El 5 de febrero de 1895, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, pronunció el laudo arbitral, al que fue requerido por la República Argentina y la flamante República de Brasil, favoreciendo la posición brasileña y otorgándole por lo tanto la razón en la disputa sobre 32.000 kilómetros cuadrados, superficie encuadrada entre los ríos,  San Antonio, Pepirí Guazú, Chopin y Chapecó.