interna compleja o mucho más atractiva y con mucha más producción de información". Asimismo, señaló que vale destacar el desplazo en las fuentes de información, dándose un corrimiento de los medios escritos a Internet, a través de la cual principalmente se sigue la política internacional.

En cuanto a la segunda dimensión -cómo los argentinos ven el mundo-, ésta comprende los principales problemas de la agenda internacional y ello asociado a los riesgos percibidos por los argentinos en lo que a política internacional se refiere. Aquí Ava indicó que la pobreza se ubica como principal problema de preocupación tanto para la población en general como para los líderes de opinión, representando el 78% y 84% respectivamente. De la misma forma, otro punto de alta incidencia colectiva constituye la contaminación del medio ambiente, ambas cuestiones presentes en la agenda política pública, y asociadas también a la agenda de política internacional. Cabe destacar también, que en tercer lugar mientras la población en general ubica el tráfico de drogas, los líderes de opinión consideran ampliamente la violación de los derechos humanos.

Realizando un ejercicio comparativo, Pablo Ava se remitió al estudio del Chicago Council on Foreign Relations, observando que los norteamericanos consideran la protección del empleo como el problema central de mayor impacto local y que asimismo se considera como problema de mayor riesgo a nivel internacional. En esta línea, para los norteamericanos, le siguen como problemas clave la reducción de dependencia del petróleo de otros países y la previsión de la extensión de las armas nucleares. En cuanto al Barómetro del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, el principal tema de riesgo que identifican los españoles es la crisis financiera mundial, seguido por el terrorismo internacional y el posible desarrollo de armas nucleares en Irak, en tercer lugar. En suma, Pablo Ava destacó cómo aquellas cuestiones percibidas como riesgos en el ámbito doméstico e internacional, se traducen en demandas locales hacia la Política Exterior.

Otro aspecto analizado sobre esta dimensión, alude a la percepción sobre el impacto de la globalización de la economía sobre la Argentina. Al respecto, no se observan cambios importantes para el periodo 2006-2010 sobre la población en general que considera que la globalización beneficia a la Argentina –respectivamente para estos años, 44% y 43.7%-. Ahora bien, sí se evidencian cambios significativos en el sector de la población que consideraba que la Argentina se perjudicaba, pasando de un 16% (2006) a un 5.2% (2010). En el caso de los líderes de opinión, desde una visión optimista más amplia, el 45% en el 2006 consideraba los beneficios sobre la economía nacional por el impacto de la globalización, incrementándose en un 63.5 en el 2010.

Acerca de cómo los argentinos ven el mundo y específicamente refiriéndose al esquema institucional internacional que consideran como el mejor en vistas de mantener la paz mundial, Pablo Ava comentó que se ha producido un cambio sustancial. La idea de un sistema liderado por la ONU según la medición de 2006, suponía un apoyo del 57% de la población general, cayendo al 42.4% en el 2010 equiparado con un esquema de equilibrio entre potencias regionales, representando el 41%. Esta opción prevalece en el caso de los líderes de opinión ampliamente (76.5%), abogando por el modelo de equilibrio regional, actuando en bloque frente a los cambios del orden internacional.

La tercera dimensión del estudio, referida a cómo los argentinos ven a la región, arroja los siguientes resultados: en cuanto a la situación actual, en términos de conflictividad en comparación a cinco años atrás, se observa una caída significativa del 14% en el 2006 a un 9% en el 2010 en la población en general, al igual que entre los líderes de opinión pasando del 24% a un 19% para los mismos años. Ava explica que este optimismo sobre la disminución en la percepción de conflictividad a nivel regional, se encuentra relacionado a su vez, con el avance en los procesos de integración. Respecto a diez años atrás, tanto la población general como los líderes de opinión consideran en amplia mayoría que hoy estamos más integrados regionalmente -81% y 87% respectivamente-. Esto adquiere por sobre todo relevancia desde la valuación del posicionamiento de la Argentina y su performance en los procesos de integración en los cuales participa. Particularmente, refiriendo al Mercosur, puede constatarse un balance sumamente positivo y en forma continuada desde 1998.

Por último, respecto al cuarto punto -cómo los argentinos ven a la Argentina-, una dimensión más bien de 'autoevaluación', se induce que mientras un 47% en el 2006 creía que el país era importante en el mundo respecto a diez años atrás, hoy un 71% lo cree así. A su vez, esto se profundiza teniendo en cuenta que para el 2006 el 19% que consideraba que la Argentina era menos importante, en el 2010 representa sólo el 3%.

En prospectiva, con respecto al cuestionamiento: ¿cuál cree usted que será el nivel de importancia de la Argentina en el mundo a lo largo de la presente década?, los resultados en 1998 arrojaban que sólo un 14% creía que la importancia de la Argentina sería alta, tornando significativamente en un 73,3% en el 2010. En suma, tanto la población general como los líderes de opinión confluyen en su posicionamiento frente a la consideración del nivel de importancia de la Argentina en el mundo, en un marco de optimismo generalizado.

Para finalizar, Pablo Ava remarcó algunas ideas generales, a modo de síntesis:

- La agenda internacional para la opinión pública está concentrada en cuestiones vinculadas más que nada a lo social (pobreza), a lo ambiental y a alguna dimensión de seguridad que tiene también su impacto local, como por ejemplo, la cuestión del narcotráfico.

- Se exigen respuestas y, en consecuencia, se profundizan las demandas hacia la política exterior, en un contexto de desarrollo en vistas de generar mayores oportunidades para la Argentina y mayor comercio internacional.

- Los modelos de equilibrio preferidos para asegurar de la paz y la integración económica son la integración de bloques regionales -en el caso de América Latina, bajo el fuerte liderazgo de Brasil- por sobre los organismos internacionales como ONU, BM, BID, etc. Cabe destacar que la valuación hecha del Mercosur y de la UNASUR es ampliamente positiva, más allá de la participación e incidencia de la Argentina en ellos.

- El contexto internacional y las políticas actuales de la Argentina, posicionan al país en una situación de privilegio frente al proceso de globalización; en este sentido, se perciben oportunidades y beneficios para el país, y un creciente protagonismo presente y futuro en el concierto de naciones.

Por último, Pablo Ava concluyó que si bien el estudio comprende en su análisis un conjunto de sensaciones, percepciones y opiniones, éstas propician el debate tanto en los medios como en la opinión pública. De aquí que, pudiendo plasmarse en influencias y decisiones de política exterior, "la opinión pública debe tomar dimensión e importancia en la discusión de la agenda".

A continuación, Federico Merke propuso explicar algunas ideas conceptuales sobre la opinión pública y la política exterior, seguido por un análisis de los resultados de esta edición en el marco de las cuestiones de fondo que se hallan en las ediciones anteriores, y luego, realizar algunos comentarios acerca de las repercusiones del estudio en los medios de comunicación. Por último, planteó observar qué está ocurriendo en la Argentina en cuanto a la política exterior.

En cuanto al primer punto, manifestó que desde fines de la Segunda Guerra hasta los años ochenta, el consenso que dominaba en la academia anglosajona suponía que la opinión pública era, en líneas generales, ignorante en temas de política exterior y, por lo tanto, no era capaz de afectarla mucho. En consecuencia, los líderes tenían la capacidad de bajar discurso y la opinión pública era crédula respecto a lo que se le decía. Luego, el avance de la democracia y el fortalecimiento de la sociedad civil, dio lugar a una opinión pública más informada en temas internacionales; no obstante, menos informada que en temas domésticos, pero con actitudes más estables y con creencias estructuradas. De este modo -explicó Merke- aunque la opinión pública no supiese mucho sobre política exterior, fueron configurándose tendencias sobre temas de fondo, asociadas a sus preferencias según sus orientaciones ideológicas, su condición social, etc.

En este sentido, la movilización de la opinión pública en general devino cuando se vieron en juego los intereses materiales concretos que afectaban a la sociedad. Aquí Federico Merke, citó dos casos singulares dados en la Argentina: No a Botnia y No al ALCA; en ambos hubo intereses materiales subyacentes en juego de sectores transnacionales, que se vieron incitados a la movilización.

De este modo, -destacó- la opinión pública y los medios se hallan latentes ante la posibilidad de movilizarse eventualmente frente a determinados temas, ante lo cual las élites deben lidiar teniéndolos en cuenta. Tal es el caso de la Asamblea de Galeguaychú, gravitante en el desarrollo del conflicto entre la Argentina y Uruguay, y cómo éste fue manejado. Tal es también el caso de la movilización de amplios sectores de la sociedad civil frente a las potenciales negociaciones entorno al ALCA, que afectaron las decisiones tomadas por los dirigentes.

A continuación, introdujo una variable interviniente entre élites y opinión pública: los medios de comunicación. Éstos –explicó- transforman a la opinión pública, inexperta en temas internacionales, haciéndola permeable. De esta forma, cuando las élites se polarizan en materia de política exterior, esto es tomado por los medios de comunicación, y luego la sociedad se posiciona frente a lo que los medios están reflejando. En general, destacó Merke, "cuando hay consenso entre las élites políticas, no hay debate en la opinión pública en general". Ello resulta aún más importante considerando que "los medios son un espejo y la manera de llegar a la opinión pública en materia de política exterior; si no hay debate intra-élite no va a haber debate dentro de la opinión pública", en la sociedad civil.

A partir de los resultados de las encuestas, puede arribarse a ciertas conclusiones observadas en 1998-2002-2006, destacándose dos datos interesantes:

1) Hay importantes coincidencias entre las élites y la opinión pública, pudiendo decirse que convergen en líneas generales.

2) La estabilidad de las preferencias se observan en algunos temas centrales: el Mercosur, la relación privilegiada con Brasil, la cuestión nuclear, la cuestión de las operaciones de paz, el comercio y la integración, el balance del poder regional.

En cuanto a los resultados del 2010, el patrón general perdura, pero con algunos cambios. Al respecto, Merke sostiene personalmente que esto se relaciona a una nueva cultura política argentina que ha comenzado a desarrollarse en los últimos años. En este sentido, comenta que la población se ha mantenido estable y dentro de las élites hay consensos importantes, sin una polarización política concreta.

Tomando el promedio de las encuestas, la radiografía que podría sacarse de la dirigencia política adquiere las siguientes características:

- El político argentino promedio cree que la pobreza es el problema central a nivel mundial.

- Cree que la globalización trae beneficios al país.

- Considera que el mejor esquema de poder mundial es el multipolarismo, el cual no era marcado en el 2006 en tanto se priorizaba el sistema Naciones Unidas.

- Cree que la UNASUR es muy positiva.

- Cree que Lula, Mujica y Cristina Fernández de Kirchner son lo mejor que tiene la región.

- Cree que hoy estamos más integrados, que el Mercosur es importante.

- Cree que somos más importantes hoy que hace diez años atrás y que aún seremos más importantes en lo próximos diez años.

- Cree que el comercio y la integración regional deberían ser las prioridades de la política exterior.

- Cree que la Argentina debe seguir en las operaciones de mantenimiento de paz, que debe continuar con el desarrollo nuclear con fines pacíficos.

- Cree que Brasil tiene que ser nuestro principal socio (punto importante respecto al año 2002 y 2006, donde aparecía Estados Unidos en este lugar) y que las relaciones con Brasil han mejorado.

- Cree que la relación con los Estados Unidos no beneficia ni perjudica al país (cuestión que según Merke, tiene correlación con el discurso oficial y elementos empíricos que lo demuestran, en tanto Estados Unidos ya no es gravitante en el posicionamiento estratégico de la Argentina y ha perdido relevancia a la hora de definir una estrategia para el país).

En cuanto al impacto que ha tenido la encuesta en los medios, Federico Merke comentó brevemente las repercusiones y los contenidos del informe destacados por la prensa. En primer lugar, refirió a un diario de Misiones cuyo fraseo de su titular se encuentra repetido en muchos otros diarios: "Una encuesta revela el divorcio entre la opinión pública y los líderes sociales", señalando específicamente: "muestra que el ciudadano tiene una buena imagen de Obama, Lula, Piñera y Mujica, muy por encima de lo que piensa la clase dirigente que elogia a Fidel Castro, Chávez y Evo Morales; a esos presidentes los apoyó apenas el 6% de la gente". Al respecto, Merke señaló que lo publicado no es erróneo, no obstante, esta observación omite un dato crucial: el hecho de que los líderes le asignan un 67% de imagen positiva a Lula, y un 44% a Mujica.

Luego se analizó un diario de la ciudad de Buenos Aires, cuyo titular dice: "Pese a la postura oficial, la encuesta revela preferencia por relación con Estados Unidos". Al observar los datos, si bien por parte de la población sí hay más preferencia por Estados Unidos (alrededor del 18%), este porcentaje no es sustantivo para afirmar lo que indica el titular. En el caso de los líderes, resalta a la vista que un 42% considera una relación estrecha con Brasil como prioridad, mientras con Estados Unidos, los porcentajes arrojados condicen con el 38% en el 2002, el 19% en el 2006 y el 6% en el 2010, manifestándose una disminución evidente contra un titular que profesa "preferencia por relación con Estados Unidos".

Otro titular encabeza "La reputación de Obama" y señala que "el 71% de los argentinos considera que el país en la actualidad es más importante en el mundo que hace diez años atrás, según una encuesta realizada por el CARI". "Además en el estudio destacan que la valoración positiva de los argentinos hacia el presidente de los Estados Unidos llega al 70%" y "que el 60% de los consultados piensa que la relación con ese país no beneficia, ni perjudica", dato que –resalta Merke- fue de agrado leer en la encuesta y que por lo tanto se elige destacar. En cuanto a la valuación positiva de los líderes, este diario remarca el 74% de aprobación de la figura de Cristina Fernández de Kirchner; sin embargo, no aclara que entre las opciones que tenían los dirigentes políticos para elegir en la categoría de líderes tanto globales como regionales, se ubica en el tercer lugar, detrás de Lula y Mujica.

Por último, citó otro diario, que titula: "Los argentinos y la Política Exterior". Este señala que "no deja de ser curioso en un país con cierto sesgo antinorteamericano, que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama obtenga la calificación entre los mejores líderes mundiales", pero sólo en el caso de la opinión pública en general. Y continúa "que el presidente de Chile, Sebastián Piñera se imponga entre las preferencias de los argentinos al ex presidente brasileño Lula da Silva", visión también por parte de la opinión pública en general. Y agrega que "ni Hugo Chávez, ni Fidel, ni Evo Morales están a esas alturas". Asimismo, indica que "tampoco deja de ser curioso que la mayoría de los argentinos considere que los Estados Unidos sea el país preferido al momento de elegir la consolidación de una relación bilateral"; si bien esto es verdad, respecta sólo a la opinión pública con el 18%, dejando de lado a los líderes políticos que consideran en un 41% a Brasil.

En resumidas cuentas, Federico Merke concluyó algunos puntos acerca del relevamiento hecho por la prensa, manifestando que cada medio ha publicado de la encuesta aquello que ha resultado conveniente desde la perspectiva de las orientaciones ideológicas de cada uno y en función de la agenda política nacional que se encuentra en juego. A su vez, percibe que hay un interés por polarizar y profundizar las divergencias entre lo que sostiene la sociedad y los líderes de opinión, mientras personalmente él no observa esto. En su opinión, los medios no han sabido posicionarse frente a los datos y el contenido de la encuesta, considerando el análisis de todo el estudio en su conjunto. Sumado a esto, observa la inexistencia de una discusión pública sobre política exterior concreta que incluya a la opinión pública siendo partícipe la sociedad civil, y aún mayormente relevante en un año electoral.

En este sentido, lo que ha ocurrido en materia de política exterior en la Argentina, dice Federico Merke, es un default que deviene del año 2003 para acá, y que condice con la declinación que ha evidenciado el país perdiendo espacios y presencia en el ámbito internacional; consecuentemente, generando un menor debate en la dirigencia política. Asimismo, esto se relaciona con la percepción del "viento de cola"; es decir, un marco de indicadores positivos y perspectivas beneficiosas donde no se cuestiona ni se problematiza la cuestión.

El sistema político argentino del 2003 hacia acá ha tenido dos características, sostiene Merke: 1) la desnacionalización en cuanto a la variación y el poder de los gobernadores en un país segmentado respecto del armado de las coaliciones y las preferencias políticas y 2) la fragmentación de los partidos políticos. En consecuencia, esta situación no propicia incentivos para pensar en el interés nacional entre los dirigentes políticos; por el contrario, la discusión es minimalista y muy aislada de los grandes problemas del sistema internacional.

En suma, Federico Merke reparó en el hecho de que hoy tenemos un sistema político con muy pocas ganas de discutir sobre política exterior y, por lo tanto, instó a tomar conciencia sobre ello, frente a la necesidad real de debatir la inserción internacional de la Argentina.

Como cierre, el doctor Adalberto Giavarini volvió a profundizar en los propósitos que encarna el CARI, justamente como Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, destacando la actitud permanente de mantener vivo el debate en el nivel más alto posible y atendiendo a las inquietudes de la población y de los líderes de opinión. De este modo, el estudio realizado pretende ser un instrumento para conocernos mejor, en vistas de convocar a la opinión pública en general y a las élites, a continuar con este debate sobre la política exterior manifestándose pluralmente, en tanto beneficioso para la República y para toda la región.

Pablo AvaProfesor de Sociología de la Universidad de Buenos Aires y Profesor invitado del Baker Institute for Public Policy

Federico MerkeProfesor Invitado en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés y miembro de la Carrera de Investigador del CONICET