17 de junio de 1988, Alvear Palace Hotel, Buenos Aires

Texto del discurso pronunciado por el Presidente del Comité Ejecutivo del CARI, Dr. Carlos Manuel Muñiz, en ocasión de cumplirse el 10° aniversario de la fundación del CARI

Foto: Presidente de la Honorable Cámara de Diputados doctor Juan Carlos Pugliese, Canciller del Uruguay doctor Luis Barros Tassano, Presidente de la Nación doctor Raúl Alfonsín, Presidente del CARI Emb. Carlos Manuel Muñiz, Presidente de la Corte Suprema de Justicia doctor José Severo Caballero, Canciller Lic. Dante M. Caputo

Al cumplirse diez años de la creación del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales se hace necesario recapitular sobre la obra realizada en ese lapso y sobre las perspectivas de la acción que nos proponemos seguir desarrollando.
Creímos, entonces, que era necesario aunar esfuerzos para darle a la Argentina una mayor presencia internacional y contribuir al fortalecimiento de las buenas relaciones con los demás países del mundo.
Hoy, al hacer el balance de lo realizado podemos afirmar, con satisfacción, que hemos avanzado en la concreción de esos propósitos y que los mismos merecen ser perseguidos, si cabe, con mayor vigor aún, porque responden a objetivos permanentes del país y no a necesidades circunstanciales.
La labor de los Comités, Grupos de Trabajo, Seminarios, Encuentros Internacionales, Simposios, Cursos, etc., alcanza un número considerable y se ha realizado, en cada una de las áreas, con la participación de especialistas destacados del país y del extranjero.
Catorce Grupos de Trabajo llevan a cabo, actualmente, tareas de investigación que se suman a los numerosos dictámenes y conclusiones dados a conocer, con anterioridad, por otros cuerpos del Consejo.
No es mi intención, por supuesto, entrar en el detalle de la labor realizada. Sólo recordaré algunos temas, entre los muchos que fueron objeto de análisis.
En relación directa con nuestro país la guerra de las Malvinas fue un episodio que conmovió y sigue conmoviendo la conciencia nacional. Eso nos indujo a constituir un Comité permanente encargado de estudiar los distintos aspectos del conflicto, analizar los antecedentes y las derivaciones del mismo y realizar una tarea minuciosa de recopilación de datos y documentos. La tarea no ha quedado circunscrita únicamente a la labor del Comité. Numerosas conferencias y reuniones han procurado agregar nuevos elementos de juicio sobre este asunto. Reviste especial significación el esfuerzo que llevamos a cabo para que académicos y legisladores, argentinos y británicos, pudieran establecer contactos personales y debatir los problemas pendientes. Con la colaboración de algunos distinguidos profesores de la Universidad de Maryland se realizaron varios Encuentros en el exterior que han contribuido a precisar los obstáculos y analizar los caminos posibles para su solución.
Es mérito del Consejo haber asumido este compromiso, que tiene profundo contenido patriótico, porque ha permitido, además, que se pudieran transmitir directamente a los representantes del otro país los fundamentos de nuestros derechos y aspiraciones, sin comprometer las responsabilidades oficiales.
Como complemento de este importante esfuerzo el Consejo ha publicado tres volúmenes que reúnen los documentos producidos por las Naciones Unidas desde 1945 a 1981 y los correspondientes del Consejo de Seguridad desde el 1 de abril de 1982 hasta el mes de noviembre del mismo año.
Asimismo, se ha publicado un volumen con diversas monografías referentes a aspectos históricos y jurídicos de este tema.
Otro de los asuntos que ha merecido la constitución de un Comité especial es el que se refiere al estudio de la política nuclear, tanto de la República Argentina como la que se desarrolla internacionalmente.
Entre los temas que han sido objeto de consideración en el Comité puede mencionarse: la Tercera Conferencia de Revisión del Tratado de No proliferación de Armas Nucleares, las Convenciones de Viena sobre Accidentes Nucleares, el Programa Nuclear Argentino, la Cooperación Nacional en Materia Nuclear, la vigencia del Concepto de Zonas Libres de Armas Nucleares, etc. Los debates cuentan, en muchas ocasiones, con la participación de especialistas extranjeros y otros expertos argentinos, además de los miembros del Comité, tal como ha ocurrido recientemente al realizarse el Seminario sobre Terrorismo Nuclear con intervención de autoridades del Instituto de Control Nuclear de Washington, y de las Fuerza Internacional de Tareas, entre otros.
Reviste especial interés el Seminario Permanente para el Estudio, Prevención y Resolución de Conflictos. Sus finalidades son actualizar y homogeneizar conocimientos acerca de la teoría del conflicto y su aplicación a casos concretos. Intenta, asimismo, generar grupos de investigación académica y habilitar a los cursantes como futuros analistas y operadores de conflictos.
Se han publicado Cuadernos de Trabajos con los siguientes títulos: "El estado actual de la Teoría del Conflicto y los objetivos del Seminario Permanente", "Los diez principales conflictos que afectan a la Argentina como actor internacional" y "Elementos de la teoría del Conflicto".
Un Seminario sobre Teoría y Práctica de las Relaciones Internacionales y otro sobre Dimensión Política de las Relaciones Internacionales, a cargo de profesores de diversas universidades de Estados Unidos y de la Argentina, analizaron distintos casos relativos a esta materia.
El tema de la Antártida constituye uno de los asuntos de mayor interés actual. El Consejo ha venido realizando diversos estudios desde hace varios años, y ha promovido la creación de un Comité especial que deberá encarar, en profundidad, el análisis del problema y sus perspectivas futuras.
El Caso del Canal de Beagle y del Mar Austral y el Tratado de Paz y Amistad celebrado con la República de Chile, mereció, también en su momento, la realización de un simposio.
Con el propósito de ir precisando las bases de cooperación entre la Argentina y otros países o áreas geográficas se han encarado estudios particularizados a través de los diversos órganos del Consejo.
Las relaciones entre la Argentina y Brasil merecieron dos importantes Encuentros, el primero en noviembre de 1980 y el segundo en diciembre de 1985. Diversos aspectos de esas relaciones fueron analizados por figuras de primer rango en el ambiente oficial, académico y empresarial de ambos países.
Las conclusiones del primer Encuentro se dieron a conocer en una publicación de la Universidad de Brasilia.
Para analizar nuestras relaciones con los Estados Unidos de América se realizaron múltiples seminarios y conferencias.
Un Simposio, en que participaron directores de varios centros de estudios internacionales de Europa, trato poco antes del Conflicto de las Malvinas, las vinculaciones con ese Continente. El tema, por supuesto, ha sido objeto de otros estudios.
Como advertí al iniciar estas referencias me veo precisado a omitir la mención de la gran mayoría de los seminarios y demás eventos, los cuales merecen, por su contenido, un análisis pormenorizado.
Las relaciones económicas internacionales revisten, hoy día, tal importancia que su consideración esta presente en la generalidad de los trabajos del Consejo.
Diversos Comités han encarado los siguientes temas: la deuda externa; la agricultura y las relaciones internacionales, proyección externa de la empresa argentina, comercio exterior; el ingreso de España en la Comunidad Europea; relaciones económicas internacionales; problemática del desarrollo, etc.
Los coloquios celebrados con representantes diplomáticos acreditados en el país, en los que intervienen empresarios argentinos y otros miembros del Consejo, han demostrado resultar de gran utilidad porque permiten cambiar ideas sobre los problemas existentes y escuchar sugerencias de quienes están directamente interesados en su solución.
Merecen una mención particular el Primer Encuentro Binacional del Cono Sur Argentino-Chileno, celebrado recientemente en San Martín de los Andes, que alcanzó gran relieve por la calidad de las ponencias presentadas y la dedicación con que se trabajó en las siete comisiones encargadas de establecer las bases de cooperación. La presencia de casi trescientos participantes revela que se trata de un asunto que reviste una importancia singular para los habitantes de la zona. Para evitar que este Encuentro pueda quedar reducido a un simple intercambio de aspiraciones se ha creado un Comité de Expertos de ambas partes, que deberá evaluar las propuestas formuladas y proponer los medios prácticos para su aplicación, en un plazo que se estima aproximado en quince meses. La iniciativa de crear una fundación de empresarios locales que tendrá como objetivo impulsar los acuerdos logrados será, sin duda, el instrumento adecuado para que todo esto se convierta en realidad. Se han previsto, asimismo, reuniones periódicas conjuntas para ir analizando los avances en esos estudios.
Es necesario, finalmente, mencionar las contribuciones del Consejo en el campo del Derecho y de las relaciones culturales.
El Derecho del Mar, los Derechos Humanos, la capacitación y perfeccionamiento en Derecho Internacional para los países de América Latina y el Caribe, la Constitución Argentina y la Constitución de los Estados Unidos de América, etc. han sido varios de los muchos temas jurídicos objeto de estudio en los diversos foros del Consejo.
En el orden cultural corresponde citar, en primer lugar, el Comité de Proyección Cultural Argentina hacia el exterior, integrado por figuras ampliamente conocidas en todos los ámbitos de la creación artística y literaria.
El reciente Encuentro sobre promoción y enriquecimiento del patrimonio cultural argentino, con la intervención de autoridades oficiales, directores de museos, artistas, coleccionistas, críticos, galeristas, etc., ha dado motivo para que se constituyera un subcomité que tiene como propósito estudiar los proyectos legales más apropiados para alcanzar esos fines.
El programa de becas para jóvenes destacados en actividades científicas y culturales viene desarrollándose con gran éxito a través de la cooperación con Americas Society de New York, cuyo distinguido presidente, el Embajador George Landau, hoy nos acompaña.
Estamos muy interesados en continuar este plan y ampliarlo, de ser posible, a otros países.
El Consejo va llevando adelante una serie de publicaciones. Entre las más importantes mencionaré el Digesto Diplomático y el Digesto Consular, que reúnen las disposiciones legales y reglamentarias respectivas, y que constituyen instrumentos indispensables para quienes deben utilizarlos en el ejercicio de sus funciones.
Los tres tomos sobre las intervenciones argentinas en el Caso de las Malvinas a que me he referido y el cuarto, ya concluido, constituyen una contribución documental importante para la defensa de los intereses nacionales.
Debemos recordar también la serie sobre los Diplomáticos Argentinos, recién iniciada, además de otras publicaciones de Conferencias y Estudios sobre muchos de los temas mencionados anteriormente. A ello se agrega el servicio regular de un Boletín de Noticias Argentinas Internacionales y otro destinado a las actividades desarrolladas por el Consejo.
Es nuestro propósito continuar, con el otorgamiento de premios a los tres mejores alumnos egresados cada año del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, consistentes en un conjunto de libros sobre relaciones internacionales, derecho internacional, economía y otros temas vinculados con las funciones que deberán desempeñar.
Considero oportuno recordar, además, la serie de eventos culturales dedicados al cuerpo diplomático acreditado en el país, para mostrar los valores culturales de las provincias argentinas, en actos especiales dedicados a cada una de ellas, y la presentación de conocidos artistas y escritores, además de la realización de funciones especiales en teatros locales.
Esta enumeración que puede parecer exhaustiva refleja, solo parcialmente, como ya expresé, la labor desarrollada por el Consejo a través de sus distintos organismos, integrados, cada uno de ellos, por numerosos miembros, cuya tarea silenciosa y desinteresada constituye su principal soporte académico.
Sin perjuicio de lo expuesto el Consejo sigue proyectando nuevas actividades de investigación.
Por ejemplo, ha elaborado un programa para la realización de un Simposio sobre la participación de la generación intermedia de América Latina en el fortalecimiento de la democracia.
Se contempla, también, un Encuentro para el estudio de las relaciones laborales en Estados Unidos y en América Latina.
Durante el transcurso de este año se prevé la realización de un Seminario sobre la integración de los países del Cono Sur, con la participación de delegados del Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay, en conmemoración del 40º aniversario de la Organización de los Estados Americanos.
Está, además, en vías de concreción, un Comité de Estudios destinados a analizar los mecanismos para las negociaciones económicas internacionales, etc.
Finalmente, debo referirme a quienes ocuparon la cátedra del Consejo. No puedo dejar de recordar, en este caso, a algunas eminentes personalidades internacionales que nos brindaron, además de su presencia prestigiosa, el análisis esclarecedor de importantes problemas contemporáneos

Comida en conmemoración del 10º aniversario de la fundación del CARI, 17 de junio de 1988. Vicepresidente de la Academia Nacional de la Historia Dr. Ricardo Zorraquín Becú, Presidente de Americas Society Emb. George Landau, Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas Dr. Segundo Linares Quintana, Ministro de Defensa Dr. Horacio Jaunarena, Nuncio Apostólico S.E.R. Mons. Ubaldo Calabresi, Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Dr. Juan Carlos Pugliese, Canciller del Uruguay Dr. Luis Barrios Tassano, Presidente de la Nación Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, Presidente del CARI Emb. Carlos Manuel Muñiz, Presidente de la Corte Suprema de Justicia Dr. José Severo Caballero, Canciller Lic. Dante M. Caputo, Intendente de la Ciudad de Buenos Aires Dr. Facundo Suárez Lastra, Presidente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales Dr. Marco Aurelio Risolía, Presidente del Council on Foreign Relations de Nueva York D. Peter Tarnoff y Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas Dr. Horacio García Belsunce

Si se considera que el numero de participantes alcanza a una cifra cercana al millar se me perdonará, sin dudas, el exceso que podría suponerse incurro cuando menciono algunos nombres y las más altas representaciones de cada uno de ellos:
HENRY KISSINGER, Secretario de Estado de los Estados Unidos de América.
MISAEL PASTRANA BORRERO, Presidente de Colombia.
MIGUEL DE LA MADRID HURTADO, Presidente de México.
HELMUT KÖHL, Primer Ministro de la República Federal de Alemania.
CLAUDE CHEYSSON, Ministro de Relaciones Exteriores de Francia.
ZHAO ZIYANG, Primer Ministro de la República Popular China.
EDOUARD BRUNNER, Secretario de Estado del Departamento Federal de Asuntos Extranjeros de Suiza.
LEOPOLDO CALVO SOTELO, Presidente del Gobierno de España.
MARIO HENRIQUE SIMONSEN, Ministro de Hacienda y Planeamiento del Brasil.
LUIS HERRERA CAMPINS, Presidente de Venezuela.
JAVIER PÉREZ DE CUELLAR, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas.
JOÃO CLEMENTE BAENA SOARES, Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Washington D. C.
JOSÉ NAPOLEÓN DUARTE, Presidente de El Salvador.
RAYMOND BARRE, Primer Ministro de Francia.
RAFAEL CALDERA, Presidente de Venezuela.
OTTO GRAF LAMBSDORFF, Ministro de Economía de la República Federal de Alemania.
WILLIBALD PAHR, Ministro de Relaciones Exteriores de Austria.
MICHAEL H. WILSON, Ministro de Comercio de Canadá.
ENRIQUE IGLESIAS, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
EDUARDO JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA, Presidente de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
MARIO GIBSON BARBOZA, Ministro de Relaciones Exteriores del Brasil.
STEFAN ANDREI, Ministro de Asuntos Exteriores de la República Socialista de Rumania.
PRANAB MUKHERJEE, Ministro de Comercio de la India.
BOUTROS BOUTROS GHALI, Ministro de Estado de Relaciones Exteriores de Egipto.
SUNAO SONODA, Ministro de Relaciones Exteriores del Japón.
ADOLFO SUÁREZ, Presidente del Gobierno de España.
SIDDHI SAVETSILA, Ministro de Relaciones Exteriores de Thailandia.
SABURO OKITA, Ministro de Relaciones Exteriores del Japón.
CARLOS ANDRÉS PÉREZ, Presidente de Venezuela.
JACQUES SOUSTELLE, Ministro de Información de Francia.
JEAN ROBERT ESTIMÉ, Ministro de Relaciones Exteriores de Haití.
LUIS VALENCIA RODRÍGUEZ, Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador.
ITZHAK SHAMIR, Primer Ministro de Israel.
JORGE E. ILLUECA, Vicepresidente de Panamá.
STEFAN OLSZOWSKI, Ministro de Relaciones Exteriores de Polonia.
JAVIER SILVA RUETE, Ministro de Economía del Perú.
ROBERTO DE OLIVEIRA CAMPOS, Ministro de Economía del Brasil.
PAUL JOHN LUSAKA, Presidente de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.
ANTONIO DELFIM NETTO, Ministro de Planeamiento del Brasil.
ANTONIO ORTIZ MENA, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Washington D. C.
ARÍSTIDES CALVANI, Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela.
PETER HILL-NORTON, Presidente del Comité Militar de la NATO.
NAGENDRA SINGH, Presidente de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
JOSÉ VEGA IMBERT, Ministro de Relaciones Exteriores de la República Dominicana.
WU XUEQIAN, Ministro de Relaciones Exteriores de la República Popular China.
LAZAR MOJSOV, Ministro de Asuntos Exteriores de Yugoslavia.
OSCAR ARIAS SÁNCHEZ, Presidente de Costa Rica.
Mencionaré, además, por haber participado en otras actividades del Consejo, a:
FERNANDO BELAÚNDE TERRY, Presidente del Perú.
MICHEL ROCARD, Primer Ministro de Francia.
BELISARIO BETANCUR, Presidente de Colombia.
HANS-DIETRICH GENSCHER, Ministro de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania.
YURI FOKIN, Secretario General del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética.
YOSHIO SAKURAUCHI, Ministro de Relaciones Exteriores del Japón.
EMILIO COLOMBO, Ministro de Asuntos Exteriores de Italia.
La lista de escritores y académicos que hablaron desde nuestra tribuna es, también, muy numerosa.
Recordaré, apenas, las figuras prestigiosas de Germán Arciniegas, Julián Marías, Robert Potash, Guy Sorman, Alain Rouquié, Jacques Fauvet, James Scobie y Manfred Mols.
Como se podrá apreciar por el resumen parcial de las tareas desarrolladas y las que están en vías de ejecución, el Consejo ha encarado tres líneas de estudios: política, económica y cultural.
En estas dos últimas se comprenden, respectivamente, las cuestiones sociales y científicas.
Dentro de estos campos se concentran la investigación y el análisis de los distintos temas que abarcan, prácticamente, los aspectos esenciales de la acción internacional.
Nuestra Institución, como es sabido, es una asociación privada de bien publico, que actúa con total independencia, tanto en su manejo interno como en las actividades que desarrolla.
De acuerdo a lo establecido en las bases de su creación es, también, un organismo que, como tal, no puede comprometerse en ninguna línea de pensamiento determinada, ni adoptar posiciones que puedan contrariar las de cualquiera de sus miembros.
Las opiniones que se emiten son las que emanan de los distintos grupos de trabajo o las que individualmente sostienen quienes participan en las diversas actividades, consagrando así los principios de libertad académica y de su composición pluralista.
La libertad irrestricta de opiniones y la facultad de disenso, como un derecho elemental permiten, además, que el Consejo constituya un foro donde se encuentran representadas las más diversas expresiones del pensamiento y de las actividades del país.
Creemos, también, de esta manera, responder a la confianza que hemos merecido de las distinguidas personalidades que han prestigiado nuestra tribuna.
Pero nuestra independencia no debe confundirse con aislamiento. El Consejo, por la misma naturaleza de sus funciones y de su composición se encuentra inmerso en la vida misma de la Nación, en sus problemas, en sus necesidades y en sus aspiraciones.
El trabajo que desarrolla no puede circunscribirse al debate estéril o a las expresiones de buenos deseos. De ahí que, en los casos que corresponde, procura hacer llegar sus contribuciones a quienes tienen la responsabilidad de su ejecución, no para que sigan necesariamente las conclusiones o ideas transmitidas sino para que ellas puedan servir como elementos de análisis y reflexión.
El país necesita, hoy más que nunca, del esfuerzo solidario de todos sus habitantes y, en particular, de aquellos que tienen mayores compromisos por las funciones que ejercen o por la posición que ocupan en la sociedad. Sólo cuando se construye, cuando se trabaja en común, cuando se lucha por objetivos nobles, el desfallecimiento se convierte en optimismo y la desesperanza en profesión de fe.
A esto aspiramos con nuestra obra. A crear esperanza, a demostrar que es posible realizar, superando antagonismos y procurando lograr las grandes coincidencias que reclama nuestra patria