Las políticas de Estado que están vinculadas a una visión moderna del gobierno, no obstante constituir un concepto frecuentemente utilizado en niveles de gestión y opinión, pocas veces son definidas con precisión. Por ello, previamente a todo análisis puntual, resulta oportuno identificar las políticas de Estado como “aquellas que recaen sobre grandes temas nacionales y comprometen un interés estratégico del país”. Su concepción y primeros resultados suponen períodos que van mucho más allá de la temporalidad de un gobierno. Son de una alta complejidad y la envergadura de las tareas que suponen implican un esfuerzo consensual, sistemático y coordinado del gobierno y de la oposición del Estado y la sociedad, para que se asienten sobre bases sólidas y alcanzar pleno éxito”. 1