Los distintos análisis que suelen hacerse sobre la evolución del MERCOSUR como esquema de integración, hacen hincapié en las dificultades que han tenido los gobiernos de los países integrantes para diseñar un modelo con mayor sesgo institucional, que hubiese permitido el afianzamiento de un proceso con mecanismos tendientes a un desarrollo más previsible, armónico y sostenido.