Artículos y Testimonios
Nº 94. La crisis ucraniana y el papel de Rusia, Unión Europea y Estados Unidos

En la segunda mitad del 2013, ni el más avezado rusólogo podía haber
anticipado la evolución de los graves sucesos que envolverían a Ucrania a partir
de fines de noviembre y que todavía hoy, varios meses más tarde, permanecen
inciertos. En aquel momento, hegemonizaban los titulares internacionales de los
medios: Medio Oriente, a través de la guerra civil en Siria que, paradójicamente,
también involucraba a tres de los cuatro grandes actores de la Postguerra Fría
(Estados Unidos, Unión Europea y Rusia), que a la postre volverían a terciar en
razón de Ucrania y los ajustes económicos -con debates sociales- de la Europa
meridional (Italia, España, Grecia y Chipre). Desde las "revoluciones de colores"
de 2003-2004 y la crisis de Kosovo o la breve guerra ruso-georgiana en 2008, no
habían habido mayores tensiones en torno al espacio postsoviético donde Rusia
había recuperado presencia e influencia, tras la debacle generalizada de los
noventa. Bastó para que Ucrania, bajo un gobierno teóricamente prorruso, como
el de Yanukovich, rechazara acordar su asociación comercial con la Unión
Europea, que la sociedad civil ucraniana primero y Rusia después,
desencadenasen la más grave crisis política y militar desde el fin de la Unión
Soviética, después de la disgregación yugoslava.