Los Diplomáticos

Nº 22. Daniel García Mansilla

Por Carlos María Gelly y Obes.

Enero, 2004
Nº 22. Daniel García Mansilla

En sus interesantes memorias Daniel García Mansilla se refería a los cambios que se traducen con el andar del tiempo. En lo que respecta a la diplomacia añora más de medio siglo transcurrido desde el inicio de su carrera (escribía en 1950) y decía: “Con el teléfono y el avión, la mentira en cadena, la diplomacia personal, honrada, perseverante, sagaz y patriótica casi no tiene cabida, ni se cotiza en la Bolsa. Los Jefes de Estado, cuando no sus cancilleres, volando por el aire como los toros finos o los caballos de carrera, se encuentran a cada rato, van en busca de expedientes o de soluciones que a menudo las asambleas lentas y pesadas no aciertan a proporcionar; y seguimos viviendo en un equilibrio inestable que se puede romper a cada momento, tan sólo porque la vieja buena fe, honesta y la palabra dada son cosas del pasado cavernícola” a lo que agrega: “En tales circunstancias, no hay más remedio que vivir al día, procurando no pensar demasiado en los problemas de mañana. De hecho los embajadores se han trocado en simples cónsules generales, para tratar asuntos económicos y financieros o de alimentación, que son los más apremiantes” y finaliza estos nostálgicos pensamientos: “Tienen los hombres que improvisarse, porque lo político penetra en todo y empaña por doquier sus levaduras caracterizadas. Pero cuando fracasan los grandes, vuelven... los diplomáticos”.