La Argentina, a pesar de haber sufrido políticas erráticas y, en ciertos casos, contradictorias a lo largo de las últimas décadas, ha podido preservar un acervo de conocimientos científicos y tecnológicos en diversos Ministerios, Agencias, Universidades y Empresas que le permiten contar con la capacidad suficiente para abordar programas y desarrollos competitivos internacionalmente en las más diversas ramas de actividad.