El presente texto analiza las transformaciones estratégicas en el mundo occidental a partir de la comparación entre Estados Unidos y Europa. Se sostiene que dichas transformaciones están determinadas por tres fenómenos inesperados que marcaron las últimas dos décadas: la reinstalación del proceso de globalización, la caída del Muro de Berlín y los atentados del 11 de septiembre de 2001. Estos eventos produjeron cambios significativos en las políticas estatales, modificando las visiones estratégicas de las potencias occidentales y afectando tanto el orden internacional como la vida cotidiana.