10 de mayo de 2011

Sesión académica a cargo de Manuel Fernández Cruz, Profesor de la Universidad de Granada

Por William Heegaard

En el largo camino de la integración europea, una de las iniciativas más exitosas ha sido el Programa ERASMUS. Cada año, este programa permite a 200.000 estudiantes realizar estudios en el extranjero y trabajar en más de 4.000 instituciones en diferentes ciudades de la Unión Europea. Además, ERASMUS fomenta la cooperación logística entre universidades e instituciones de educación superior, junto con el intercambio de profesores e investigadores.

Después de un breve introducción por parte de la Dra. Ana Lucía Frega, el profesor Manuel Fernández Cruz compartió sus opiniones sobre el proceso actual de integración de las universidades europeas y las gestiones para crear un consorcio internacional para la realización de maestrías.

Fernández Cruz manifestó que se ha llegado a un nuevo escenario de internacionalización que obliga las universidades a trabajar de manera distinta para mantenerse competitivas. Indicó que durante la mitad de los años '90 la UE generó un programa para cambiar su sistema de educación superior, que disminuyo progresivamente la cuota de producción de conocimiento científico y alertó que esta cuota sigue cayendo en comparación con otras regiones del mundo, especialmente los Estados Unidos y Asia, pero también America Latina.

Según el disertante, simultáneamente ha aumentado la regulación de los procesos formativos de investigación debido a la evaluación y publicación de estándares internacionales de carácter comparado. Como resultado de estas clasificaciones, explicó que los fondos privados se orientan más a las universidades de niveles superiores. Por lo tanto, señaló que las universidades tienen que competir cada vez más para acceder a los fondos necesarios para aportar investigaciones de nivel posgrado o doctorado. En palabras de Fernández Cruz, "la competencia por conseguir fondos privados se ha hecho salvaje". Asimismo, consideró que el sistema internacional de ranking de universidades también fomentó esta pugna por captar al mejor talento estudiantil y docente en el mundo.

Fernández Cruz explicó que en este ambiente crecientemente competitivo nació el llamado "dilema de Oxford". En las clasificaciones internacionales, Oxford siempre figura justo por debajo de Harvard. Sin embargo, mientras ambos pretenden traer al mejor talento académico y producir el mejor conocimiento del mundo, Oxford, en su misión, también intenta mejorar y ampliar la educación de la ciudadanía británica. Entonces, para superar este dilema -competir con Harvard en calidad investigativa, mientras que apoya la educación accesible-, Oxford debió fragmentar su cuerpo académico: en el nivel de grado, trabajan los profesores más dedicados a la docencia que a la investigación, quienes trabajan para alcanzar la meta de expandir la educación pública, mientras que en el nivel de posgrado y doctorado, Oxford ha diseñado laboratorios altamente especializados que compiten con Harvard en calidad investigativa. El expositor advirtió que para muchas universidades, este tipo de fragmentación es una manera de responder a la alta competencia por acceder a fondos privados.

Si bien las iniciativas de integración económica han sido exitosas, el programa ERASMUS ha hecho mucho por la construcción de una Europa integrada

Seguidamente, Fernández Cruz se refirió al modo en que las universidades europeas intentan responder al aumento de competencia, apoyando las investigaciones de profesores y estudiantes en todos los campos de pensamiento. Por lo tanto, los recursos humanos y económicos se dispersan y se pierde eficacia. Planteó la necesidad de especializarse, generando redes por tópico y sumar recursos para realizar investigaciones mas profundas. Explicó que el resultado final sería la creación de universidades multi-campus que se especialicen en un tema pero que tengan varias sedes en la región.

Para concluir, Fernández Cruz mencionó algunos desafíos al proceso de integración de educación superior en Europa y las respuestas de ERASMUS ante estos retos. Uno de ellos fue cómo la integración implica la movilización más fluida de trabajadores y capital por fronteras nacionales. Sin embargo, los ciudadanos europeos no pueden estudiar en un país y trabajar en otro sin un estándar regional de acreditación profesional. Explicó que en la actualidad las legislaciones nacionales son muy celosas, burocráticas y lentas en los procedimientos para la aprobación de permisos a estudiantes y trabajadores. Y agregó que esto se superpone, además, con los problemas logísticos, como la traducción de expedientes académicos.

A pesar de estos retos, Fernández Cruz expresó su optimismo sobre el Programa ERASMUS y describió los efectos positivos. Por ejemplo, relató que la gente joven de la Universidad de Granada ya no considera extranjeros a los estudiantes visitantes, y que están orgullosos de la diversidad. Por último, destacó cómo las nuevas tecnologías han permitido a las universidades realizar conferencias de video por el Internet, facilitando la creación de redes regionales para superar el problema de competencia y fragmentación.

Manuel Fernández CruzProfesor Titular del Departamento de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, España. Es Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación (Pedagogía), donde recibió la máxima calificación de Apto "cum laude" por unanimidad y el Premio Extraordinario de doctorado. Ha trabajado como asesor en educación infantil y como consultor en materia de formación. Se ha desempeñado como docente en asignaturas a nivel de grado y posgrado. Asimismo, ha dictado cursos en la Argentina, Canadá, Cuba y México y ha participado en numerosos proyectos de investigación