Las misiones de paz, como institución, responden a una ini- ciativa relativamente reciente si se tiene en cuenta que el or- den mundial aún vigente está cumpliendo 80 años. En efecto, y contemporáneas a ese alumbramiento, su propó- sito fue el de complementar la preservación “a las generacio- nes venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos inde- cibles” (Naciones Unidas, 1945) consignado un 26 de junio de 1945 en San Francisco. La Carta de las Naciones Unidas, que entra en vigor el 24 de octubre de ese mismo año junto con el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, inaugura un período que ha tenido éxitos y fracasos.