El 28 de Agosto el Primer Ministro Shinzo Abe anunció su dimisión aludiendo a problemas de salud que ya le habían dificultado cumplir sus funciones en el pasado. No obstante, se retira con la distinción de ser el primer ministro más estable de la historia reciente de Japón. Su anuncio resultó sorpresivo, abriendo la puerta a una carrera por el cargo que para muchos era predecible.