16 de marzo de 2016

Sesión académica a cargo de Andrés Serbin, Wolf Grabendorff y Elsa Llenderrozas, organizada conjuntamente por el CARI y la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES)

Por Andrés Saravia

El 16 de marzo de 2016 se llevó a cabo la sesión académica "La arquitectura de la gobernanza regional en América Latina: condicionamientos y limitaciones", organizada por el CARI y CRIES, durante la cual se presentó la última publicación de la revista Pensamiento Propio. Los panelistas fueron Wolf Grabendorff, editor de dicha publicación, y Elsa Llenderrozas.

Para comenzar, Wolf Grabendorff señaló cambios tectónicos del sistema internacional, que tuvieron impacto en el funcionamiento de la gobernanza regional latinoamericana. El orador afirmó que "en los últimos cien años el sistema internacional nunca ha tenido cambios tan profundos, ni con las dos guerras, como los que está teniendo ahora con el cambio de importancia de ciertos actores".

En primer lugar destacó la decadencia del eje transatlántico, que entraña la decreciente importancia de Occidente ante el resto del mundo y la nueva orientación de Estados Unidos y otros actores hacia el Pacífico. Segundo, el expositor hizo hincapié en el debilitamiento de las instituciones Norte-Sur, como por ejemplo la OEA y el Commonwealth, subrayando al contrario la dinámica y el mayor impacto de las relaciones Sur-Sur.

En los últimos cien años el sistema internacional nunca ha tenido cambios tan profundos, ni con las dos guerras, como los que está teniendo ahora con el cambio de importancia de ciertos actores

Wolf Grabendorff

En cuanto a la región latinoamericana, Grabendorff sostuvo que el proclamado objetivo de llegar a una autonomía regional resultó extremadamente difícil dado que los gobiernos nacionales le dieron demasiada importancia a su autonomía nacional. Asimismo constató una mayor heterogeneidad de sistemas políticos en América Latina de hoy en día comparado con la década pasada.

En su análisis, Grabendorff destacó algunas motivaciones principales de por qué, en su opinión, la gobernanza regional no ha funcionado. Primero, la pérdida de autonomía nacional: debido a los impactos de la globalización hay menos control estatal de la economía y de asuntos monetarios, además el Estado no puede garantizar la seguridad pública y la protección de los derechos humanos en su propio territorio. Segundo, hubo un menor control del Estado sobre su modelo de desarrollo: los lazos internacionales definen las reglas económicas, por lo cual un modelo propio de desarrollo nacional no es posible, resultando en una pérdida de la capacidad productiva y la dominación de empresas multinacionales. En tercer lugar, hay una limitada capacidad de asociación entre los países, debido a los probables efectos negativos que cierta cooperación puede producir en cuanto a las relaciones con otros aliados importantes como, por ejemplo, la relación con Estados Unidos frente a la participación en la UNASUR. Cuarto, existe una disminuida legitimidad de los organismos internacionales, manifestándose en diferentes asuntos como los escándalos acerca de las misiones de paz de la ONU, el contrapeso que experimentan modelos económicos establecidos, por el surgimiento de instituciones alternativas, y la baja capacidad de "líderes regionales" como Alemania o Brasil a formar sus propios bloques.

Finalmente, existe una ausencia de liderazgo político en la gobernanza regional: "Tanto en Europa como en América Latina faltan líderes con visiones e ideas que puedan dirigir el proceso hacia ciertos fines", afirmó Grabendorff.

Tanto en Europa como en América Latina faltan líderes con visiones e ideas que puedan dirigir el proceso hacia ciertos fines

Wolf Grabendorff

Por último, Grabendorff afirmó que muchos de los esfuerzos de concertación en la región han resultado en pocos elementos de una "visión de países similares" y que últimamente hubo un menor interés en una "patria grande" latinoamericana.

A continuación, tomó la palabra Elsa Llenderrozas quien enfocó su análisis en la UNASUR y los impactos globales, hemisféricos, regionales y nacionales en el futuro y las posibilidades de la organización.

La expositora hizo mención de las recientes turbulencias políticas en la región, como las crisis en Brasil y Venezuela y la constante corrupción en varios países sudamericanos: "Los problemas que vienen arrastrando las distintas instituciones regionales se agudizan aún más en momentos de crisis política", afirmó. En particular, la consiguiente inestabilidad política a nivel regional impacta negativamente las posibilidades de profundizar el desarrollo de la UNASUR.

Según Llenderrozas, la organización está perdiendo el factor de visibilidad y la presencia regional que antes supo crear como mediador en conflictos internos. También hizo referencia a la débil institucionalidad de la UNASUR, la superposición de funciones, la falta de recursos y su competencia con otras iniciativas regionales. Señaló que en el pasado las crisis internas han frenado la integración regional, lo cual también se puede observar en la situación actual.

Por lo tanto, Llenderrozas postuló que la UNASUR se encuentra en un proceso de transición y de cambio en dos sentidos: en cuanto a su funcionalidad y en cuanto a su orientación interna/externa.

Los problemas que vienen arrastrando las distintas instituciones regionales se agudizan aún más en momentos de crisis política

Elsa Llenderrozas

Con respecto a su funcionalidad, la expositora destacó que la función de la UNASUR como mediador en crisis políticas o ante conflictos entre países de la región se fue debilitando en el marco de la crisis de Venezuela, durante la cual "se le acusó de perder su imparcialidad y se reveló su incapacidad de encontrar una solución política y pacífica". Por ende, el rol de la organización se está transformando desde un estabilizador regional hacia un espacio de coordinación sectorial de políticas públicas específicas, como la salud, el medio ambiente o la defensa.

En términos de orientación hacia adentro y afuera, Llenderrozas señaló que la UNASUR fue originalmente concebida como espacio de convergencia de las otras iniciativas regionales, primariamente del Mercosur y la CAN. Sostuvo que hubo una ulterior transición en el significado del concepto de convergencia, que ya no se atribuye de modo cerrado a las viejas iniciativas de integración, sino a través de un nuevo discurso que enfatiza "la convergencia en la diversidad" y la convergencia hacia un espacio bioceánico. Debido a este proceso, la UNASUR "pierde su carácter de enfoque interno y debe abrir un espacio de proyección hacia afuera que vincule esas nuevas agendas", y orientarse más hacia vínculos transpacíficos en vez de transatlánticos.

No obstante, Llenderrozas puso de relieve que la UNASUR, debido a la heterogeneidad de sus miembros, hasta ahora carece de una proyección estratégica externa y no se representa como un actor político externo, lo cual resulta en un opaco y difuso perfil de la organización. Por el otro lado, la oradora mencionó el impacto negativo de los desafíos económicos: la caída de los precios de los productos de exportación y una menor tasa de crecimiento. Los escasos recursos en los países de la región son entonces necesarios para satisfacer las demandas internas y no utilizados para las instituciones regionales, por lo cual se frenan los proyectos de integración.

A modo de conclusión, Llenderrozas formuló algunas necesidades de la UNASUR: crear una visión estratégica de largo plazo, promover la innovación en los instrumentos de acción y elaborar una dirección y proyección política más clara y efectiva. De esta manera, la organización podrá lograr redefinirse como un espacio que permite a la región insertarse positivamente en el nuevo ámbito internacional, tratando así de traer más beneficios y minimizar sus costos.

Andrés SerbinDoctor en Ciencias Políticas. Presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES). Es miembro del Global Partnership for the Prevention of Armed Conflict (GPPAC). Es Presidente Emérito del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos (INVESP), del cual fue fundador. Ha sido profesor e investigador invitado en diversas universidades de los EEUU, Gran Bretaña y Francia, y en universidades de América Latina y el Caribe. Fue Chair de la International Coalition for the Responsability to Protect (ICRtoP). Se ha desempeñado como Director de Asuntos del Caribe del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) y fue Asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela

Wolf GrabendorffProfesor invitado en la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador, Quito. Politólogo, consultor internacional en temas de relaciones internacionales y de seguridad en América Latina. Estudió Historia, Sociología, Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en Frankfurt, Grinnell (Iowa) y Berlín. Fundador y director del Instituto de Relaciones Europeo-Latinoamericanas (IRELA), Madrid. Profesor visitante en la School of Advanced International Studies (SAIS), The Johns Hopkins University, Washington D. C. y Bologna y en la Université Paris III-Sorbonne, Paris. Representante de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia, en Ecuador y director del Programa de Cooperación en Seguridad Regional de la FES, en Santiago de Chile

Elsa LlenderozasProfesora Titular de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y Directora de la carrera de Ciencia Política de la misma facultad. Directora de Proyectos de Investigación de la UBA. Profesora de la Carrera de Ciencia Política de la Universidad Nacional del Litoral. Dicta cursos sobre Política Internacional de América Latina en posgrados de la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado varios libros y artículos en revistas especializadas