12 de mayo de 2011

Sesión académica a cargo de Fatiha Benlabbah, Directora del Instituto de Estudios Hispánico-Lusos de la Universidad Mohammed V

Por William Heegaard

Organizada por el Comité de Asuntos Africanos, de los Países Árabes y Oriente Medio del CARI, la Universidad Nacional de Rosario y la Fundación Bait Al Hikmatuvo, esta sesión académica y la presentación del libro "Los árabes en Argentina", de Abdeluahed Akmir, con comentarios de Fatiha Benlabbah y Silvia Montenegro, contó con la presencia de embajadores de países árabes, funcionarios de la Cancillería argentina y académicos.

La sesión comenzó con un análisis de la doctora Marina Saglietti, Coordinadora del Comité de Asuntos Africanos, de los Países Árabes y Oriente Medio del CARI, sobre la imagen de la mujer musulmana dentro del discurso histórico del desarrollo de la sociedad árabe.

Manifestó que desde el siglo XIX, la cuestión femenina en el mundo árabe ha sido planteada en estrecha relación con la cuestión de la liberación del yugo de la colonización y la modernización de la sociedad árabe. Explicó que el mundo árabe ha sido objeto del imperialismo occidental, particularmente en África. A partir de esta visión polarizada se exaltó la diferencia entre modernidad y tradición, con la superioridad de occidente frente a otras regiones. Desde la literatura y la propaganda se ha desempeñado un discurso colonialista que en el imaginario subconsciente y en la vida política justificó como el adoctrinamiento y el sometimiento de los pueblos no europeos, para civilizarlos.

No obstante, durante el siglo XIX se desarrolló un nuevo discurso reformador que cuestionó los supuestos del discurso colonialista. Según Saglietti, los académicos reformistas aceptaron los postulados fundamentales de la modernidad e integraron en su mente la idea de la superioridad del Occidente; entonces, esta superioridad solo existía de forma técnica, pero no moral o espiritual.

En este sentido, destacó que los reformistas árabes se basaron en el aspecto reversible de la decadencia del mundo árabe. Pero, para superar esta decadencia, el mundo árabe debe acceder a las ideas y tecnologías progresistas del mundo occidental y desprenderse del absolutismo, conservando el Islam como norma y valor existencial.

Implícito en el discurso colonialista, la mujer musulmana se expresó como víctima de un sistema social patriarcal en una cultura machista

La doctora Saglietti explicó que el líder de esta reforma de pensamiento islámico, Muhammad Abduh, era consciente de la fuerte relación entre la emancipación de la mujer y el desarrollo de la sociedad árabe. La corriente de pensamiento reformista apoyó el llamado "espíritu profundo" del Islam, es decir, la buena moralidad, los principios de justicia, equidad y la igualdad entre los seres humanos. En palabras de la disertante: "el aporte teológico de Muhammad Abduh estaba fundamentalmente marcado por su carácter racionalista y humanista. Se distinguió por su actitud hacia las fuentes de conocimiento tradicional del Corán y cuestionó directamente la autoridad de las escuelas jurídicas que han monopolizado el saber". Es más, el énfasis en el "espíritu profundo" implicó la reivindicación del derecho de la mujer a la educación, al trabajo, a la independencia, así como el rechazo a la poligamia, sustituyendo aquello por el divorcio judicial.

Saglietti planteó que, a pesar de una reacción virulenta contra la intelectualidad árabe progresista durante los siglos XIX y XX, estas ideas progresistas sobrevivieron y formaron un elemento fundamental en el desarrollo de la sociedad árabe en el siglo XXI. En conclusión, la concepción de la corriente reformista sobre la mujer musulmana sigue siendo un componente clave del nuevo renacimiento del mundo árabe.

Agregó que, como resultado de la promoción de la dignidad humana por parte de varias instituciones internacionales, actualmente se piensa en la cuestión femenina en el marco global del desarrollo humano. Aclaró que se entiendo por libertad no solo los derechos cívicos y políticos que constituyen los pillares de la ciudadanía, sino que también supone la inclusión de factores como el acceso a la educación, salud, y otros recursos básicos.

El objetivo último de la promoción de la mujer en el mundo árabe consiste, entonces, en permitir a todas mujeres beneficiarse de los derechos de la persona humana, igual que el hombre. Saglietti sostuvo que esto se logra a través de estrategias multisectoriales que responden a todos los factores culturales, sociales, económicos, legislativos y políticos que interactúan para impedir la realización de la igualdad. Además, advirtió que esto implica una participación amplia de la sociedad civil y la implementación temporal de políticas de discriminación positiva, hasta que desaparezca la brecha de bienestar entre hombres y mujeres. Saglietti sostuvo que con una estrategia multisectorial se puede resituar la promoción de la mujer en el marco amplio de renacimiento en la región.

A continuación, Fatiha Benlabbah señaló la importancia de participar todos juntos en la construcción de una sociedad con igual acceso -para mujeres y hombres- a los recursos y libertades, necesarios para la dignidad humana. Destacó que actualmente en los movimientos revolucionarios de Egipto, Túnez, Libia, Siria y Maruecos, las mujeres están en las calles igual que los hombres y son concientes del papel que tienen para edificar una sociedad mejor. Alertó que este impulso femenino cuenta con el respaldo de varios sectores.

Sin embargo, Benlabbah reconoció ciertos problemas graves que obstaculizan la sociedad igualitaria. A pesar de los nuevos logros en materia de igualdad y transparencia dentro de los sistemas de justicia, al nivel de las mentalidades de la gente hay todavía resistencias. La aceptación histórica de una diferencia intrínseca entre los derechos de géneros se presenta para gran parte de la sociedad islámica como el desafió más profundo. Por lo tanto, explicó que es muy difícil cambiarlo con una reforma del derecho o la legislación. Benlabbah consideró clave tener paciencia y seguir trabajando hasta que estas mentalidades cambien.

Tomando ejemplo de Marruecos, Benlabbah resaltó lo tempranamente que se logró la adquisición de los derechos políticos de la mujer de votar y de presentarse como candidata en el proceso político. Sin embargo, reconoció que cuando se presentaron, las encuestas indicaron que, por tratarse de candidatas mujeres, muchas personas no las votarían. Entonces, aunque el caso de Marruecos muestra que las modificaciones en la legislación para cambiar mentalidades tal vez no alcanzan, ella se mantiene optimista y confía en que el aumento de la participación de la sociedad civil lentamente ayudará a fortalecer estas posiciones normativas.

Seguidamente, Silvia Montenegro, de la Universidad de Rosario, presentó el libro "Los árabes en Argentina", de Abdeluahed Akmir y leyó una carta escrita por el autor sobre los descubrimientos más profundos de su investigación sobre la inmigración musulmana en Argentina.

Como explica Akmir, aunque la migración árabe en argentina comenzó en los años setenta del siglo XIX, el periodo significativo por excelencia comprende de 1900 a 1930, cuando llegó a constituir la tercera colonia del país, luego de la española e italiana. Como en toda migración, los motivos económicos se encuentran en la base de hecho, pero tampoco son desechables las razones políticas. En el caso de la inmigración musulmana, es notable la oposición fuerte de los intelectuales árabes al colonialismo.

En contraste con la inmigración europea, fomentada por el gobierno argentino en los puertos europeos, los árabes eludieron el dispositivo oficial y respondieron a la cadena de llamadas, sistema que utiliza la correspondencia familiar de los inmigrantes y cuya fuerza radica en la sólida estructura de la familia y los fuertes lazos al país de origen.

Relató que la peripecia económica del árabe en argentina comenzó con el comercio ambulante, cuyo éxito dio lugar al establecimiento comercial minorista primero y desembocó en el comercio al por mayor después. Recordó, también, que los árabes no formaron parte de la clase obrera, lo que determinó su falta de participación en los conflictos sociales.

Para el autor, los primeros inmigrantes árabes encontraron desafíos bastante graves para integrarse en la sociedad argentina, resultado de diferencias religiosas, étnicas y lingüísticas. Antes de 1920, fecha en que se produjo su despegue económico, los árabes vivieron en una situación absolutamente marginal, agrupados en barrios y colectividades según origen, buscando la seguridad e identidad que la sociedad argentina les negaba.

Los problemas de identidad surgieron como consecuencia del contraste de dos formas de vida diferentes: la familiar, en que se expresaba con los valores árabes y la argentina, en que era necesario vivir en la calle.

Según Akmir, con las siguientes generaciones, los problemas de marginalización y discriminación social han disminuido a través del establecimiento de instituciones y organizaciones culturales para apoyar y integrar la población a los sistemas formales argentinos. La solicitación y suscripción incrementada de los descendientes árabes en las escuelas secundarias y universitarias implicó mayor participación directa en la vida social y el proceso político argentino.

Para concluir la sesión, Montenegro comentó el proceso de investigación que hizo el autor para realizar su obra. Para entender la inmigración árabe y su inserción en la sociedad argentina como un todo proceso multidimensional, Abdeluahed Akmir analizó rigurosamente el dato histórico y entrevistó a descendientes de segunda y tercera generación. Aunque investigó profundamente la inmigración en grandes centros urbanos como Buenos Aires y Rosario, no dejó afuera otros lugares del país donde la presencia árabe fue muy fuerte, como Santiago del Estero y Tucumán.

Fatiha BenlabbahDoctora en Estudios Hispánicos por la Universidad Mohammed V (Marruecos). Directora del Instituto de Estudios Hispánico-Lusos de la Universidad Mohammed V–Agdal. Entre sus últimas publicaciones figuran Las excursiones literarias por Marruecos de Aurora Bertrana, en 1935 (2009) y José Ángel Valente. Poesía e interculturalidad seguido de veinte versiones (2008)