1° de septiembre de 2020

Sesión académica a cargo de la Embajadora Aude Maio-Coliche y el Doctor Federico Merke, organizada por el Comité de Asuntos Europeos del CARI

Por Tomás Seré, Voluntario Secretaría de Comunicación

La actividad virtual del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales no se detiene. El 1° de septiembre, en un nuevo encuentro organizado por el Comité de Asuntos Europeos del CARI, el numeroso público presenció una charla acerca del plan de recuperación de la Unión Europea frente a la pandemia.

En este marco, se contó con la presencia de dos grandes especialistas en el tema: la embajadora Aude Maio-Coliche, jefa de la delegación de la Unión Europea en Argentina, y el doctor Federico Merke, director de la maestría en Política y Economía Internacional de la Universidad de San Andrés. El encuentro estuvo liderado por el embajador Alberto Davérède, director del Comité de Asuntos Europeos y el presidente del CARI, Adalberto Rodríguez Giavarini.

Con esta lógica, Maio-Coliche dividió su disertación en tres marcadas etapas: las primeras reacciones, el actuar institucional y la proyección a futuro. Como primera medida, la embajadora se separó de aquellos que argumentan que la reacción de la Unión Europea como bloque fue un tanto tardía. "La realidad es que la UE no tiene competencia para intervenir en temas de salud. Se trata de un apartado particular de cada país y el único elemento para trabajar era el intercambio de experiencias entre los estados miembros. Creo que en pocas semanas se pudieron crear herramientas de solidaridad para las compras públicas y la repatriación de europeos", manifestó.

En esta línea, la jefa de la delegación de la Unión Europea en Argentina explicó que cuando el impacto sanitario mermó en torno a junio, aparecieron aún más claramente los problemas económicos provocados por el virus. En este punto, crecieron los pedidos por un plan de recuperación económica y aquí, según Maio-Coliche, el Consejo Europeo tuvo una actuación histórica. "Hubo una reunión de cuatro días consecutivos, algo nunca antes visto. Seguramente costó encontrar consenso, pero se acordó un plan de recuperación de 750 millones de euros que serán aportados por el mercado financiero", argumentó. Sin embargo, más allá de lo estrictamente numérico, la embajadora hizo foco en la importancia del pacto en cuanto a la solidaridad europea: "se vio que los países se sienten interdependientes y unidos como para adquirir juntos sus compromisos para las próximas décadas. Se trata de países que por primera vez se endeudan de manera común, es un gran paso en la unión de Europa y su avance como conjunto".

Respecto a la visión de cara al futuro, Maio-Coliche afirmó que las prioridades de la UE se aclararon con la llegada de Ursula Von der Leyen. En este sentido, el pacto verde, la digitalización y los valores europeos pasaron a ser las premisas de un continente que ya tiene la mirada puesta en la "UE next generation" y una economía basada en el desarrollo sostenible. Esta visión, a su vez, remarca la importancia del multilateralismo y está muy preocupada por defender el estado de derecho y los fundamentos democráticos. "Estamos convencidos de que no vamos a salir solos de la crisis. Vivimos en un mundo globalizado y con un virus que trasciende las fronteras. La Unión Europea se comprometió a reforzar el papel que deben tener las organizaciones internacionales", resaltó Maio-Coliche. A lo que agregó: "No queremos ser otro superpoder, sino instalar un modelo multilateral de un planeta basado en reglas y acuerdos, y no en hegemonías. Un mundo abierto, pero con reglas".

Federico Merke, por su parte, resaltó la gran capacidad que tiene la Unión Europea desde sus inicios para reaccionar a los shocks externos. "La UE en épocas de bonanza suele negarse a tomar riesgos, a salir del status quo y su zona de confort. Sin embargo, en sus crisis, y principalmente en aquellas que tienen origen externo, logra salir adelante y generalmente hacia una mayor integración", aseveró el profesor de la Universidad de San Andrés. Bajo este contexto, Merke marcó cuatro desequilibrios que generaron esa misma reacción en Bruselas: la crisis migratoria, la pandemia, el efecto Trump y el ascenso de China. "Se genera un proceso muy complejo e interesante, donde lo externo genera presiones para que Europa avance en lo comunitario. El efecto inhibidor es cuánto quieren seguir los europeos con esto, qué tanta confianza le tienen a la unión. El desafío, en este sentido, es alinear incentivos electorales con presiones externas que obligan a ir hacia una mayor integración", reflexionó.

Asimismo, Merke afirmó que, aun cuando muchos lo consideraban como el comienzo del fin, el Brexit generó más beneficios que perjuicios en la Unión Europea y evidenció la consistencia de la UE para actuar "El bloque mostró lo difícil que es irse de la unión e hizo pagar por eso. También veo que la salida ayudó para la mesa de negociaciones, la presencia del Reino Unido seguramente hubiera conllevado más trabas para la solidaridad. Evidentemente creo que fortalece a Europa en su sentimiento más federalista", justificó.

En el cierre, luego de una vasta ronda de preguntas, tanto el presidente Rodríguez Giavarini como el embajador Davérède celebraron la iniciativa de un encuentro que unió a un pragmatista con una academicista. "Es un tema que excede el marco económico y que genera un mensaje muy importante para la comunidad internacional: la necesidad de entendimiento y cohesión", sentenció Davérède.