1º de septiembre de 2020

Seminario organizado conjuntamente por el Grupo de Trabajo sobre Japón del CARI, la Universidad del Salvador y la Embajada del Japón en Argentina

Por María Florencia Avena, Voluntaria Secretaría de Comunicación

Cómo se encuentra Japón en la economía mundial hoy, qué le espera para la post pandemia y qué lugar ocupa la relación bilateral con nuestro país en este contexto, fueron los interrogantes que impulsaron el seminario, celebrado el pasado 1° de septiembre de manera virtual. El encuentro fue organizado conjuntamente por el Grupo de Trabajo sobre Japón del CARI, la Universidad del Salvador y la Embajada de Japón en la Argentina y contó con las exposiciones de Luis Ignacio Argüero, Doctor en economía (Universidad de Hiroshima) y editor del libro "Japón en el siglo XXI, miradas desde el sur"; Takahiro Nakamae, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Japón en Argentina y Jorge Marchini, profesor titular de Economía de la Universidad de Buenos Aires, investigador y miembro del Grupo de Trabajo sobre Japón del CARI.

Argüero hizo un recorrido sobre la historia económica reciente de Japón, que a pesar del colapso de 1945 y desde su consolidación como Estado, ha mostrado un crecimiento singular hasta la década de los noventa. Desde allí comenzó un período de retracción conocido como "la década perdida", hasta los primeros años del nuevo milenio. ¿Cómo encuentra la pandemia a Japón, entonces?, se pregunta el doctor. Para explicarlo ordenó los argumentos relativos a las cuestiones locales y luego se refirió al contexto internacional.

En primer lugar, habló del decrecimiento y el envejecimiento poblacional sostenido desde hace años, y simultáneamente de la creciente concentración en Tokio. También aludió a la baja inflación afirmando, entre risas, que aunque a los argentinos nos parezca extraño, esto constituye un problema para Japón. A su vez, destacó que el crecimiento del PBI, del 1% anual desde 2016, ha sido relativamente bajo con respecto a otros períodos, y los límites de "Abenomics" –el plan económico de Shinzo Abe– se han vuelto más evidentes.

Desde la óptica del plano internacional no se puede ignorar que la batalla comercial entre la primera y la segunda economía mundial afectan consecuentemente a la tercera. Sin embargo, también se ha reafirmado el compromiso de defender el sistema de comercio multilateral desde la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). El coronavirus ha puesto a Japón en un aprieto ya que tiene una fuerte dependencia de las cadenas globales de valor, por ejemplo, en la industria automotriz. Además, se esperaba con ansias la nueva edición de los Juegos Olímpicos como el gran objetivo del año.

El Embajador Nakamae puso al corriente a la audiencia, que superó los cien presentes, sobre el desarrollo de la pandemia en Japón y las medidas sanitarias que se llevaron a cabo hasta la fecha. Cuenta que los primeros casos aparecieron en enero, pero la ola de contagios comenzó en el crucero Diamond Princess. El 7 de abril se declaró el Estado de Emergencia, pero el aislamiento y las medidas preventivas nunca fueron obligatorias, sino que se trataba más bien de recomendaciones. En junio se produjo un rebrote que duró siete semanas y las cifras al día de hoy son de 69.001 contagios, 1307 fallecidos y 58.428 recuperados. Pero ¿por qué se puede decir que funcionaron las "medidas flojas"? Lo cierto es que, según el Embajador, no alcanza con la típica afirmación sobre la buena conducta de la población japonesa. El gobierno se basó desde el principio en tres premisas: no es posible controlar el virus sin una vacuna, debemos adaptar nuestro modo de vida a la presencia del virus y debemos priorizar el cuidado de aquellas personas con factores de riesgo. Además, se han descubierto dos características fundamentales sobre el comportamiento del virus: la mayoría de los contagiados son asintomáticos y solo el 20% de los infectados pueden contagiar a varias personas, que son los que forman los focos de infección o clusters. A partir de esa información, Japón ha implementado una política de Rastreo Retrospectivo que tiene por finalidad identificar la trayectoria de los infectados para localizar los clusters, en lugar de realizar testeos masivos. Otra de las medidas fundamentales fue la Campaña de las Tres C: evitar espacios Cerrados, Concurridos y contactos Cercanos. Por otro lado, la inteligencia artificial permitió, a través de una simulación, observar el alcance de la dispersión de gotitas, lo cual comprobó la eficacia del barbijo y las mamparas.

Nakamae resaltó las líneas políticas que orientan las medidas tomadas. Primero, fortalecer la protección de los adultos mayores. Luego, prepararse para la temporada invernal que se aproxima y articular la prevención de infecciones con las actividades socioeconómicas. El funcionario sostuvo que se espera una recuperación económica del 3%, mientras no se produzca un rebrote. A la fecha, aproximadamente 50.000 personas han perdido su trabajo y el rubro más afectado es el turismo. Para paliar el impacto, el gobierno preparó diversas medidas, entre ellas un subsidio de US$ 900 para los residentes en el país y un subsidio para las pymes.

Por último, tuvo lugar la exposición del doctor Marchini, quien habló de las expectativas en las relaciones multilaterales y en especial la relación bilateral Argentina-Japón. Marchini describió el escenario actual, dando cuenta de la ruptura de las cadenas globales de valor, de las crecientes tendencias al proteccionismo, de las nuevas formas de comercio facilitadas por el desarrollo de las comunicaciones (como el e-commerce) y de la importancia que están adquiriendo las agendas de desarrollo sostenible en gran cantidad de países. Frente a este panorama, "hay que adoptar un enfoque de complementación, más que de cooperación, entre Japón y Argentina", dijo el ex economista de JETRO (Japan External Trade Organization), y sostuvo que hay que renovar el vínculo explorando áreas potenciales que se están desaprovechando, como las universidades y los recursos humanos.

Planteó que la Argentina debe definir qué modelo de desarrollo quiere, para establecer prioridades y políticas públicas a mediano y largo plazo, dejando de lado la enunciación y pasando a la acción.