5 de diciembre de 2012

Sesión académica a cargo de Andrés de la Cruz, Socio del Estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, organizada con motivo del 34º aniversario del CARI

Por Elliot Sucari

El complejo proceso de la crisis económica griega se evidencia a través de la fragilidad de la economía, el fenómeno eurodulce y el proceso de toma de decisiones

Un gobierno que tiene una alta institucionalización con leyes democráticas consolidadas, un sistema de partidos representativo y funcionarios responsables de la función pública, es más proclive a elaborar un paquete de reformas largoplacistas que eviten al Estado entrar en crisis.

El Dr. Andrés de la Cruz, abogado especialista en asuntos corporativos y financieros, reestructuración de deuda pública y privada, fusiones y adquisiciones, disertó acerca de la restructuración de la deuda griega en manos del sector privado, explicando los puntos de partida, su proceso y resultados.

Según el de la Cruz, el complejo proceso de la crisis económica griega se evidencia a través de tres factores: primero, la fragilidad de la economía y el Estado griego (evidenciado en el manejo de las estadísticas fraguadas escandalizado en el 2008); segundo, el fenómeno "eurodulce", entendido como la convergencia de tasas de interés bajas en toda Europa promoviendo mayores cantidades de dinero hacia la periferia y tercero, por el proceso de toma de decisiones europeo.

Frente a dos intentos fallidos de rescatar financieramente a Grecia, en mayo del 2010 y abril 2011, y ante el informe negativo publicado por el FMI el 21 de julio del 2011 se desdobló y se disparó la tasa de interés griega y, por consiguiente, la de Europa. Andrés de la Cruz arguyó que este informe asentó las bases para decidir que el sector privado iba a tener que involucrarse en una restructuración de la deuda griega, que la misma no debía recaer únicamente en el sector público.

Como consecuencia de estos primeros intentos fallidos se decidió cambiar el foco del conflicto. El letrado destacó como suceso fundacional la reunión de Bruselas en octubre del 2011 entre los mandatarios de Francia y Alemania, Sarkozy y Merkel. La troika, el triunvirato que representa a la Unión Europea, está compuesto por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, y decide bajar la deuda por la mitad para que la salida del problema griego no impacte de manera negativa en los bancos (que estaban muy expuestos a la economía de los sectores periféricos).

A partir de estas decisiones en la arena de la alta política, Andrés de la Cruz pasó a relatar cómo se logró efectuar esta primera reestructuración.

El primer gran problema a la hora de reestructurar la deuda de los accionistas privados (206 mil millones de euros en bonos) era que los jefes de Estado europeos llamaron a una reestructuración voluntaria. Como reacción, de la Cruz manifestó: "yo no lo podía creer, es como que te digan que te saques un brazo de manera voluntaria".

Frente a esto, su estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, propuso "ayudar a la voluntariedad" para poder efectivizar una quita de la deuda. Consecuentemente, se modificó mediante el concepto de los códigos modernos de estructuración insolvencias y se reemplazó el criterio de la unanimidad o consenso individual, por el criterio utilizado en los procesos concursales que es una suerte de democracia calificada. A través del Parlamento se alteró la ley para permitir que se puedan enmendar los bonos por mayoría y no por unanimidad, dándole así un marco vinculante para reformar los procesos y plazos y efectivizar la quita de la deuda.

Dado que de la deuda griega se divide un 86% en bonos regidos por ley griega (186 mil millones de euros) y 14% por ley no griega (30 mil millones de euros), hubo que segregar ambos universos para lograr reestructurar la deuda, ya que el mecanismo legal en los otros países donde se regían las leyes de los bonos no era aplicable.

El proceso de canje formal se lanzó el 24 de febrero del 2012 y se completó el 12 de marzo. Para el día 24 se recortó la deuda con una quita nominal del 53.5% (nuevos bonos griegos pagaderos a 30 años por 31.5% con una promesa de aumento si crece el PBI griego, y notas de corto plazo del Mecanismo de Rescate de Europa por un 15%) de la deuda que estaba en manos privadas, aprobándose a través de un proceso concursal en el cual los nuevos bonos se rigen por ley británica para generar mayor confianza.

De la Cruz resaltó que en mayo, luego de seguir con este mismo marco de reestructuración para los bonos que se regían por ley extranjera, sólo un 3% de la totalidad de los holdouts (acreedores) no habían aceptado el canje. Así, Grecia logró reestructurar el 97% de la deuda sin entrar en default, reduciéndola en 100 mil millones de euros. Enfatizó que el Estado griego les sigue pagando al 3% de los acreedores que no reestructuraron la deuda, a fin de mantener confiable al sistema.

A modo comparativo, manifestó que este procedimiento de restructuración se inspiró en el caso uruguayo de 2003. Como producto de su abrumadora crisis económica Uruguay negoció, sin incumplir con sus acreedores, prolongando los vencimientos del pago de la deuda por cinco años. Satisfactoriamente se aceptó un 93% (que luego ascendió a 97%) y al 3% restante se les siguió cumpliendo con lo adeudado.

"La idea es la misma que en Uruguay", resaltó Andrés de la Cruz, "la gran diferencia es que en Uruguay solo se corrió la curva temporal y en Grecia se corrió la curva temporal y también hubo una quita".

Señaló que el Banco Central Europeo (BCE) y Alemania nunca consideraron la posibilidad que Grecia saliera del Euro. La clave tanto para el BCE como para la Unión Europea es que haya confianza y que se separen, como ya hemos insinuado anteriormente, el sistema financiero de los problemas políticos de los gobiernos. El razonamiento detrás de este segundo punto, como indicó el abogado, es "que paguen los que especularon".

Hoy día, si bien se logró reestructurar parte la deuda separando "las terapias intensivas" y apartando al sector público del sistema financiero, todavía hay 11 millones de griegos que deben 350 mil millones de Euros.

Como contrapartida, Grecia hoy tiene muy poca autonomía económica, ya que existe un control fiscal muy grande de cada Euro que entra al país. Según de la Cruz, esto tiene correlación con los menores niveles de corrupción y con una importante baja en el gasto público.

El desarrollo de esta primera salida griega, junto al caso uruguayo como el ejemplo a seguir, expone la necesidad que debe tener un Estado para definir "su lugar en el mundo". Ciertas soluciones que requieren un trabajo parlamentario en conjunto con el sistema financiero, y en el caso griego también en conjunto con organismos supranacionales, allana el camino para tomar decisiones coherentes que respondan a una estrategia de largo plazo defendiendo la posición del país en el sistema internacional.

La idea es la misma que en Uruguay". La gran diferencia es que en Uruguay solo se corrió la curva temporal, y en Grecia se corrió la curva temporal y también hubo una quita

Andrés de la CruzEs socio residente en Nueva York y Buenos Aires del Estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP. Su práctica se enfoca en asesorar actores tanto públicos como privados en cuestiones corporativas y financieras transnacionales, incluyendo re-estructuraciones de deuda, estructuración de financiamiento y fusiones y adquisiciones. En los últimos dos años también asesoró a Grecia en relación a la restructuración de sus bonos en manos del sector privado (PSI) en el contexto del programa de reforma económica acordado con los miembros de la Euro-zona y el Fondo Monetario Internacional. Andrés de la Cruz recibió su título de Abogado por la Universidad de Buenos Aires, su LL.M. por la University of Michigan y su Diploma School of Advanced International Studies de Johns Hopkins University